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Los médicos de Urgencias de Aragón alertan también de una cascada de jubilaciones los próximos años

Más de la mitad de los urgenciólogos que trabajan en la Comunidad tendrá más de 50 años en una década.

Entrada a Urgencias del Hospital Miguel Servet de Zaragoza
Entrada a Urgencias del Hospital Miguel Servet de Zaragoza
Oliver Duch

No existe una especialidad mir en Medicina de Urgencias y Emergencias, algo que se reclama desde hace más de tres décadas y que se traduce en unos servicios "envejecidos" y "sin relevo generacional". Y los urgenciólogos de Aragón alertan, al igual que se observa en los equipos de atención primaria, de la cascada de jubilaciones que esperan los próximos años.

Tanto es así que más de la mitad de los profesionales que trabajan en la Comunidad en este ámbito tendrán más de 50 años en una década. Desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) recuerdan que, según el Informe 'Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035', los urgenciólogos presentan un déficit creciente de profesionales y, en poco más de diez años, serán, entre todas las especialidades, uno de los colectivos más envejecidos: el 15,7 % tendrá entre 60 y 65 años. Un problema que se cierne también sobre la atención primaria, donde 299 médicos de familia y 28 pediatras alcanzarán la edad de jubilación entre 2024 y 2027 en el Servicio Aragonés de Salud.

Semes en Aragón reúne a unos 400 profesionales. Los servicios de Urgencias y Emergencias se nutren ahora, básicamente, de especialistas en Medicina de Familia e Interna. “Médicos en formación de otras especialidades médicas pasan año tras año por los servicios de urgencias, formándose sin especialidad ni homogeneidad, pero muchos descubriendo su verdadera vocación”, aseguran desde la sociedad: “Esto deriva en un autoaprendizaje para poder continuar ejerciendo aquello que, en España, sigue sin reconocerse”. 

En la actualidad, según datos de 2023, más de un 30% (en torno al 34%) de estos profesionales en Aragón tiene más de 50 años. A los 55 se puede solicitar dejar de hacer guardias (noches y festivos), pero se debe mantener el servicio las 24 horas los 7 días de la semana los 365 días del año. Para ello, asegura el presidente de Semes Aragón, el doctor Rafael Marrón, es necesario garantizar el relevo generacional.

El doctor Marrón recuerda que “los servicios de urgencias hospitalarios y las UMEs se crearon a finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado, con un crecimiento progresivo a partir de esa década”. Además, la categoría profesional de médico de urgencia hospitalario se creó en real decreto de 2001, con plazas específicas para ese puesto, y cuando se creía que “era algo ya inminente la puesta en marcha de la especialidad mir de Urgencias y Emergencias”. 

Sin embargo: “Han pasado más de 20 años y nos hemos hecho ‘viejos’ esperando. Mientras el resto de países europeos hacían sus deberes nosotros seguimos a la cola en este aspecto”. En la década de 2000 se fueron configurando las plantillas estructurales de los servicios de urgencias hospitalarios.

La tramitación de la futura especialidad podría estar un poco más cerca. En septiembre de 2023 salió a información pública el proyecto del real decreto sobre la futura especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias. En estos momentos se está a la espera de los últimos tramites para su publicación definitiva. Si no hay incidencias que retrasen el proceso, está prevista para marzo de este año. Es entonces cuando se pondrán en marcha todos los procesos de homologación de especialistas y la creación de las unidades docentes, para recibir a los primeros mir en 2025. Los profesionales confían en que se cumpla este horizonte: "Por fin será una realidad que permita garantizar un relevo generacional, porque en estos momentos no lo hay”.

Alta presión en estos servicios

Aragón registró en 2023, de media, 1.706,22 visitas cada día a los servicios de urgencia hospitalarios, según los datos recopilados por la Dirección General de Salud Digital e Infraestructuras. Una cifra mayor que el año anterior, cuando fueron 1.692,47.

De hecho, las estadísticas reflejan que las atenciones siguen aumentando. El año pasado se superó el récord que se había alcanzado en 2022 (rebasando entonces el máximo histórico de 2019) y pasando de más de 617.000 pacientes a 622.729. Una presión constante que se dispara en determinados momentos, como en las pasadas Navidades, cuando comenzaron a dispararse las infecciones respiratorias.

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