Juzgados un maltratador y su madre por agredir y vejar a la expareja del primero

La Fiscalía y la acusación particular piden penas de prisión de hasta siete años para él y de cinco para su progenitora.

El juicio se celebró en la ciudad de la Justicia
El juicio se celebró en la ciudad de la Justicia
Oliver Duch

Pedro Byron Francisco M. P., de 25 años, y María Ramona P. E., de 49, fueron juzgados este miércoles en Zaragoza por agredir, amenazar y retener ilegalmente en su vivienda a una joven de 23 años que había sido pareja del primero, el cual tenía, además, una orden de alejamiento por violencia de género. 

Madre e hijo se aprovecharon de la vulnerabilidad de la muchacha para impedirle salir de casa y retenerla en contra de su voluntad varias horas, según mantienen las acusaciones. Tuvo que ser la llamada a la Policía de un vecino que oyó los gritos de la joven pidiendo auxilio la que la liberó de esa situación.

Los hechos ocurrieron el pasado 1 de mayo en un piso de la calle de Tarragona de las Delicias, donde residen los acusados. Pedro Byron Francisco M. P. había sido pareja de la joven, hasta que lo denunció por maltrato y él fue condenado. La sentencia acarreaba una prohibición expresa de acercarse a ella a menos de 200 metros, pena que incumplió ese día. El acusado acudió a un bar en el que sabía que estaba y, aunque se mostró reticente, al final la convenció para que se fuera con él a casa, donde se encontraba también su madre.

En cuanto llegó al domicilio, según la fiscal y la acusación particular, ejercida por la abogada Marina Ons, comenzaron los insultos y las vejaciones. Pedro Byron Francisco M. P. le recriminó que hablara con sus amigos, le dijo que le daba asco, le tiró una cerveza por encima y le arrancó la camiseta y le quitó el móvil. Luego tuvieron relaciones sexuales, que él interrumpió para humillar de forma intencionada a la mujer diciéndole que estaba pensando en otra, como declaró la joven. 

El resto del día lo pasaron consumiendo sustancias tóxicas, lo que mermó la voluntad de ella, puesto que toma medicación por una enfermedad, hasta que se despertaron de madrugada, momento en que el joven retomó su actitud violenta. La insultó, escupió, volvió a arrojarle bebida y le pegó una fuerte patada en la cadera. Cuando intentó marcharse de casa, se topó con María Ramona P. E., que había oído sus gritos todo el tiempo y la amenazó con un cuchillo para impedírselo. Luego, él tiró las pertenencias de la joven al patio del edificio y ella respondió arrojando el móvil de su ex por la ventana. El teléfono cayó a la terraza de un vecino, que sospechó de que algo pasaba, y llamó a la Policía. 

La patrulla que se acercó tuvo que echar la puerta abajo y reducir al hijo y a su madre porque no les dejaban entrar a pesar de estar oyendo los gritos de la joven. Los agentes recogieron en sus diligencias que María Ramona P. E. mantuvo una actitud desafiante en todo momento. Cuando llamaron al timbre, la mujer abrió pero dejó la cadena del cerrojo puesta. Al preguntarle si sucedía algo en el domicilio, dijo que nada. También mintió cuando dijo que en la casa solo estaba ella y su hijo y comenzaron a oír la voz de una mujer joven: "Auxilio, por favor, ayuda"

Los policías encontraron a la joven en un dormitorio, semidesnuda, vestida solo con un pantalón corto, llorando, muy nerviosa y  desorientada y con arañazos y moratones en el cuerpo. 

La acusaciones solicitan penas de entre 5 y 7 años para él por delitos de amenazas, retención ilegal, lesiones y quebrantamiento de condena y de 3 a 5 para la mujer. Los acusados negaron los hechos y su abogado defensor solicitó la absolución por todos los delitos salvo por el quebrantamiento de condena para el encausado, por el que pidió seis meses de cárcel.

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