caos tras la tormenta

Tormentas en Zaragoza: "La naturaleza ha avisado y Ayuntamiento y DGA deberían plantear un nuevo mapa de riesgos"

El presidente del Colegio de Geógrafos de Aragón denuncia el riesgo que se asumió al planificar infraestructuras tan sensibles como un colegio y un supermercado "sobre el brazo geomorfológico de un barranco".

El agua y el lodo cubrían el colegio María Zambrano
El agua y el lodo cubrían el colegio María Zambrano
Oliver Duch

Las sobrecogedoras imágenes que dejó la tormenta en el entorno de Parque Venecia y el Tercer Cinturón a la altura del barranco de la Muerte no han dejado indiferente a nadie. Los vecinos se preguntaban cómo podía producirse semejante «desastre» en una zona de reciente urbanización. Y los expertos han dado ya algunas respuestas.

El presidente del Colegio de Geógrafos de Aragón, Rafael Martínez Cebolla, partía de un hecho: «Lo que ocurrió el jueves en la capital aragonesa fue un fenómeno extremo, no hay ciudad que soporte los más de 50 litros por metro cuadrado que cayeron en media hora». Pero hecha esta salvedad y reconociendo que es «una suerte tremenda» que no haya habido que lamentar fallecidos, como técnico denunciaba el riesgo que se asumió al planificar este barrio e infraestructuras tan sensibles como un colegio y un supermercado «sobre el brazo geomorfológico de un barranco».

«No podemos planificar con los ojos vendados, de espaldas a la naturaleza. Porque como ocurrió en el campin de Biescas y ha sucedido ahora en Parque Venecia, las consecuencias pueden ser fatales», señalaba. «Si esto ocurre con los niños en clase -insistía-, ahora podríamos estar hablando de una catástrofe». Preguntado sobre si el centro escolar puede seguir en su actual ubicación, el presidente de los geógrafos aragoneses se mostraba sincero. «Fenómenos así pueden no volver a producirse en 300 años o pueden repetirse mañana. Pero es evidente que es algo ligado al cambio climático y que cada vez se registrarán con más frecuencia en distintas zonas del mundo. Si me preguntan a título personal, como padre yo no estaría tranquillo llevando a mis hijos a ese colegio», indicaba.

Para Martínez Cebolla, de la última tormenta torrencial habría que obtener una lección. «La naturaleza ha avisado y Ayuntamiento y DGA deberían sentarse y plantear un nuevo mapa de riesgos. Seguramente haya que gastar mucho dinero y reubicar algunas infraestructuras, pero se impone una revisión del uso de algunos suelos, por mucho que cueste», sentenciaba.

El arquitecto y urbanista Carlos Martín La Moneda advertía también ayer de la necesidad de adaptar las nuevas formas de construir las ciudades al cambio climático. «Por desgracia, tormentas como la del jueves se van a volver a producir. Y si a las tres o cuatro horas hubiera venido otra lluvia torrencial, igual estaríamos hablando de una tragedia. Las grandes riadas que hemos sufrido en calles principales se deben a la excesiva pavimentación impermeable de la ciudad», indicaba.

Según este experto, «Zaragoza debe implementar un plan de emergencias frente a las lluvias torrenciales, analizando la nueva hidrología derivada de la actual pavimentación, identificando los puntos críticos de acumulación y aplicando criterios de urbanismo sostenible, como la porosidad en los pavimentos y la recuperación de la red de acequias existente para redirigir los flujos de agua fuera de los viales y zonas habitadas», concluía.

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