aragón

Aragón se prepara para futuras posibles pandemias tras la experiencia de la covid

Sanidad crea una nueva Coordinación de Alertas de Salud Pública para establecer los pasos a seguir ante una emergencia sanitaria, como instaurar un gabinete de crisis.

Dos profesionales sanitarios junto a varios respiradores en el servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Dos profesionales sanitarios junto a varios respiradores en el servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Javier Belver

El 14 de marzo de 2020 se declaró el primer estado de alarma en todo el territorio español para afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por la covid-19. Hoy, cuatro años después, el recuerdo de esa crisis sigue estando muy presente. Tanto que guía algunas decisiones adoptadas por el sistema de salud, como las que se habilitaron para hacer frente al aumento de infecciones respiratorias a principios de año. Y, con la experiencia de las sucesivas oleadas de coronavirus -que provocaron más de 470.000 contagios y 5.300 fallecimientos, según las cifras oficiales hasta julio de 2023-, Aragón se prepara para actuar ante futuras posibles pandemias, reforzando Salud Pública y los sistemas de vigilancia.

Atrás queda la incertidumbre y el miedo por un virus desconocido que llevó al límite a los hospitales, en uno momento en el que faltaban mascarillas, equipos de protección y hasta respiradores, cuando eran muchas las bajas de profesionales por haber contraído la enfermedad o ser contacto de un infectado, y cuando la atención primaria impulsó las consultas telefónicas para evitar las visitas presenciales. La vacunación marcó un antes y un después en la lucha contra la covid desde diciembre de 2020. La última temporada, cuando se ha vuelto a administrar junto a la de la gripe, ha perdido fuerza respecto a esas primeras campañas. En la memoria quedan aquellos días en los que las citas se agotaban nada más abrir las agendas y las filas se sucedían ante los centros de salud. La última dosis, sin embargo, ha llegado al 63% de los aragoneses mayores de 80 años; el 53% de 70 a 79 años; y el 31%, de 60 a 69, "una cobertura inferior a la deseable". Un porcentaje que desciende conforme baja la edad. Como consecuencia de la pandemia, esta inmunización se ha introducido ya en el calendario vacunal para los grupos de riesgo en otoño.

La directora general de Salud Pública, Nuria Gayán, señala que una consecuencia que habrá que analizar es el impacto de esta crisis en la salud mental, no solo de la población sino también de los profesionales, "que estuvieron sometidos a una situación de muchísimo estrés y de desbordamiento en sus funciones, y la verdad es que se comportaron como héroes".

"Desde el punto de vista de la Salud Pública -destaca- nos interesa enormemente ver qué es lo que hay que hacer y en qué estamos ahora actuando para estar mejor preparados ante próximas crisis o posibles pandemias que, como dice la OMS (Organización Mundial de la Salud), podría llegar". La más visible es la vacunación, además de una "mejor aceptación de unas medidas protectoras que eran prácticamente desconocidas en España", como las mascarillas. Algo que se vio en la reciente epidemia de gripe.

Lecciones aprendidas

La primera lección aprendida es que "España debería reforzar su acción en los organismos internacionales". "Se detectaron debilidades en los sistemas de información y de alerta temprana", y eso afectó también a la respuesta anticipada, explica.

"El marco legal era insuficiente y originó problemas a la hora de regular las medidas sanitarias, especialmente las más restrictivas de derechos individuales", recuerda Gayán: "Hubo errores en la respuesta debido a problemas preexistentes en el sistema sanitario, como la distancia entre la Salud Pública y los niveles asistenciales, o las deficiencias en los sistemas de vigilancia epidemiológica". Y quedó de manifiesto que "había unos servicios de Salud Pública débiles, con muy pocos recursos económicos y de personal y mal dimensionados para su actividad cotidiana".

Faltaban protocolos de actuación, como ocurrió en las residencias de mayores. "La tragedia que se vivió podía ser inevitable, pero se hubiera podido paliar en caso de haber dispuesto de ciertos sistemas de información comunes y compartidos". Y además, apunta, "hubo fallos de coordinación, por ejemplo a la hora de compartir recursos médicos entre territorios o en la adquisición de material". También se produjeron "errores de comunicación a la población muy llamativos" así como una "intoxicación informativa en redes sociales".

La pandemia impactó en la actividad económica, y también en la esperanza de vida, retrocediendo a los niveles de 2011. "Esto demuestra -resume- lo esencial y lo importante que son los servicios de Salud Pública". También hubo muchas consecuencias sobre la "humanización de la asistencia sanitaria", porque la covid dejó situaciones "muy duras" y "hay que analizar qué se podría cambiar".

Acciones de mejora

Entre las medidas para estar mejor preparado ante futuras pandemias está la necesidad de reforzar la planificacion. En Aragón, con el nuevo decreto de estructura del Departamento de Sanidad, se ha creado la Unidad de Coordinación de Alertas de Salud Pública. Está revisando los protocolos de actuación ante cualquier alerta y tiene el reto de establecer los pasos a seguir para la gestión de nuevas crisis sanitarias: cómo instaurar un gabinete de crisis, cómo debe funcionar, cómo llevar a cabo la coordinación de todos los implicados que deben actuar para darle una respuesta inmediata, definiendo planes de contingencia específicos y activando desde el inicio todos los recursos necesarios.

La Comunidad ha prorrogado hasta noviembre el sistema de guardias de Salud Pública, que se implantó durante la pandemia, y que en principio iba a tener un carácter temporal. Está activo las 24 horas del día todo el año y cuenta con 111 profesionales: cada noche y cada fin de semana hay ocho profesionales prestando servicio de guardia.

"Tenemos que reforzar y actualizar la legislación que ampara las actuaciones en crisis sanitaria, y dotarnos de estructuras de Salud Pública con recursos suficientes, humanos y económicos", afirma la directora general, que recuerda que está pendiente la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública. Aragón inició en noviembre de 2023 un proceso de participación para hacer una evaluación exhaustiva de los problemas estructurales.

Además, "tenemos que integrar dentro de los centros de salud las acciones de Salud Pública, que suponen intervenir sobre toda una comunidad", impulsar la investigación y mejorar la capacidad de la red de laboratorios, "para poder tener mayor rapidez de respuesta".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión