Nubes, ibones y cambio climático: lo más granado de la meteorología nacional se da cita en Jaca

El próximo día 12 comienzan los cursos de verano de la Universidad de Zaragoza, cuyos participantes podrán visitar el centro de referencia de observación de Formigal-Sarrios.

Científicos de la Universidad de Zaragoza durante la medición de un glaciar.
Científicos de la Universidad de Zaragoza durante la medición de un glaciar.
Heraldo

"Es un curso destinado a todo el mundo que le interese la meteorología, por cualquier razón, profesional o, por supuesto, por ocio: sirve para saber si va a llover durante tu partido de pádel, si puedes hacer una escapada a la montaña, si la época es propicia para actividades agropecuarias, si los trabajadores de la construcción se enfrentan a una ola de calor...".

Eduardo Lolumo, climatólogo, editor y presentador de ‘El Tiempo’ en Aragón TV, es el director y coordinador del curso ‘Atmósfera, tiempo y cambio climático’, que, auspiciado por la Universidad de Zaragoza, se celebrará durante tres días la semana que viene en Jaca. Al mismo, para el que aún quedan plazas libres, acudirán especialistas y aficionados con muy distintas inquietudes, pero un objetivo en común: “Que cada uno aprenda a ser, de algún modo, su hombre y su mujer del tiempo. Hay un montón de parcelas de estas ciencias que se van a tratar: desde comprender la dinámica atmosférica hasta aprender a interpretar un mapa del tiempo o entender el clima actual, qué está pasando y qué modelos climáticos están por llegar”, explica Lolumo, que lleva días preparando una presentación sobre “el clima de Aragón a través de sus paisajes”.

La nómina de especialistas que se van a reunir en Jaca es amplia y, entre otros, figura Vicente Aupí, divulgador científico y responsable del Observatorio de Torremocha de Jiloca, todo un referente cuando se habla de frío en la península. Aupí dará pautas sobre cómo recoger los datos en una estación meteorológica y lo hará con conocimiento de causa dado que él creó la suya propia y lleva más de 30 años recopilando registros.

"Igual que se leen los anillos de los árboles se pueden interpretar las capas estratiformes del subsuelo"

Penélope González-Sampériz, científica del Instituto Pirenaico de Ecología CSIC, “nos introducirá en el mundo de la paleoclimatología en base al fondo terroso de los ibones del Pirineo”, explica Lolumo, al tiempo que aclara que estos espacios naturales son “un testigo de todo lo acontecido en la cordillera a través de cientos de años”. “Igual que se leen los anillos de los árboles se pueden interpretar las capas estratiformes del subsuelo”, dice el meteorólogo, que adelanta que algunos de estos datos reflejarán cómo “nunca había habido un calentamiento inmediato tan súbito como el que estamos teniendo en los últimos decenios”.

El técnico medioambiental y divulgador científico Javier Martínez de Orueta hablará sobre las nubes que tan acostumbrado está a fotografiar, clasificar y diseccionar y explicará cómo y por qué se forman, así como el tiempo que pueden traer. Este pronóstico a corto plazo basado en la visión de las nubes es “lo que hacían nuestros antepasados antes de que dejáramos de mirar al cielo y los grandes edificios nos circundaran”.

Completan el listado de voces invitadas el periodista Lluís Obiols Julbe, que abordará las ‘fake news’ en torno a la meteorología, y técnicos superiores de Aemet Aragón, que gestionan las estaciones punteras del centro de referencia de observación climática a nivel mundial Formigal-Sarrios (“el mayor embalse de Aragón en forma de nieve”) y la estación meteorológica de Bubal, que comparten la Aemet y la CHE.

Los participantes del curso irán ‘de excursión’ para conocer el funcionamiento de estas estaciones meteorológicas, donde verán cómo funcionan algunos instrumentos de medición tanto de la nieve como del ozono, la radiación solar, los rayos, las humedades…

“La pretensión es la de ‘aprender disfrutando’, que es máxima que me enseñaron cuando hice magisterio”, apunta Lolumo. Como curso de verano está “abierto a todo el mundo y no es necesario ningún requisito más allá de la curiosidad”. Durante tres días los participantes convivirán las 24 horas en la centenaria residencia de Jaca, en lo que será “como los campamentos de verano de los jóvenes, pero mucho mejor”.

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