Zaragoza

La paralización de los proyectos de renovables en Movera provoca quejas de varios propietarios

Temen perder el dinero invertido y los alquileres fotovoltaicos con el cambio normativo del Plan General.

Imagen de uno de los campos en los que se instalarían placas.
Imagen de uno de los campos en los que se instalarían placas.
H. A.

La aprobación inicial de la modificación 214 del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), por la que se regularán las plantas fotovoltaicas y parques eólicos del término municipal de Zaragoza, ha terminado removiendo la huerta de Movera. La paralización de los proyectos en marcha, apoyada por PP, PSOE y Vox, fue celebrada por colectivos como la Plataforma en Defensa de la Huerta de Movera, pero ha despertado críticas entre quienes, a título particular, habían iniciado los trámites para poder instalar placas en sus campos o tenían contratos para alquilarlos.

Fernando Lapiedra Izquierdo, de la sociedad Campos de La Ordana, ve peligrar el proyecto que empezó a desarrollar hace tres años "como autopromotor" y el dinero invertido hasta el momento: unos 60.000 euros a los que se añaden otros 50.000 en concepto de aval bancario.

Su padre posee cerca de cuatro hectáreas a 950 metros del Lugarico de Cerdán, donde están proyectados parques como el de Clarita, de unas 13,4 hectáreas. En ellas llevan 15 años cultivando alfalfa, con un arriendo por el que obtienen un rendimiento de en torno a 300 euros el mes, una vez descontados todos los gastos.

"Cuando planteé el proyecto tenía seguridad jurídica, pero ahora, de repente, ya no la tengo", lamenta. Lapiedra cuenta con la autorización del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) desde hace aproximadamente ocho meses, pero aún necesita la licencia urbanística del Ayuntamiento de Zaragoza, trámite que teme no poder completar tras el cambio normativo aprobado en el pleno de noviembre. Con él, al menos tres proyectos podrían paralizarse, aunque el caso de los más avanzados -Clarita y El Perdigal- es más complicado.

Periodo de alegaciones

En estos momentos, Lapiedra está estudiando presentar alegaciones en el periodo de información pública, al que también concurrirán desde la parte contraria para defender sus intereses. No en vano, los vecinos han anunciado que llegarán a los tribunales de ser necesario para que no se instale ni una sola placa en la zona.

Este particular recalca que en la actualidad prácticamente solo se cultiva alfalfa, y que allí "solo queda un huerto ecológico y un invernadero". Su idea era hacerse autopromotor para vender un megavatio de producción a Endesa, que ya aprobó la línea de evacuación.

Su preocupación es compartida por Diego Lobera. Su familia tiene unas 20 hectáreas en el entorno de Malpica que fueron apalabradas hace ya tres años por una empresa para levantar el parque de El Perdigal, que abarcará un total de 24. "El contrato ha caducado y, de momento, no se ha renovado. Nos han dicho que mientras no se resuelvan las alegaciones y se aclare si van a poder construir no continuarán con el alquiler", indica.

En los últimos años, el campo había sido cultivado por su tío y, al fallecer, paso a manos de su prima. En su opinión, la situación generada es un tanto "injusta". Sobre todo teniendo en cuenta, según dice, que allí "no se cultivan lechugas o tomates, sino forraje". "Estamos preocupados por lo que pueda pasar en estos próximos meses. El dinero nos habría venido muy bien, el proyecto era favorable a los intereses de la familia", explicó.

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