Las propuestas de trasvase del Ebro planteadas por PP y Vox en los últimos días tuvieron este miércoles su eco en la sesión de control al Gobierno celebrada en el Congreso de los Diputados. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, salió al paso de una iniciativa que calificó de «grotesca», y ofreció a cambio seguir desarrollando los actuales planes de cuenca frente al Pacto Nacional del Agua diseñado por las derechas. La dirigente socialista, pidió «huir de la confrontación» en materia de agua pero reconoció, eso sí, que las confederaciones hidrológicas sufren la falta de medios, por lo que se comprometió a aportarles más recursos.

La guerra del agua volvía así a ser protagonista del pleno en la Cámara Baja. El PP preguntó a la ministra por las soluciones que el Gobierno está llevando a cabo ante la sequía en Cataluña, después de que el candidato conservador para las elecciones en la comunidad vecina, Alejandro Fernández, reclamara este fin de semana un trasvase del Ebro hacia el área metropolitana de Barcelona.

Para la ministra, esta idea es «grotesca». Ribera apostó por «trabajar respetando el marco constitucional» y pidió a la bancada popular «no hacer de esto un tema de confrontación sino de colaboración». En este sentido, defendió la labor realizada hasta ahora por el Ejecutivo central ante la sequía que afecta a Cataluña y a parte de Andalucía pese a la mejora de los embalses tras las últimas lluvias. «Hemos trabajado de forma respetuosa, sabiendo que la gran mayoría de las competencias de agua corresponden a las comunidades, y lo hemos hecho de forma coordinada y solidaria, ofreciendo ayuda para invertir en desalación adicional y comprometiendo fondos europeos, trabajando con los agricultores desde las confederaciones, y también con aportaciones extraordinarias por barco que ojalá no sean necesarias», relató.

El diputado del PP Santiago Rodríguez recordó que las cuencas catalanas siguen en situación crítica, apenas al 17% de su capacidad, y pidió al Gobierno «liderazgo» para impulsar un Pacto Nacional del Agua como el registrado por los conservadores el mes pasado en el Congreso y que contempla «todas las alternativas, tanto convencionales como no convencionales, incluyendo aquellas que afectan a más de una cuenca».

Ante este planteamiento, compartido en buena parte de sus términos por Vox, Ribera argumentó que España «ya existe un Pacto Nacional, en fondo y forma, como son los planes hidrológicos aprobados en enero del año pasado».

12% menos de agua

Por su parte, Vox volvió a pedir una planificación estatal por encima de «diferencias regionales» que lleve recursos hídricos a todas las comunidades mediante trasvases entre cuencas. «El agua es un recurso natural, esencial para la vida y la economía, y no puede subordinarse a las demandas ecorradicales y al capricho de caudales ecológicos establecidos al margen de la unidad hídrica nacional», denunció el diputado Ricardo Chamorro, que lamentó la paralización del trasvase del Ebro en 2005.

En respuesta, Ribera reconoció que desde los años 80 «se ha reducido la disponibilidad de agua un 12% y todas las proyecciones apuntan a un 40% menos en 2040, lo que requiere medidas reforzadas, sobre todo en las cuencas del sureste». No obstante, su apuesta pasa por anticipar la gestión, impulsar la reutilización y las fuentes no convencionales como la desalación, entre otras. También dar más medios a las confederaciones hidrográficas. «Muchas veces hacen su labor con menos recursos de los necesarios, nuestro compromiso es mejorarlos», finalizó.