Juan José Padilla se despide este lunes (18.30) de la plaza de toros de Huesca. Su concepto, excéntrico y tremendista, siempre caló en los tendidos del sol. Pero fue en 1999, a raíz de una cornada en el abdomen que lo mantuvo apartado de los ruedos medio año, cuando se inició el vínculo afectivo que se ha llevado al extremo en la época reciente.

La tarde del 11 de agosto de 2012, la de su reaparición en la capital altoaragonesa tras la gravísima cornada en el rostro sufrida en Zaragoza, todavía permanece en el recuerdo de los peñistas. Su viejo ídolo había regresado convertido en ‘pirata’, y el “illa, illa, illa, Padilla maravilla” ya no iba a dejar de sonar.

Desde entonces, verle hacer el paseíllo con las patillas de hacha y el parche en el ojo ha sido motivo de alegría en cada San Lorenzo. Hoy, además, lucirá el pañuelo bucanero que cubre 40 puntos de cicatriz en su cuero cabelludo. Arévalo fue solo otra piedra en el camino del anunciado adiós que ahora hace parada en Huesca.

El jerezano comparte cartel con otros dos veteranos de largo historial aquí. El Fandi, uno de los toreros que más veces han abierto la puerta grande en la presente década, llega con un intenso verano de festejos a sus espaldas. Nada que ver con Miguel Abellán, que, al igual que en San Lorenzo 2017, cuando fue declarado triunfador, se presenta sin haber toreado una sola corrida esta temporada.

El diestro madrileño protagonizó un momento bastante tenso en la entrega de premios de la pasada feria, al anunciar que la anterior gestora del coso le sigue adeudando los emolumentos de la actuación que lo alzó como mejor torero. Además, Abellán denunció que la situación que atraviesa se debe a determinados empresarios que son un “cáncer” para la fiesta.

Esta tarde, como sus compañeros de terna, se medirá a reses de la ganadería de Salvador Domecq (procedencia El Torero). Preparen los flequillos que vienen las penúltimas largas cambiadas del 'pirata'...