zaragoza

La crecida del Ebro remite pero anega hasta mil hectáreas de cultivo en la Ribera Baja

La DGA reduce al nivel de riesgo 1 el Plan de Emergencias por Inundaciones mientras la punta de la riada se dirige al embalse de Mequinenza. 

Situación de la riada del Ebro a su paso por la Ribera Baja.
Situación de la riada del Ebro a su paso por la Ribera Baja.
Toni Galán

La crecida de Ebro a su paso por la provincia de Zaragoza se ha quedado finalmente en ordinaria y el agua no ha alcanzado los cascos urbanos de ningún municipio. La punta de la riada se dirige, a paso lento, al embalse de Mequinenza, pero en el Gobierno de Aragón ya están tranquilos. El Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi) ha decidido en su reunión de este sábado reducir la fase de emergencias a nivel 1 ante la favorable evolución del caudal, lo que supone desmovilizar a la Unidad Militar de Emergencias (UME) y desmantelar el puesto de mando que habían ubicado en Pina de Ebro. Sin embargo, los daños en el sector agrícola serán, lamentablemente, muy numerosos. 

Hasta un millar de hectáreas de cultivo, según calculan varios alcaldes de la comarca, ha anegado el agua en la Ribera Baja, desde que la punta comenzó a llegar a la zona sobre las dos de la madrugada. Se trata, más bien, de una "larga meseta", según han indicado desde Protección Civil, por lo que el nivel del río se ha mantenido alto hasta que sobre las 10.00 ha comenzado su descenso. Una hora después, el agua se encontraba ya unos 30 centímetros más abajo. 

Las mayores afecciones se han registrado en Pina, donde previsiblemente la carretera A-1107 tendrá que permanecer cortada toda la jornada en la zona más cercana al río porque había sido alcanzada por el agua. Allí, según ha indicado su alcalde, Pablo Blanquet, se han visto afectadas 300 hectáreas y un ganadero ha tenido que trasladar a sus alrededor de 400 ovejas a otra finca porque la crecida había llegado hasta la suya. 

También ha llegado el agua a los campos de Villafranca de Ebro, donde según explicaba su alcaldesa, Volga Ramírez, estaban preocupados sobre todo por la resistencia de las motas. Finalmente, el agua sí que ha pasado por una de ellas y además en dos explotaciones ganaderas han tenido también que evacuar a los animales por precaución. En Quinto de Ebro, igualmente, las afecciones al sector agrícola se contaban por cientos, entre 500 y 800 hectáreas, según su alcalde, Jesús Morales. 

En Osera, Enrique Gómez, del Ayuntamiento, hablaba de hasta 140. "Estaba todo recién sembrado, y con tres o cuatro días bajo el agua ya se sabe dónde van a ir las cosechas. Estamos hablando de que para sembrar una hectárea estamos en una media de 350 o 400 euros de gasto, todo perdido automáticamente", lamentaba. El responsable de UAGA en la Ribera Alta, José Miguel Abenia, ha explicado que, en general, se han visto afectadas sobre todo parcelas cultivadas de cereal de invierno (trigo y cebada), forrajes (alfalfa y veza), leguminosas (habas y guisantes) y frutales. 

Pese a ello, a media mañana el agua ya se encontraba en descenso en todos los aforos de la Comunidad, aunque faltaban todavía entre seis y doce horas para la vuelta a la normalidad del caudal, según explicó tras la reunión del Cecopi el director general de Interior y Emergencias de la DGA, Miguel Ángel Clavero. Ante la favorable situación se ha optado por retirar a los efectivos del ejercito y continuar trabajando con los propios, de la Diputación Provincial y del Ayuntamiento de Zaragoza. 

En total, alrededor de medio centenar de personas, además de una veintena que atienden las llamadas en el Centro de Coordinación de Emergencias, siguen empleándose para subsanar lo antes posible las afecciones. En Pina, por ejemplo, se está trabajando para achicar agua en uno de los colectores pluviales que ha sufrido una filtración y también ha habido que intervenir para reparar un transformador eléctrico. No obstante, las tareas se han centrado principalmente en el refuerzo de las motas y en la vigilancia. 

La capital desactiva el Plan de Protección Civil

En la capital aragonesa la punta de la riada -con un caudal de 1.633 metros cúbicos por segundo- pasó el viernes sin dejar afecciones importantes. El Ayuntamiento ha desactivado este sábado por la mañana el Plan Municipal de Protección Civil y la concejala delegada de Bomberos, Ruth Bravo, ha visitado varios puntos de la ciudad y los barrios rurales para supervisar los trabajos. 

Sobre todo, se ha puesto especial atención en urbanizaciones como Torre Urzáiz y Doña Sancha, la desembocadura del Huerva, Vadorrey y el Parque Deportivo Ebro, así como Alfocea y Monzalbarba. "Debemos felicitarnos por la coordinación entre las distintas administraciones, estaba todo preparado para el caso de haber sido una crecida extraordinaria", ha asegurado la edil. 

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