Acciona renuncia a construir el último tramo de la A-23 entre Lanave y Sabiñánigo y lo hará Sacyr

La propuesta de la nueva empresa para ejecutar los 8 kilómetros se eleva a 102 millones, un millón más que el anterior adjudicatario. 

La incidencia se ha producido a la altura del túnel de Arguis y ha provocado una retención de varios kilómetros, en sentido Zaragoza.
Usuarios en la carretera en el monumental atasco ocurrido en el puerto de Monrepós en el regreso de la Semana Santa por una granizada.
Javier Navarro

La multinacional española Acciona ha renunciado a la adjudicación del contrato para terminar la autovía A-23. El único tramo aún pendiente, entre Lanave y Sabiñánigo, lo ejecutará la empresa Sacyr, el licitador que quedó en segunda posición en el concurso. Este es el único pendiente de adjudicar en el recorrido de más de 400 kilómetros entre Sagunto y Jaca.

La Mesa de Contratación del Ministerio de Transportes se reunió el pasado 15 de abril para agilizar los trámites de varias obras en todo el país, entre ellas el proyecto de terminación de la A-23. En la reunión se expuso la renuncia de la empresa Acciona Construcción S. A. a la adjudicación del contrato. 

Esta compañía fue la que obtuvo mayor puntuación (99,81) de las 13 compañías que concurrieron, de las cuales se excluyó a cuatro por ofertas anormalmente bajas. En segundo lugar había quedado Sacyr Construcción S. A. (94,75 puntos), por lo que la Mesa de Contratación la ha propuesto como nuevo adjudicatario, dado que es "la oferta con relación calidad-precio más ventajosa para la Administración". El importe de su licitación era de 102.403.895 euros, con IVA, un millón más que el precio establecido por Acciona.   

Así pues Sacyr ejecutará los últimos 8 kilómetros de la A-23 entre Lanave y Sabiñánigo, un cuello de botella entre dos tramos ya desdoblados que genera atascos cada vez que hay un puente festivo o en períodos de temporada alta turística por el enorme flujo de visitantes que tiene el Pirineo más occidental. Volvió a ocurrir en el regreso de la Semana  Santa, cuando una granizada ocasionó un monumental atasco.    

El Ministerio espera iniciar las obras en junio y dado que el plazo de ejecución son 59 meses (casi cinco años), deberán estar acabadas a mediados de 2029. 

Precisamente el amplio plazo de ejecución ha provocado las críticas del Gobierno de Aragón. El consejero de Fomento, Octavio López, envió el pasado 4 de marzo una carta al ministro de Transportes, Óscar Puente, para pedirle que se aceleraran los trabajos en este tramo de la A-23. Argumentó su peligrosidad, la mala imagen para los turistas por los atascos y el daño al sector turístico.  

Sin embargo, el Ministerio, aunque dijo comprender el deseo del Gobierno de Aragón de acortar los plazos, ve inviable reducir los 59 meses previstos en los 30 que proponen los técnicos de la DGA porque "es una carretera de montaña, con las dificultades añadidas que esto supone".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión