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La prisión de Zuera ya se ha quedado con un solo médico privado que acude a la cárcel por horas 

Los dos últimos facultativos del centro se jubilaron el martes y el sustituto trabaja en una empresa y acude cinco horas a la cárcel.  

Llegada de Igor el Ruso a la cárcel de Zuera el 20 de diciembre de 2017
Entrada de la cárcel de Zuera
Guillermo Mestre

El centro penitenciario de Zuera ya se ha quedado solo con un médico temporal procedente de una empresa privada para atender a los 1.150 internos que hay en las celdas, de lunes a viernes y 9 a 14. El pasado martes se jubilaron al unísono los dos últimos facultativos titulares, que han culminado carreras profesionales que iniciaron en 1985.

Fuentes penitenciarias han informado de que el nuevo médico es “muy entregado” (ha pasado dos semanas compartiendo jornadas con los que se han jubilado). Pero también recalcan que esta solución es “imposible” o “un parche muy malo” para poder prestar asistencia sanitaria a todos los presos.

De hecho, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias estudia “soluciones alternativas” para la prisión de Zuera, entre las que podrían llegar a convocar dos plazas de médicos interinos. 

Este centro es uno de las más poblados de España, a los que se suman los 150 presos que hay entre los centros de inserción social de Huesca y Zaragoza. Aun así, de momento no se han convocado esas plazas para médicos facultativos.

Sufragado por la prisión  

Mientras tanto, el centro penitenciario tiene que sufragar este gasto extraordinario que supone unos 55.000 euros con cargo a sus presupuestos para garantizar la asistencia sanitaria de los internos, como una “mala solución” o “parche”, tal y como la califican los sindicatos de la prisión.

Fuentes de Instituciones Penitenciarias insistieron en que cuentan con 200 médicos para las 66 prisiones de toda España y los hospitales psiquiátricos que gestionan (deberían tener 500). Pero la voluntad política del Ministerio del Interior es que el Gobierno de Aragón asuma las competencias de la sanidad penitenciaria (las negociaciones se abrieron pero sin llegar a un acuerdo, como en Baleares y Galicia). Inciden en que esta trasferencia la exige la ley de conexión del sistema nacional de 2003, tal como han hecho las comunidades de Navarra (en 2021), y las que gestionan sus prisiones: País Vasco y Cataluña.

Los sindicatos de Instituciones Penitenciarias son muy críticos ante la situación en la que ha quedado la prisión de Zuera por el riesgo sanitario que afrontan para la salud de los internos. Un portavoz de Acaip-UGT detalla que el médico contratado “compagina” su trabajo en la cárcel de Zuera con “otras guardias” y su salario obedece a esas jornadas limitadas.

Los últimos médicos, Joaquín y José Manuel, lo han pasado mal y sobre todo al final porque estaban con horarios muy largos al prolongar la jornada hasta últimas horas de la tarde. La labor del nuevo médico es una pena porque no tiene nada que ver con la atención que ofrecían ellos”, explica un funcionario conocedor de la situación.

No se puede solucionar la salud de los presos con la telemedicina (la solución que ha aportado Instituciones Penitenciarias con médicos de otras prisiones en sus horarios alternativos), hay muchas patologías que no se pueden tratar, como un problema de oído, por ejemplo”, detalla.

Entre los funcionarios que han sido facultativos explican a HERALDO que Zuera llegó a disponer de ocho médicos titulares. La situación actual está sobrecargando a las enfermeras de la prisión. 

La comparación de los salarios de estos profesionales otros destinos públicos hace que las convocatorias de plazas queden sin cubrir porque los salarios son mucho más bajos. De hecho, parte del sueldo de los galenos que se han jubilado procedía de las horas extras y las guardias.   

Dos históricos de Instituciones Penitenciarias 

La despedida de los últimos profesionales, que aguantaron hasta los 65 años, se ha valorado entre los funcionarios como el final de una larga etapa para la prisión de Zuera, que comenzó a andar en 2001. Insisten en que corre peligro la atención primaria de los internos de las celdas de aislamiento, la revisión diaria de los medicamentos que reciben los presos, la consulta de decenas de presos y las decisiones sobre sus tratamientos.

La sanidad penitenciaria está desapareciendo y los últimos dos médicos se han ido con bastante tristeza”, detalla un funcionario del centro penitenciario. “Joaquín entró aquí cuando se puso en marcha esta prisión, tras pasar por Canarias, Daroca y Torrero, mientras que José Manuel llegó a ser subdirector de Sanidad Penitenciaria con Merche Gallizo (la directora general de Instituciones Penitenciarias), pero hasta el final estuvo como médico ayudando a su compañero y tratando a los presos”.

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