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Las reliquias de San Valentín expuestas al público en la Basílica del Santo Sepulcro de Calatayud

La Basílica del Santo Sepulcro de Calatayud aumenta estos días las visitas debido a que este templo conserva las reliquias del santo de los enamorados.

Imagen de archivo de las reliquias de San Valentín en Calatayud.
Imagen de archivo de las reliquias de San Valentín en Calatayud.
J.Macipe

Las reliquias de San Valentín están expuestas al público en la Basílica del Santo Sepulcro de Calatayud (Zaragoza). Se trata de una donación del Papa Urbano VIII a Orden del Santo Sepulcro y desde aquí se lleva una parte a Tobed y otra al convento de las Canonesas Regulares de Zaragoza.

La Basílica del Santo Sepulcro de Calatayud aumenta estos días las visitas debido a que este templo conserva las reliquias del santo de los enamorados.

El arca en la que desde 1.638 se exponen estos restos óseos se muestra junto al altar durante todo este 14 de febrero, día San Valentín.

Hay que remontarse al siglo XVII para conocer cómo llegaron hasta Calatayud estas reliquias. Se habían descubierto numerosas catacumbas en Roma y los restos se fueron distribuyendo a las posesiones de la iglesia.

En la Vía Flaminia, se encuentra el cuerpo de San Valentín, en una basílica levantada en el siglo IV y donde supuestamente había sido martirizado el santo.

El Papa Urbano VIII entrega sus restos a la Orden del Santo Sepulcro, que a su vez los hizo llegar a su casa madre en la colegiata en Calatayud, a Toro (Zamora), y a la iglesia de San Antón de Madrid, en el actual barrio de Chueca.

Desde Calatayud una parte de esas reliquias se compartieron con Tobed. Ese territorio era propiedad de la Orden, donde tenía el Palacio de la Encomienda.

División de las reliquias

"No es que haya diferentes santos sino que el cuerpo se dividió en varios relicarios y aquí en Calatayud se conservan en una arqueta de madera de ébano traída de México por José Cubel Liñán", ha detallado el párroco de la Basílica del Santo Sepulcro, Javier Sanz.

En este sentido, José Cubel fue un canónigo de la Orden en Calatayud y envió todas las maderas de ébano que hay en la Colegiata bilbilitana.

Los papas donaban a sus posesiones reliquias y eso explica que las de San Valentín no son las únicas que aquí se conservan, aunque en los últimos años sí son las más significativas, por la popularidad que ha alcanzado este santo especialmente entre las parejas.

Desde este domingo fueron numerosas las personas que se han acercado hasta esta iglesia para ver esa cajita de madera con los huesos.

Desde la Oficina Municipal de Turismo se organiza unas visitas guiadas específicas desde días antes de su celebración de San Valentín.

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