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Uno de cada tres equipos de atención primaria tiene dificultades para cubrir sus vacantes

Existen 124 centros de salud y más de 40 tienen que ofrecer incentivos para atraer profesionales, algo que resulta insuficiente. El déficit de médicos en el medio rural obliga en ocasiones a recortar horas de consulta.

Cartel informativo en el consultorio médico de San Mateo de Gállego, este miércoles.
Cartel informativo en el consultorio médico de San Mateo de Gállego, ante la falta de personal administrativo.
Guillermo Mestre

La falta de médicos en atención primaria complica la asistencia sanitaria, sobre todo en los pequeños municipios, y lleva a una obligada reorganización, cuando no reducción, de los días de consulta. Al menos uno de cada tres equipos tiene dificultades para cubrir sus vacantes y los vecinos asisten con preocupación al empeoramiento de una sanidad rural que sufre los estragos de un sistema en plena crisis. La suma de circunstancias provoca una ‘tormenta perfecta’ y no augura un futuro esperanzador en un escenario mermado por plantillas envejecidas, avalancha de jubilaciones y falta de relevo.

Los problemas se suceden por todo el territorio. En las Cuencas Mineras, el centro de salud de Utrillas solo cuenta con cinco médicos, de los 12 que debería tener, lo que se traduce en el cierre progresivo de consultorios locales. La plaza del médico de Loarre se ha suprimido tras la jubilación de su titular en octubre. En Ateca necesitarían que la segunda plaza de médico de atención continuada fuese a tiempo completo para no sobrepasar, de largo, el exceso de horas.

La medicina rural se topa en Aragón con la realidad demográfica y social de una Comunidad envejecida y dispersa. El 70% de la población se concentra en los 15 municipios de más de 10.000 habitantes. Existen 124 centros de salud (y 866 consultorios locales), y más de 40 se consideran de difícil cobertura. Son aquellas zonas básicas que ofrecen incentivos para atraer a los profesionales sanitarios... aunque no son suficientes.

Para revertir esta situación, se apostó por prorrogar el servicio activo para los facultativos del Salud hasta los 70 años, ofrecer la jubilación activa o contratar a médicos extracomunitarios sin la especialidad. Pero, aun así, la escasez de profesionales se agrava. Casi 300 médicos de familia y 28 pediatras de atención primaria alcanzarán la edad de jubilación hasta 2027, y falta atraer a los jóvenes. Este año termina su formación la generación mir covid, y lo hará cuatro meses más tarde, en septiembre, agravando aún más la escasez de personal en verano.

Las plazas que son menos atractivas son las de atención continuada, la que se presta en los centros de salud fuera del horario habitual, las de más difícil cobertura. Una carencia que intentan suplir profesionales de los equipos de primaria, acumulando a su vez mayor sobrecarga. Para Izarbe Galindo, presidenta de la Sociedad Aragonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc), sobre todo faltan médicos para la cobertura de guardias en las zonas rurales. A pesar de que, según reconoce: "La medicina rural es muy gratificante, muy bonita y te permite estar con tus pacientes". Es también "muy complicada y hay que tener mucho ojo clínico", por eso "hay que afianzar a buenos médicos en esas plazas". Desde la Sociedad Aragonesa de Médicos Generales y de Familia (SEMG Aragón), su presidenta, Paola Martínez, reconoce que la problemática es similar en el conjunto del país, pero la Comunidad tiene una diferencia: numerosas plazas de difícil cobertura.

De esta manera, "los núcleos con poca población y envejecida ven difícil cubrir sus plazas de médicos de atención primaria". Esto hace necesario que la administración se implique y "cree incentivos para cubrir esos puestos con profesionales debidamente formados, con título de especialidad vía mir, o con la correcta y ágil homologación".

En el último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que abordó el déficit de médicos en Atención Primaria, el Ministerio aceptó reevaluar los criterios de acreditación de las unidades docentes para conseguir más plazas mir de Medicina Familiar.

Cambios en el mapa sanitario

El Departamento de Sanidad trabaja en la modificación del mapa sanitario. "Es algo absolutamente necesario", asegura Martínez, porque "fue diseñado hace 40 años con unas características demográficas distintas y atendiendo también a una cantidad de profesionales diferente a la de hoy en día". "Es preciso –destacan desde SEMG Aragón– ver las necesidades actuales y los recursos para organizarlo de la mejor manera posible".

En este sentido, José Manuel Cucalón, vocal de atención primaria rural del Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza, reconoce que ha existido una "mala planificación" de los recursos humanos porque, teniendo en cuenta el elevado número de jubilaciones los próximos años, "no hay actualmente capacidad para el reemplazo". Es un problema, dice, que se lleva advirtiendo desde hace muchos años: que muchos pueblos de Aragón se quedarían sin médico.

Más que modificar el mapa sanitario, puntualiza, se trataría de llevar a cabo una "reestructuración de efectivos". Y pone el ejemplo de tres pueblos en la zona de Cariñena que distan escasos kilómetros entre ellos, cada uno con un médico que atiende escasas tarjetas sanitarias.

La realidad es que la situación afecta a los consultorios. "En lugar de decir que se cierran es que se recortan horas o días de atención". El doctor Cucalón, coordinador en Villamayor, reconoce que la falta de médicos obliga a una mayor sobrecarga del resto del equipo: "Mi conciliación es la desconciliación del compañero". Por tanto, reitera, "la única y lógica solución que se plantea es una reestructuración de efectivos, y pensar dónde hacen más falta. Y en todo caso, incentivar esas plazas, y no solo económicamente".

En su opinión, además, los mir "tampoco conocen el medio rural y no se sienten atraídos por la primaria”. La Consejería trabaja en un decreto para retener el talento y conseguir que los residentes se queden en el territorio. "Desde hace años –explica–, como faltan médicos las comunidades entran en guerra para poder fidelizar más facultativos y no tener problemas. Y esto me parece otro parche". En su reflexión sobre la situación de este sistema cita otro problema añadido: la falta de la especialidad de Medicina de Urgencias, que ahora se nutre, en gran parte, de médicos de familia.

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