Chueca apuesta por un estudio técnico para decidir el futuro del colegio de Parque Venecia

La alcaldesa urge a la DGA a asegurar las clases en septiembre y llevará el problema a la bilateral. Las alternativas pasan por trasladar el centro o hacer obras para cambiar el curso del barranco.

Las sillas y mesas del colegio, totalmente embarradas tras la tormenta
Las sillas y mesas del colegio, totalmente embarradas tras la tormenta
Toni Galán

Los gravísimos daños provocados por la histórica tormenta del pasado jueves en el colegio María Zambrano de Parque Venecia han reabierto el debate sobre la ubicación de los equipamientos construidos junto al barranco. El Ayuntamiento de Zaragoza urge al Gobierno de Aragón, actualmente en funciones, a tomar cuantas acciones sean necesarias en el corto plazo para garantizar que los niños puedan volver a clase en septiembre.

La alcaldesa, Natalia Chueca, reconoció ayer en declaraciones a HERALDO la necesidad de impulsar una nueva evaluación de riesgos "actualizada a la situación climática de hoy en día" como piden los expertos. En su opinión, se necesitan estudios técnicos "en profundidad" para que situaciones como las vividas esta semana "no vuelvan a repetirse". "Una vez se tengan, habrá que estudiar cuáles son las mejores medidas: si trasladar el colegio o apostar por obras que cambien el curso del barranco, con presas intermedias que permitan ‘romper’ el caudal en caso de emergencia", afirmó.

La regidora asegura que el barrio dispone de otras parcelas fuera del cauce a las que podría trasladarse el centro educativo y pone como ejemplo la zona de la escuela infantil, que pese a estar situada a solo unos metros no se ha visto afectada por la tromba. "Se trata de una cuestión que tenemos que estudiar a fondo. Nuestra obligación es poner los medios para que no vuelva a suceder", dijo.

Este será uno de los asuntos que llevará a la bilateral que espera convocar en septiembre, ya previsiblemente con Jorge Azcón como presidente de Aragón. Desde el Ayuntamiento dan por hecho que la plaza del Pilar y el Pignatelli cooperarán para buscar la mejor solución. "Todas las ciudades, y no solo Zaragoza, nos enfrentamos a un contexto nuevo al que tendremos que adaptarnos y que modifica decisiones urbanísticas que se tomaron en el pasado con un escenario menos virulento", remarcó Chueca.

A su juicio, se trata de un problema "muy concreto" que viene dado por la ubicación del colegio, dado que es ahí "donde desemboca todo el agua". Los estudios que se hagan analizarán también la situación de otros puntos con el mismo problema, como el supermercado de Lidl –donde la gente tuvo que subirse a las cajas registradoras para evitar ser arrastrada por el agua y se vivieron horas de máxima tensión al creer que podría haber personas atrapadas en el ascensor– o el cuartel de la Policía Local.

Desde el Consistorio recuerdan que cualquier decisión que se tome deberá abordarse "de forma pausada" y teniendo siempre en cuenta el coste medioambiental, dado que un problema así no puede resolverse de un día para otro.

Trabajo a destajo

Ayer, varios operarios seguían sacando sillas y mesas cubiertas de barro del interior del colegio, que quedó completamente destrozado como consecuencia de las lluvias. Visto lo sucedido, muchos se preguntan por qué se permitió construir el centro en pleno cauce del barranco, una decisión que se remonta a hace más de 20 años.

Los expedientes aprobados en su día contaron con todos los avales técnicos, llevándose a cabo intervenciones para evitar los efectos de posibles avenidas. En el plan parcial que presentó la gestora en 2003 ya aparecían hasta cuatro parcelas escolares en el lindero oeste del sector, una ubicación que garantizaba terreno suficiente para desarrollar los centros de infantil, primaria y secundaria del barrio. No obstante, la fuerza de la tormenta, que descargó el equivalente a dos alertas rojas, ha demostrado que las medidas adoptadas no son suficientes.

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