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Termina la reparación del tejado de la iglesia de Capuchinos de Alcañiz, dañado por una tormenta

El templo, destinado actualmente a usos logísticos por parte del Ayuntamiento de la ciudad, ha requerido de una inversión de 120.000 euros

Andamiaje colocado en la iglesia de Capuchinos de Alcañiz para la reparación del edificio.
Andamiaje colocado en la iglesia de Capuchinos de Alcañiz para la reparación del edificio.
Heraldo

El Ayuntamiento de Alcañiz ha invertido 120.000 euros en la reparación de la iglesia de Capuchinos, que sufrió un derrumbe parcial el pasado 25 de agosto tras una fuerte tormenta. La primera fase de los trabajos, de un mes de duración, consistió en la limpieza profunda del edificio, desescombro y saneamiento, que descubrió importantes afecciones en el edificio, sobre todo en su cubierta.

Así, tras la limpieza, se ha realizado la reparación de estas estructuras, "en una obra que declaramos de emergencia porque no admitía más demora", explica el concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Alcañiz, Carlos Andreu. Tres meses más ha durado la remodelación del edificio, construido en el siglo XVII y declarado de interés patrimonial, que presentaba daños que afectaban a su propia seguridad y suponían riesgo para bienes y personas. "Ha sido necesario sustituir toda la techumbre e instalarla nueva, incluyendo nuevas cerchas de madera y zuncho de hormigón perimetral", señala Andreu.

La iglesia de Capuchinos, en la margen izquierda del río Guadalope, es un vestigio del patrimonio religioso de extramuros de la ciudad, ahora destinada a un uso logístico y de intendencia por parte del Ayuntamiento. "Figura en el catálogo de edificios históricos de la ciudad, algunos de los cuales van a ser mejorados porque presentan un estado de conservación deficiente", explica Andreu.

La techumbre de la iglesia de los Capuchinos ha tenido que ser reconstruida.
La techumbre de la iglesia de los Capuchinos ha tenido que ser reconstruida.
Heraldo

La llegada de la orden religiosa de los capuchinos a Alcañiz está fechada en 1612 y la iglesia, el único resto que queda del convento, se construyó entre 1628 y 1630. Su valor arquitectónico reside, fundamentalmente, en que constituye uno de los primeros ejemplos de arquitectura clasicista en el Bajo Aragón.

El informe técnico previo a las obras señalaba que a causa del derrumbe parcial del inmueble se produjo el colapso de los elementos portantes de la cubierta en la parte central de la nave principal, así como el hundimiento de la coronación superior del muro.

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