El 2023 arranca con embalses al 44% y una reserva de nieve "muy baja" en el Pirineo

Los sistemas de riego no disponen de agua suficiente a dos meses de la campaña.

Una imagen del embalse de Yesa de este pasado diciembre, con las ruinas aún a la vista.
Una imagen del embalse de Yesa de este pasado diciembre, con las ruinas aún a la vista.
Verónica Lacasa

A dos meses del inicio de la campaña de riego y después de un otoño más seco de lo esperado, los grandes sistemas de regadío de la cuenca del Ebro ven con "preocupación" cómo las reservas de agua en los embalses remontan muy lentamente, sin tener garantías de llegar a marzo con recursos suficientes.

Si las presas están a menos de la mitad de su capacidad total (44% cuando la media en estas fechas es del 64%), la nieve, considerada un embalse en diferido, aún arroja peores cifras, a un tercio del volumen habitual.

Ya lo advirtió hace una semana la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), María Dolores Pascual, cuando dijo que la próxima campaña de riego "puede ser difícil" en la margen izquierda por la persistente sequía, que dejó vacíos los embalses en verano y no ha permitido llenarlos en la estación de lluvias por excelencia, el otoño.

Riegos del Alto Aragón, el Canal de Bardenas o el Canal de Aragón y Cataluña, los tres grandes sistema de la Comunidad, que suman 300.000 hectáreas, cuentan con menos de un 40% de volumen útil en sus embalses.

En el caso de Bardenas, este porcentaje baja hasta el 30%. Desde septiembre, Yesa ha pasado de 67 a 127 hectómetros cúbicos (del 15% al 28%), con un déficit respecto al año pasado de 109 hm3. La situación es "complicada", como admite su presidente, José María Vinué. Aunque aún quedan enero y febrero, "Yesa debería estar en estas fechas casi lleno para afrontar una campaña con cierta normalidad".

En Riegos del Alto Aragón el volumen de reservas es del 53%, pero este porcentaje cae al 39% si se restan los 150 hectómetros cúbicos de ‘embalse muerto’ de El Grado, por debajo de la toma del canal. En caso de necesidad habría de bombearlos, algo que no se ha hecho nunca.

En una semana, el sistema Gállego-Cinca apenas ganó 19 hm3 y actualmente La Sotonera y Mediano, las presas de referencia para Riegos del Alto Aragón, no llegan ni a la mitad de su capacidad (44% y 42%). La mayor comunidad de regantes del Ebro, y también del país, esperaba más del otoño. Su presidente, José Antonio Pradas, no oculta su "decepción" y "preocupación" pensando en el horizonte que se avecina en marzo. «En octubre y noviembre casi ha llovido más en la zona regable que en el Pirineo, que es donde se llenan los embalses», señala.

Nieve barrida por la lluvia

Además, las nevadas han sido escasas y las temperaturas, inusualmente altas. Por si fuera poco, las últimas lluvias barrieron parte del manto y los embalses crecieron sobre todo por efecto de ese deshielo anticipado que resta reservas para la primavera. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las zonas medias y bajas de la montaña se hallan casi desprovistas de nieve. Hay que ascender a 1.800 o 1.900 metros para verla, y de forma discontinua. Solo por encima de los 2.100 m se miden espesores de 30-40 cm, muy inferiores a la media de esta época del año.

El último parte de reserva nival de la CHE la sitúa en umbrales "muy bajos" en las cuencas del Aragón, el Ésera, el Ara y el Cinca; y "bajos" en el Gállego y el Noguera-Ribagorzana. En el conjunto del Pirineo aragonés suma 250 hm3 equivalentes de agua cuando la media en estas fechas es más del triple (799).

Riegos del Alto Aragón reconoce que está a falta de 440 hm3 para afrontar a partir del próximo mes de marzo una campaña normal, y así se puso de manifiesto en la junta de gobierno del pasado día 23 de diciembre. Ya en la de 2022 se dejó un 20% sin sembrar por la falta de agua, que obligó a establecer cupos desde el inicio, con la consiguiente merma de ingresos.

Según Pradas, "el Pirineo es capaz, en una semana de frentes, de hacer variar la situación", pero también podría ocurrir lo contrario. "La presidenta de la CHE nos dijo que nos fuéramos preparando, que si habíamos pasado un año complicado, el futuro podía ser aún más difícil", avisa. 

El río Aragón, a punto de salir del nivel de emergencia

El río Aragón está cerca ya de abandonar la situación más extrema de falta de agua en su embalse, la de emergencia. El nivel rojo en los mapas de sequía acompaña a esta cuenca desde el pasado mes de agosto. De acuerdo con el último informe de la CHE sobre los índices de reservas en los embalses, el Aragón y el Arba mantienen esta situación pero es probable que en unos días dejen la emergencia para pasar al nivel de alerta.

Actualmente, Yesa almacena 125 hectómetros cúbicos y si a final de año alcanzaba los 140, superaría ese umbral crítico, de acuerdo con los cálculos aportados por el Canal de Bardenas. El presidente de esta comunidad aprecia poca diferencia entre estar en emergencia o en alerta. "Lo importante sería tener nieve en la montaña, que no tenemos", señala José María Vinué, lamentando que la poca agua recibida en el embalse proceda de la fusión de la nieve por efecto de unas lluvias que tampoco han supuesto grandes aportaciones. Por su parte, en la zona del Bajo Ebro (Mequinenza), harían falta 200 hm3 para salir de la emergencia. 

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