Es propietario Jorge Zumeta de una cabeza bien amueblada. Quizá tenga que ver que estudia Arquitectura, una vocación desde la niñez en la que se cruzó la carrera de modelo. A sus 27 años, este zaragozano de Pina de Ebro trabaja como imagen de importantes marcas internacionales y se ha subido a la pasarela, entre otros, con nada menos que Dolce & Gabbana, codeándose con estrellas del mundo de la moda como Oriol Elcacho o Jon Kortajarena, con quien comparte agencia de modelos. Para aquellos a los que Instagram les sirve como vara de medir, Zumeta cuenta ahora mismo en esta red social con más de 22.000 seguidores. Con un pie por medio mundo y el otro en su pueblo natal, donde esta temporada reside, el pasado miércoles dio una charla a los alumnos de la Escuela Hacer Creativo, en Zaragoza.

¿Ser modelo es lo que esperaba?

Es que como es algo que no esperas... Si me hubiese planteado ser futbolista, hubiera pensado que es imposible. Pero es que modelo ni se me pasaba por la cabeza. Y creo que en parte estoy aquí por eso: porque empecé sin ningún tipo de objetivo. Con 20 años me fui a la mejor agencia de España. Me cogieron y pensé: "Pues valdré".

¿Cómo se le cruza la moda en su vida?

Mi vida fue hasta los 18 años en el pueblo. En Pina de Ebro. No tenía ni idea de la moda, nula. Solo motos, fútbol, baloncesto, el monopatín, pescar... todo tipo de deportes. Mi familia tenía relación con la tienda Pedro Bernal y fue allí donde me vieron posibilidades. En la comunión de mi hermana recuerdo que mi madre me dijo: "¿Por qué no te animas?" Fui a la agencia Globe, hice un curso, luego un desfile y hasta hoy... En aquel desfile en Zaragoza todos tenían como 30 años. Menos yo, que tenía 15...

¿Y cuántos años tiene ahora?

27

O sea, que puede decirse que es veterano en la moda, pese a ser tan joven.

Sí, porque además en la moda lo normal es que los chicos empecemos más tarde y duremos más. ¡Pero ahora casi que estoy cansado! Por edad, estoy en un momento de haber trotado mucho para conseguir trabajos importantes. Eso, si me mantengo y con ganas...

Entiendo que el trabajo de modelo es muy disciplinado. Pero no solo en lo que respecta al cuidado de su cuerpo sino en el ‘set’ de trabajo.

Eso es. Con respecto al cuerpo no hay ni que decirlo, tengo obligación de entrenar y comer bien, estar en las medidas, llevar siempre el pelo parecido y, en mi caso, mantener la barba. Y en el set de trabajo hay que desplegar una actitud, un respeto a los compañeros, puntualidad. Solo he llegado tarde a un trabajo una vez en mi vida: en Berlín y porque había tres sedes de la marca.

¿A qué nivel se siente como modelo en este momento?

Soy una persona superperfeccionista. Nunca me conformo. Para mí, estoy en el medio. La gente puede pensar que he trabajado con Dolce & Gabbana, Pepe Jeans, Desigual, Bulgari, Guess... Pero mi objetivo es hacer una campaña a nivel mundial. Personalmente, hasta que no haga una campaña de una fragancia buena no diré: "Vale".

¿Y cómo se pasea un modelo internacional por Zaragoza? ¿Se siente a gusto cuando vuelve a casa?

Yo es que si puedo no digo que soy modelo. Lo evito, porque creo que si lo dices la gente que no te conoce cree que ya sabe cómo eres. Si lo hablas, por lo general, a la gente le cambia la cara. Me pasa en las entrevistas que hago para trabajos de arquitectura. Cuando en el currículum ven que soy modelo ya se habla de moda. Llama mucho la atención porque se ve algo muy diferente.

¿Es para usted un refugio vivir aquí?

Yo es que soy natural. Me gusta ser yo mismo. La profesión de modelo es irregular. Igual cobras mucho por un trabajo, pero si es el único que haces al año, si no te llaman más... Y luego está tu imagen expuesta ahí, hay que ser inteligente. Y hay gente a la que se le va de las manos. Yo, por ejemplo, trabajo aquí en Zaragoza de camarero.

¿Ahora?

Sí, sí, yo es que no sé estar parado. Y me sirve para saber lo que vale ganar cada euro. Empecé en octubre, para un mes, y al final voy a estar hasta febrero.

Y además estudia Arquitectura.

Con cuatro años ya decía que quería hacer casas. Ahora estoy con el proyecto, que es de un centro de formación profesional de moda en Torrero. Yllevo dos años que además de como modelo, trabajo haciendo reformas.

Pero oiga, esto no es lo habitual en su mundo, ¿no?

Yo estoy en un desfile, junto a Velencoso o Elcacho hablando de la fiesta a la que van a ir esa noche, y yo con el ordenador debajo de los abrigos, sentado en el suelo, porque tengo que entregar un proyecto la semana siguiente.

¿Y cae bien?

Sí, pero no de los que mejor, porque no soy de ir a fiestas...

¿Y cree que esa gran campaña de perfumes la puede conseguir sin ir a esas fiestas?

Sí.

O sea, que estar alejado de las grandes capitales no le perjudica.

Me perjudica, sí. Pero es una decisión personal, para estar más tranquilo. Hay que tener en cuenta que la vida de modelo es entrenar, cuidarte y trabajar diez veces al mes si es que tienes suerte...

Sus padres tienen que estar contetísimos.

Mis padres están contentísimos. Pero a veces me exijo mucho y son ellos los que me dicen que no lo haga tanto.

Hablaba antes de valorar cada euro que gana trabajando. Puede que la de modelo sea de las pocas profesiones en las que las mujeres ganan bastante más que los hombres. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Antes hablaba de esa campaña de perfumes que me gustaría hacer. Para una mujer es más fácil, porque hay muchas más marcas. Pero es que una modelo femenina genera mucho más movimiento. Hay más marcas de mujer, hay más retorno. El trato del hombre en el mundo de la moda sería como el de la mujer en el fútbol. A mí no me parece injusto. Por el hecho de que yo no genero lo que generan ellas. Obviamente, si entras a trabajar a un sitio con las mismas capacidades, debes cobrar lo mismo, pero en este caso es un tema de que el retorno de ellas es mayor... Y me parece perfecto.

¿Qué le gusta más, la pasarela o un editorial de moda?

La pasarela. Porque la sensación es diferente. Es un subidón. Sería como el cine y el teatro. Los actores siempre dicen que les gusta más el teatro porque tienes las reacciones en directo. Con la pasarela es lo mismo.