Zaragoza acoge a 120 refugiados trasladados desde Madrid por la saturación del aeropuerto de Barajas
El Ministerio de Migraciones ha reubicado a este grupo de personas, entre los que hay dos familias con niños, que se encontraban en alojamientos de la comunidad madrileña.
La masificación de las salas de asilo del aeropuerto de Barajas de Madrid, que ha llevado a Cruz Roja a retirarse de este espacio de manera temporal ante las condiciones de hacinamiento e insalubridad en que se encuentran en ellas los migrantes, tiene efectos en Aragón.
Zaragoza acoge desde hace unos días a un grupo de 120 refugiados que se encontraban en alojamientos de la capital de España y la comunidad madrileña y que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha reubicado en el albergue de la calle de Predicadores, donde gestiona plazas del programa de protección internacional la entidad Cepaim.
Desde esta organización han precisado que todos ellos han solicitado ya la condición de refugiado e incluso algunos cuentan con la tarjeta roja que les permite trabajar después de seis meses de su obtención. "En estos momentos se encuentran en la fase 0 del programa, a la espera de ser derivados a un recurso adecuado a su perfil y sus necesidades", han señalado desde Cepaim. La mayoría son hombres solos procedentes de Somalia, Kenia y Marruecos mayoritariamente, aunque en el grupo hay dos familias con niños.
Este hostal de la calle Predicadores ya se convirtió en centro de acogida de desplazados ucranianos cuando se desató la guerra con Rusia, aunque en estos momentos no reside ya en el mismo nadie de esta nacionalidad. Cepaim cuenta con 150 plazas en él.
En este alojamiento provisional, según las fases que contempla el programa de refugiados, se recomienda que los migrantes no permanezcan más de un mes mientras se les hace una valoración inicial, aunque a la hora de la verdad la estancia se suele prolongar en el tiempo. El equipo de Cepaim integrado por educadores, técnicos de acogida, trabajadores sociales y abogados ya han empezado a trabajar con ellos con clases de castellano y acompañamiento social, psicológico, jurídico y cultural.
