El auge de los veladores se frena y casi 200 bares y restaurantes los han retirado tras la pandemia

Unos 1.820 negocios de Zaragoza sacan mesas a la calle, aunque durante la covid llegó a haber 2.000.

Ambiente en una de las terrazas del centro de Zaragoza, ayer
Ambiente en una de las terrazas del centro de Zaragoza, ayer
José Miguel Marco

Regresa el buen tiempo a la capital aragonesa y, con él, vuelven las imágenes de terrazas abarrotadas en cualquier rincón de la ciudad. Una tendencia instaurada desde hace tiempo pero que, tras el confinamiento impuesto con la pandemia, irrumpió con más fuerza que nunca. Se vivió entonces un auténtico bum del número de bares y restaurantes que sacaban sus mesas a la calle para poder seguir abiertos pese a las restricciones y arropados por una mayor flexibilidad de la normativa municipal. No obstante, ahora, con las aguas volviendo a su cauce, la tendencia se está revirtiendo. Zaragoza cuenta ya solo con un 5,5% de veladores más que antes del coronavirus.

En concreto, según los datos que manejan en la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares, a 1 de enero de 2023 el Ayuntamiento de Zaragoza había tramitado 1.820 autorizaciones para instalar terrazas en la vía pública. Y de estas, 415 ubicadas en plataformas en la calzada, una modalidad que nació precisamente para apoyar al sector de la hostelería por la pérdida de ingresos que sufrieron durante la crisis sanitaria pero que se hizo oficial –y permanente– con la entrada en vigor, el verano pasado, de la nueva ordenanza.

Son prácticamente la mitad, un 47,8%, de los 3.800 establecimientos hosteleros que se estima –no existe un censo oficial– que hay en la ciudad. Aunque las estadísticas han podido variar ligeramente en estos tres meses con la inauguración o el cierre de algunos negocios, es una cifra ya más similar a la que se registraba en 2019. Entonces, según la entidad, había 1.725 que disponían de terraza, apenas un centenar menos que ahora. Sin embargo, llegó a haber más de dos millares en la época de más restricciones, un crecimiento que fue criticado por asociaciones vecinales como Stop Ruido.

No obstante, el gerente de Cafés y Bares, Luis Femia, estima que la disminución que se ha producido continuará en los próximos meses, "conforme el objeto de los negocios se vaya reconduciendo". "Es un elemento vertebral de muchos establecimientos pero, si tenemos en cuenta que en la época más dura del coronavirus hubo más de 2.000 licencias, se está produciendo un repliegue", aclara.

Además, Femia rechaza que, más allá de las terrazas en calzada, los bares tengan ahora, con la nueva ordenanza, un mayor espacio público que antes. "La gente tiene la sensación de que hay una mayor ocupación pero se ha tomado como referencia para otorgar las autorizaciones el número de mesas de 2019", explica.

Y, por su parte, el presidente de la Asociación de Veladores, Francisco Montaner, recuerda que muchos negocios sobrevivieron gracias a la autorización del Consistorio para colocar las mesas sobre plazas de aparcamiento. "Muchos bares pequeños o que se encontraban en calles estrechas y sin posibilidad para poner plataforma cerraron", rememora.

Sin embargo, desde Stop Ruido se han mostrado en múltiples ocasiones contrarios a la nueva ordenanza municipal precisamente porque implanta este tipo de terrazas, que consideran que incrementan las molestias. También apuntan que en determinados puntos de la ciudad las mesas de los veladores ocupan hasta el 60% del espacio público y piden al Ayuntamiento más inspecciones.

Fase de adaptación

A este respecto, desde Cafés y Bares informan de que las alegaciones que presentaron para evitar alrededor de un centenar de multas que la Policía Local impuso durante el primer mes de la nueva ordenanza han sido aceptadas. En nombre de otros tantos establecimientos, consideraban que las actas emitidas entre agosto y principios de septiembre, durante la campaña informativa llevada a cabo por el Ayuntamiento de Zaragoza, no tenían validez al tratarse de una fase de adaptación a la normativa.

"A partir de ahí, se entiende que los negocios ya deberían haberse adaptado y pueden hacer frente a la sanción", indica Femia, que asegura que desde la entidad son "insistentes" con sus socios recordándoles la necesidad de cumplir la regulación. "Esa es la mejor garantía, así pueden tener total tranquilidad", indica, ya que según dice "el control va a ser cada vez más exhaustivo".

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