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Boumadian, el preso de Zuera que suma tantas condenas como cumpleaños

Acaba de cumplir los 25 y acumula el mismo número de sentencias condenatorias, la última recién dictada por romper dos dientes a otro recluso de un fortísimo puñetazo.

Boumadian B., ayer, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza
Boumadian B., durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza
Toni Galán

La Audiencia de Zaragoza acaba de condenar al argelino Boumadian B. como responsable de la violenta agresión que se produjo el 14 de octubre de 2020 en el patio del Módulo I del Centro Penitenciario de Zuera, donde este argelino de 25 años dejó KO de un fortísimo puñetazo a otro recluso. La víctima, Anas Y., cayó desplomada al suelo y cuando los funcionarios de la prisión fueron a socorrerle comprobaron que le habían roto dos dientes. El acusado negó haber asestado el derechazo y alegó que los hechos se habían producido en medio de una pelea multitudinaria. Sin embargo, el tribunal lo descarta y le impone ahora la que será su vigésimo quinta sentencia condenatoria. Porque el delincuente no deja de sumar reseñas a su historial penal, hasta el punto de acumular una condena por año de vida.

Según consta en los registros policiales, Boumadian B. comenzó a delinquir en 2017, cuando solo tenía 19 años. Pero parece que le cogió pronto el gusto y apenas dos años más tarde ya había sido detenido por cometer 24 delitos, la mayoría de ellos contra el patrimonio. Sobre él pesan sentencias por robos con violencia o con fuerza y alguna de resistencia y hurto.

A punto ha estado ahora el argelino de añadir a su curriculum una nueva condena por un delito de lesiones graves, pero los magistrados de la Sección Primera han estimado que no podían aplicarle el subtipo agravado de deformidad. Y por tanto, aunque la Fiscalía solicitó que fuera castigado con tres años y medio de prisión, la pena se ha quedado finalmente en un año de cárcel. Boumadian B. habrá de resarcir también a la víctima con 210 euros por la lesiones sufridas y otros 2.000 por los daños morales. No serán los únicos gastos que deba afrontar el condenado, puesto que la Audiencia Provincial le obliga también a hacerse cargo de la factura del dentista. Y la reconstrucción de la boca de la víctima costó en torno a 8.000 euros.

Por un pírrica deuda

No cabe duda de que semejante acumulación de condenas obligará al encausado a pasar una larga temporada entre rejas. Lo que se antoja más improbable es que pueda hacer frente las indemnizaciones, dado que el puñetazo que le ha supuesto este nuevo paso por el banquillo tuvo su origen en una pírrica deuda de 15 euros.

El agredido contó en el juicio que conocía a su agresor y solía prestarle pequeñas cantidades de dinero. Como prueba de que tenía intención de devolver los últimos 15 euros que le habían fiado, Boumadian B. dejó en prenda su reloj. Pasado un tiempo y sin haber satisfecho la deuda, exigió a Anas Y. que le devolviese el reloj, a lo que este último se negó. "Entonces me llevó a una esquina del patio y allí me pegó un puñetazo, uno solo, que me dejó seco", recordó la víctima durante la vista oral.

El abogado del agresor, Francisco Antoranz, pidió la absolución y en caso de condena, que se le aplicara la eximente de dilaciones indebidas, lo que ha permitido rebajar el castigo.

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