Vecinos de la ribera ante la crecida: "Estamos acostumbrados, pero siempre se vive con preocupación e incertidumbre"

A la espera de que llegue la punta de la avenida, los ayuntamientos toman las primeras medidas, cierran las compuertas de los riegos y miran de reojo cómo sube el agua.

El Ebro a su paso por Novillas este martes por la tarde
El Ebro a su paso por Novillas este martes por la tarde
Ayuntamiento de Novillas

Los vecinos de las localidades que colindan con el Ebro están acostumbrados a levantarse y acostarse pendientes del río, pero también viven siempre con “incertidumbre” y “preocupación” la llegada de crecidas como la que, si se cumplen las previsiones, llegará estos próximos jueves y viernes porque nunca saben con certeza la fuerza qué va a llevar. 

Así definen la espera en las horas previas a la avenida los alcaldes de Novillas y Pradilla de Ebro, Abel Vera y Raúl Moncín, respectivamente, dos de las poblaciones en las que se vivieron momentos de tensión en la última gran avenida extraordinaria ocurrida a finales de 2021.

"De manera oficial no sabemos nada, nadie se ha puesto en contacto con nosotros todavía. Esta falta de información posiblemente responde a que no conocen todavía lo que puede venir y están pendientes de la evolución de las lluvias y el aumento de caudales", asegura José Miguel Achón, alcalde de Alcalá de Ebro y presidente de la comarca Ribera Alta del Ebro. Desde el fin de semana están pendientes del Sistema Automático de Información Hidrológica (Saih) de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que les permite conocer casi en tiempo real la situación.

Por el momento se muestran tranquilos, aunque ya han tomando algunas medidas preventivas habituales ante una posible riada. "El domingo revisamos, limpiamos y cerramos las tres compuertas de los riegos y las escorrederas para evitar que el agua inunde los campos y se acerque a la zona urbana", explicó el primer edil de Novillas, donde en diciembre de 2021 se tuvo que evacuar a los vecinos de 23 viviendas. Su homónimo de Pradilla se muestra convencido de que el nivel no va a alcanzar al de los "años peores", como los de 2015 y 2021, y aunque está "alerta" considera que no hay motivos "para alarmar y asustar a los vecinos".

El regidor de Alcalá de Ebro no descarta que al final se quede en poco más que "una crecida ordinaria" y calcula que los entre 2.000-2.400 m³/s que se alcancen en Castejón al final del miércoles, se queden al paso por esta población en unos 1.800 m³/s "porque el cauce y el terreno están muy secos". "Creo que será una punta rápida, que se mantendrá entre 48 y 72 horas y que las motas van a aguantar bien", afirma. 

En el caso de este municipio están "muy pendientes" de una sima que se abrió en la mota situada cerca del casco urbano por primera vez en 2007 y que aunque se ha conseguido "corregir, estabilizar y controlar" siempre les inquieta. "Cuando se sepa cuándo va a llegar la punta habrá personal del Ayuntamiento y un grupo de voluntarios vigilando lo que pueda pasar, especialmente por la noche", adelanta.

Como presidente de la comarca de la Ribera del Ebro tranquiliza a los vecinos y asegura que desde la entidad supramunicipal y los servicios sociales se cuenta con una base de datos "actualizada" de todas las personas que viven en zonas aisladas con riesgo de inundarse, de los vecinos mayores o con movilidad reducida que pueden necesitar ayuda en algún momento y de los usuarios de residencias que en alguna ocasión anterior ya han tenido que evacuarse.

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