gastronomía
El ‘brunch’ de moda en la ribera del Ebro
Desde que Artisan Real Food abrió en octubre, no ha dejado de lanzar nuevas propuestas.
El ‘brunch’ es un concepto gastronómico que va ganando adeptos, aunque la tradición le juegue a veces en contra. "Es un hándicap que la mayoría de la gente tiene una comida familiar el fin de semana y está el peyorativo de quién dice que es un almuerzo. Desde aquí les invitamos a hacer algo diferente llenando de colorido el plato y cuidando mucho el servicio y la carta", sostienen Ruth Ballarín y Roberto Quílez, dos emprendedores zaragozanos que no han dejado de innovar desde que abrieron Artisan Real Food (C/Cosuenda) el pasado mes de octubre.
Su propuesta gastronómica se complementa con un nuevo brunch que lanzaron hace apenas dos meses para "intentar ser un sitio diferente y sobre todo vivo", que se adapta a los gustos del cliente. "Lo queremos potenciar porque hay muy pocos sitios que ofrezcan un buen brunch en Zaragoza, y de cara al buen tiempo queremos hacer también algún evento musical en la terraza a la hora de la comida o en el propio almuerzo, de 11.30 a 13.30", señalan.
Este concepto gastronómico, que nace de la combinación inglesa de 'breakfast' (desayuno) y 'lunch' (comida), está cada vez más de moda en la capital aragonesa, donde a juicio de esta emprendedora hay todavía margen de mejora.
"Después de 16 años fuera, veo que hay mucho campo para innovar en Zaragoza, y por fortuna estamos en un entorno muy receptivo. Tenemos la sensación de que es un pueblo grande, porque la gente aquí es muy amable. Los del barrio Jesús te traen siempre a los de fuera para que lo prueben", añade.
Entre su clientela, hay diferentes perfiles. "Nos reserva mucha pareja pero también grupos, y personas de todas las edades. La gente que ha venido se ha ido muy contenta, aunque también hay quien está más reticente al concepto", confiesan.
Una carta viva
Razones para atraer clientela no les faltan. Si el mural de la ilustradora zaragozana Arantxa Recio (Harsa) ambienta el local, en cocina tratan de llevar ese colorido al plato para que desborde salud a través de los alimentos. "Cuidamos mucho el producto, fresco y de cercanía, pero también el servicio. Queremos que de aquí salgan satisfechos del todo, no solamente con la comida", afirman.
Además de utilizar producto fresco y de cercanía, tratan de eliminar aditivos de su oferta y minimizar también el azúcar en sus recetas artesanas. La chef pastelera Lorena Lacosta lo ha conseguido en su nueva propuesta, que no descartan incorporar al 'brunch'. "Hemos hecho unos Donlo's saludables -tienen forma de donuts y toman de ella su nombre- que llevan bizcocho de zanahoria en su interior y una cobertura de chocolate negro o té matcha", detallan.
Más allá del 'brunch', que se compone de zumo de naranja natural o batido de fruta ('smoothie'), y permite elegir entre cuatro combinaciones de tostada y tres tipos de postre, además del yogur griego con granola, Ruth Ballarín y Roberto Quílez siguen con nuevas propuestas en mente. "No dejamos de innovar, porque yo cuando vengo por la mañana siempre quiero verlo diferente, pero nos adaptamos también al gusto del cliente. Nos preguntaban esta semana en Instagram si todo tiene queso. Somos flexibles y tenemos muy en cuenta las intolerancias", señalan.
De cara a los próximos meses, cuando amplíen el servicio en terraza, ya tienen nuevas ideas en mente para incorporar a la carta. "Próximamente lanzaremos las 'cookies canallas', haremos nuestras propias galletas instagrameables muy manchonas", adelantan después de cuatro meses de "mucho trabajo" para hacer realidad este proyecto. "Quisimos abrir en abril del año pasado y terminamos haciéndolo en octubre. Hay un gran esfuerzo detrás, días sin dormir... pero el concepto gusta y tenemos muchas ganas de seguir innovando para que se note ese efecto llamada del Ebro que se pierde al estar en una zona residencial", declaran.
Como novedad, este fin de semana estrenan nueva carta bajo el concepto de 'Compartir es vivir'. Con ella, buscan que el restaurante sea punto de encuentro para los zaragozanos, contando con que ya los del barrio "traen a los de fuera". "El concepto lleva, a través de algún plato de la carta, a interactuar en la mesa. No es para que el cliente venga, le sirvan el plato y se ponga a comer. Servimos el aguacate fresco y lo abrimos delante de ellos, junto con la burrata y el resto de ingredientes, para que cada uno se monte la tostada a su gusto", describe Quílez.
