La presa aragonesa que lleva funcionando 4 siglos sin descanso: "Su construcción fue vital para la gente de Huesca"

Fue construida a finales del siglo XVII para garantizar el agua de riego de los agricultores oscenses y es una de las presas españolas más antiguas que sigue funcionando.

DESAMBALSE DEL PANTANO DE ARGUIS. Autor: GOBANTES, RAFAEL Fecha: 03/10/2006 Propietario: Heraldo de Aragón Id: 2006-159602 [[[HA ARCHIVO]]]
Vista de la presa de Arguis durante uno de los desembalses del pantano.
Autor: R. Gobantes/Archivo Heraldo

El problema de la escasez de agua es un mal endémico en todo Aragón. Durante siglos, las diferentes culturas que vivieron en nuestro territorio y nuestros antepasados más cercanos construyeron diferentes sistemas de riesgos, de almacenamiento y de canalización de aguas para abastecer a los cultivos y a las poblaciones. Acequias, azudes, aljibes y pozos se encuentran por doquier en el campo aragonés. También, en menor medida, presas y pantanos. Algunos de ellos con siglos de historia a su espalada.

Es el caso del pantano y la presa de Arguis, en la provincia de Huesca. Es un pantano que se encuentra en la cabecera de un pequeño río, el Isuela. “Durante muchos siglos, los habitantes de Huesca han hecho esfuerzos para aprovechar su caudal ante la escasez de agua en la zona”, dice el historiador oscense Carlos Garcés. “En época medieval se hizo un azud y una acequia en Arascués y, en varias ocasiones, se planteó la necesidad de hacer un pantano”, afirma.

“El Isuela ha sido el río que ha regado el regadío de Huesca desde tiempos inmemoriales”, apunta José Antonio Cuchí, profesor colaborador extraordinario de Ingeniería Agroforestal de la Universidad de Zaragoza. “La referencia más antigua que tenemos para la construcción de una obra hidráulica en la zona es con la conquista de Huesca, en los albores del primer milenio de nuestra era, donde se plantea hacer una acequia en Nueno para abastecer a la capital oscense”, señala. 

Arguis disfruta de su embalse

“Posteriormente, se intentan un par de trasvases desde el río Flumen pero no dan la suficiente agua y se plantea la construcción de un pantano en Arguis, compuesto de presa y vaso, que resolviese el problema que siempre ha tenido la ciudad con el agua”. Prosigue Cuchí.

Pagado con un impuesto sobre los alimentos

El proyecto del pantano de Arguis es de la ciudad de Huesca y de su concejo, del que formaba parte la figura que fue la impulsora de su construcción: Francisco de Artiga. “Uno de los méritos de Artiga fue el hacer el pantano en la entrada de la foz, en contra de los proyectos anteriores que lo ubicaban en Nueno, aguas abajo del Isuela”, asevera Garcés, autor del libro ‘Francisco de Artiga. El final de un mundo’, junto con Julio Bernués y Natalia Juan. 

Imágenes de la presa de Arguis a principios del siglo XX, antes de las obras de recrecimiento de 1926.
Imágenes de la presa de Arguis a principios del siglo XX, antes de las obras de recrecimiento de 1926.
CHE

Las obras comenzaron en 1686 y entró en funcionamiento antes de 1700. La presa que se construyó era un murallón recto de mampostería de piedra con 11’5 metros de ancho en su base y aprovechaba las peñas que estaban muy próximas, en un lugar estrecho y estratégico”, describe el historiador. “Entró en funcionamiento a finales del siglo XVII sin estar acabada debido al modo tan singular de financiación de la obra". 

"Entró en funcionamiento a finales del siglo XVII sin estar acabada por problemas de financiación".

Y es que "se hizo mediante sisa, un impuesto que grababa los productos básicos como la carne, el pan o el vino y que debía de pagar todo el mundo, incluido el clero, que normalmente no pagaba impuestos. Por lo que antes de ponerlo en marcha hubo que pedir una autorización al Papa”, continua. “Se consiguió una primera vez, para comenzar las obras, pero para terminarlas se hace necesario recaudarlo de nuevo y se pide de nuevo autorización a Roma. Sin embargo, en esta ocasión surgen algunos impedimentos. En 1700 se tuvieron que parar las obras por falta de financiación y no pudieron reanudarse hasta mediados del siglo XVIII”, añade Garcés.

"En 1700 se paran las obras por falta de financiación y se reanudaron ya a mediados del siglo XVIII".

