Sergio Castán: "Se ha avanzado mucho en el embarazo, pero el parto es el de toda la vida"

El jefe de servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Materno Infantil Miguel Servet se jubila tras 42 años ejerciendo una profesión que todavía es capaz de sorprenderle.

Sergio Castán, jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del Miguel Servet, en un paritorio.
Sergio Castán, jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del Miguel Servet, en un paritorio.
Guillermo Mestre

Sergio Castán,  jefe de servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Materno Infantil Miguel Servet, se jubila tras 42 años ejerciendo una profesión que todavía es capaz de sorprenderle. En España hay diez maternidades grandes, como la de Zaragoza, de las que tienen más de 2.500 partos al año, pero sobre todo se caracterizan por que atienden una alta complejidad  materno-fetal. "Lo que aquí no solucionemos no lo puede solucionar nadie, aquí se coge el último tren", dice.

¿Cómo encara la jubilación?Con un poco de nostalgia tras tantos años dedicado a esta profesión tan bonita, en la que tienes una relación tan cercana con el feto y la gestante. Por otro lado con júbilo, como indica la propia palabra.

¿Cuántos niños calcula que han nacido durante sus años como médico en el Servet?En esta Maternidad ha habido unos 250.000 nacimientos desde que la abrieron, hace 52 años. El máximo fue en el 76, con 8.150 partos. El mínimo en la época covid: 3.240. ¡Cómo ha cambiado la mentalidad!

¿Y los métodos?En los 70 es cuando se empezó a acudir a los hospitales por si pasaba algo en el parto, pero lo habitual era dar a la luz en casa: yo por ejemplo nací en casa. Cuando yo empecé se consideraba mayor para quedarse embarazada a una mujer de 28; no había técnicas analgésicas, se paría con dolor; se pasaba la consulta fumando, tanto el médico como la gestante; no teníamos ecografías, solo un aparato colgado del techo que te decía si había una cabeza o dos y si el corazón se movía; no existía el diagnóstico prenatal, todo era casero, sin tecnología asociada. En los últimos diez o doce años el vuelco ha sido brutal, sobre todo en el diagnóstico prenatal, el desarrollo del estilo cromosómico, en las técnicas de reproducción o en la relación de los médicos con la mujer y su pareja, antes impensable. La mujer entiende el parto de otra manera. Y ahora ha entrado hasta la IA para obtener modelos de probabilidad de riesgo en relación al bienestar fetal en el parto o de la mujer en el parto. Todo basados en criterios objetivos.

"Cuando empecé se consideraba mayor para quedarse embarazada a una mujer de 28; se paría con dolor y se pasaba la consulta fumando, la madre y el médico"

​"El parto hay que currárselo porque la mujer espera lo mejor de nosotros"

¿Y en la sala de parto?Es el mismo que antes. Un embarazo dura entre 6.000 y 7.000 horas y de ese periodo podemos llegar a saber hoy en día un montón de información, pero curiosamente mucha menos del parto, que dura una media de 8 a 10 horas. Es la parcela en la que más problemas tenemos actualmente.

¿En qué sentido?El parto humano es complicado. Primero, porque al ser bípedos la mujer tiene una pelvis estrecha, y segundo por la encefalización: los fetos tienen la cabeza muy grande para la pelvis de las mujeres. Por eso el 20% de los partos humanos necesitan ayuda. El parto es el mismo de toda la vida, por eso hay que meter muchas horas y es muy problemático porque conlleva mucha habilidad manual. El parto hay que currárselo porque la mujer espera lo mejor de nosotros.

"Lo que hay que mejorar es la esencia del parto, que sea menos intervenido"

"Nos queda la asignatura pendiente de reclutar obstetras para inculcarles el arte de partear"​

¿Qué margen de mejora cabe?Transmitir a las nuevas generaciones las maniobras manuales, pero eso es lo que se está perdiendo. Actualmente hay mucho conocimiento bioquímico, cromosómico, diagnóstico... pero poca habilidad manual. Y por eso, por ejemplo, no hay prácticamente partos de nalgas y los partos acaban en cesárea prácticamente el 90% de las veces... Lo que hay que mejorar es la esencia del parto, que sea menos intervenido. Nuestra especialidad tiene ese matiz ambivalente, por un lado, hay mucho desarrollo en el control previo, pero nos queda la asignatura pendiente de reclutar obstetras para inculcarles el arte de partear. El parto puro y duro, no es fácil e incordia bastante, por el horario, la incertidumbre, la imprevisibilidad... La gente en general busca territorios más tranquilos.

Se supone que a un obstetra lo que más le tendría que gustar es la sala de parto.¿Eso digo yo! Pues no.

¿Y por qué?¡Porque se sufre y la gente no quiere! Es incómodo. Te llaman a cualquier hora, no se depende de un diagnóstico previo, no puedes salir y preguntar qué hacer, es algo que ha de solucionarse en el momento, el día X a la hora que sea, de eso depende un resultado de éxito o no. Yo digo en plan jocoso que en nuestra especialidad tenemos el problema de que todo embarazo acaba en un parto.

¿El parto es en realidad imprevisible?Hay patologías que se producen en el momento del parto. De ahí que o se tienen los recursos de habilidad manual necesarios o no tenemos capacidad de resolución, por eso hay mas cesáreas. Y vamos hacia más aún.

"O se tienen los recursos de habilidad manual necesarios o no tenemos capacidad de resolución, por eso hay mas cesáreas. Y vamos hacia más aún"

"Los diez centímetros que recorre un feto a través del útero constituyen el viaje más peligroso que hacemos los humanos en toda nuestra vida"

¿Por qué hay que evitar las cesáreas?Cuanto más bajo es el porcentaje de cesáreas en un hospital mejor se entiende que es su calidad asistencial, es indicador de cómo funciona el grupo. En este servicio es del 12%, de los más bajos de España. Decidir si hacer cesárea o no es una cuestión de beneficio-riesgo. Pero la mayor parte de las cesáreas en el mundo se hacen sin riesgo alto, son evitables por tanto. Se hacen porque no se sabe hacer otra cosa.

Dice que hay cada vez menos médicos que quieran atender partos, pero socialmente está muy valorado, incluso romantizado.Yo así lo veo. La empatía con el paciente es fundamental, particularmente en nuestra especialidad. Un parto es una aventura. Yo aún me admiro de cómo es un parto. ¿Sabe que el nivel de estrés de un feto en el parto es mayor que el de un adulto en toda su vida? Está medido y publicado. El estrés de un niño al salir del vientre de su madre es más que el del adulto al que se le muere un familiar o se divorcia. Todo esto sucede en un recorrido de diez centímetros a través del útero. Pero son diez centímetros que constituyen el viaje más peligroso que hacemos los humanos en toda nuestra vida. 

También han de gestionar las expectativas. El parto es algo ilusionante del que siempre se espera un final feliz.Yo he estado en partos de siete horas, pero hemos conseguido salvar a la madre y al hijo. Morirse en el parto es algo ahora mismo extraordinario, pero puede ocurrir. Mire, de eso sí que me acuerdo. Eso nunca se olvida.

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