sanidad

Alcañiz cubre una plaza mir 'in extremis' con el puesto 11.588: "Va a ser todo un reto"

En esta unidad docente solo se ha asignado uno de los ocho puestos convocados de la única especialidad que se oferta. Los residentes hablan de las ventajas de trabajar en un hospital comarcal, y lo hacen también a través de Instagram.

Residentes eir y mir de la unidad docente de Alcañiz, en un taller del 061 sobre vías y punciones.
Residentes eir y mir de la unidad docente de Alcañiz, en un taller del 061 sobre vías y punciones.
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En la tercera sesión de este viernes, la que ha completado el proceso de adjudicación de plazas de médico interno residente (mir), se ha convocado a los aspirantes con número de orden del 11.401 al 11.755 de la titulación de Medicina. Y es precisamente en este turno donde se ha asignado el único puesto de esta especialidad en la unidad docente de Alcañiz, que ofrecía ocho vacantes en total.

Irene Guevara tenía el número 11.588 y será la única residente de primer año que se incorpore a este sector, donde se formará los próximos cuatro años. Natural de Venezuela, estudió en la Universidad de Oriente y en su tierra natal trabajó en Medicina de Trabajo. Emigró a España en 2019 y en 2021 consiguió que le homologaran el título. 

Llevaba dos años trabajando en el centro de salud de Caspe, cubriendo guardias y sustituciones hasta la actualidad. Animada por sus compañeros se presentó al examen mir, celebrado el 20 de enero en 28 localidades, entre ellas Zaragoza, y consiguió una posición que le ha permitido optar a la plaza que deseaba. "Vivo en Alcañiz y me encanta la Medicina Familiar", reconoce.

A pesar de ser la única mir que se incorpora a la unidad docente, considera que la formación va a ser positiva: "Tengo mucha experiencia como médico general en Caspe y como Medicina del Trabajo en Venezuela". En los dos años que ha trabajado en Aragón explica que ha aprendido mucho, aunque, cuenta, ha tenido que actualizar protocolos.

"Va a ser todo un reto", dice, aunque no oculta que preferiría que hubiera otros residentes de primer año. Pero ganas no le faltan para asumir la plaza. Durante su periodo formativo compaginará las rotaciones por los distintos servicios del hospital con un centro de salud: "Me gustaría estar en Caspe".

Este es el segundo año que solo un aspirante elige esta unidad docente. Irene se unirá a los residentes de Medicina Familiar que se forman en Alcañiz: en total, 21. Siete de ellos, de cuarto año, finalizarán su formación el próximo mes de septiembre, porque se incorporaron en 2020, cuatro meses más tarde de lo habitual por la pandemia de covid.

Los residentes eir y mir decidieron este año publicar vídeos para dar a conocer la unidad docente a través de Instagram. Balma Tosca, residente de último año, recuerda que en 2020 se cubrieron todas las plazas convocadas (ese año se aumentó de 6 a 8), aunque uno de los mir renunció. La falta de interés por esta especialidad ha ido en aumento, cuenta: "Cuando yo empecé, o elegías o te quedabas fuera".

Esta profesional, natural de Morella (Castellón), relata que se ha intentado dar a conocer la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria y la unidad docente aprovechando las redes sociales. En los hospitales lejos de las grandes ciudades, dice, "se aprende mucho" porque "se rota por todos los servicios". Entre las ventajas figura, también, que "los cupos son más accesibles y puedes conocer mejor al paciente, con mayor cercanía y más tiempo, en general". 

El que no lleguen nuevas generaciones de mir al hospital "afecta mucho a la unidad docente": "Incluso puede llegar el día que alguna desaparezca, si sigue así esta tendencia. Al final no hará falta para un sitio donde no haya residentes". 

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