“Se trata de una presa de gravedad, fabricada con mampostería y bloques de piedra, tal y como se hacían en la época”, apunta, por su parte, Cuchí. “En el siglo XVII, en el que no había trenes que acercasen los productos frescos, ni frigoríficos que los conservasen, el pantano supuso garantizar la alimentación de la ciudad de Huesca. Esto tuvo como consecuencia un crecimiento demográfico y económico entre sus habitantes y fue una de las causas del progreso de la ciudad”, asegura el ingeniero.

Imágenes de la presa de Arguis a principios del siglo XX, antes de las obras de recrecimiento de 1926.
Imágenes de la presa de Arguis a principios del siglo XX, antes de las obras de recrecimiento de 1926.
CHE

Reformas posteriores

“En 1830 hubo que hacer una reforma para reparar algunos daños en la estructura y en 1926 se llevó a cabo una ampliación y recrecimiento del pantano, en el que también se llevaría a cabo una limpieza de los sedimentos para evitar la colmatación”, explica Garcés. En ese momento también se llevó a cabo una repoblación forestal del entorno para minimizar la llegada de sedimentos y residuos al pantano y alargar la vida de la obra. 

Recorte de una página de Heraldo sobre la inauguración de las obras de recrecimiento del pantano de Arguis, en 1929.
Recorte de una página de Heraldo sobre la inauguración de las obras de recrecimiento del pantano de Arguis, en 1929.
Archivo Heraldo de Aragón

La presa actual es el resultado del recrecimiento de la presa antigua, que se amplió duplicando su altura. Entonces, pasó de ser un pantano de la ciudad de Huesca a ser un equipamiento particular y fueron los regantes y agricultores los que se hicieron cargo de su gestión a través de la Comunidad de Regantes del Pantano de Arguis.

"Significó el poder vivir de la agricultura. Fue vital para la economía y la alimentación de Huesca".

Desde esta entidad explican que para los regantes, la construcción del pantano en el siglo XVII significó el poder vivir de la agricultura porque Huesca no tenía agua. “Fue vital para la economía y para la alimentación de la ciudad porque en los ciclos de sequía, los agricultores tenían que regar una a una las lechugas con cazos y jarras de agua que llevaban hasta sus huertas como podían”, recuerdan. “Aún ahora, con el pantano, tenemos ciclos de sequía y años en los que no podemos llenarlo”, lamentan.

Lugar de ocio de las familias de Huesca

A mediados del siglo XX se convirtió en un lugar de ocio para los oscenses que subían los fines de semana a pasar una jornada de baño, hacer meriendas y excursiones. Se hacían competiciones de natación y de pesca, había paseos en barca recreativa y se puso en marcha una hospedería, cerrada ya desde hace varias décadas. 

“En los clubes deportivos nos preparaban para las carreras de natación en Arguis que se hacían cada verano. Para los chavales como yo, participar en esa prueba era una fiesta”, recuerda Ricardo Sanromán, vecino de la capital oscense. “También íbamos allí con la familia a comer los fines de semana, subíamos al pico del Gratal, nos bañábamos en el pantano al bajar y merendábamos con un picnic en la orilla”, rememora.

XXX Travesía a nado del pantano de Arguis, trofeo Víctor González, celebrada en 2001.
XXX Travesía a nado del pantano de Arguis, trofeo Víctor González, celebrada en 2001.
Javier Blasco/Archivo Heraldo

En la actualidad, el pantano como lugar de ocio se mantiene en cierta medida pero no como el siglo pasado. Hay pesca recreativa y también se puede meter una barca son la debida licencia en vigor, pero su principal función sigue siendo la de abastecer de agua de riego a los cultivos de Huesca. “El pantano es vital para el regadío que queda en la ciudad e Huesca. La presa es muy antigua pero está totalmente operativa. Es la presa más antigua de Aragón con un funcionamiento continuado desde el siglo XVII y una de las tres presas más antiguas de España”, indican los regantes. 

Para ello, los trabajos de acondicionamiento son continuos. “Hay una parte que se colmata si no se abren las compuertas para vaciarlo tras la temporada de riegos. Sin embargo, los años de sequía, es necesario aprovechar todo el agua y no se hace ese vaciado, por lo que sí que se generan ciertos problemas de aterramiento pero se van subsanando”, afirman. “En la actualidad se complementa con el pantano de Montearagón, en el río Flumen, pero sigue siendo una presa que funciona y tiene uso. Tenemos presa para años”, añade Cuchí.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión