Belchite: mirada nueva al pueblo viejo

La Asociación Cultural El Allondero es un esfuerzo joven y local que utiliza técnicas ambiciosas para descifrar los enigmas de las ruinas belchitanas, con el apoyo incondicional del estudioso Jesús Baquero.

En el paseo por el pueblo viejo de Belchite se conjuga la belleza de un paisaje magnético con la huella del horror bélico.
En el paseo por el pueblo viejo de Belchite se conjuga la belleza de un paisaje magnético con la huella del horror bélico.
Laura Uranga

Del pueblo viejo de Belchite se ha investigado, escrito y expuesto una barbaridad. Lo han visitado jefes de estado, estrellas de cine como Terry Gilliam o Arnold Schwarzenegger y muchos incondicionales de los fenómenos paranormales, por aquello de las supuestas psicofonías. Sin embargo, no todo está dicho sobre el particular; desde 2017, la Asociación Cultural El Allondero trabaja sobre este entorno en varias direcciones, para ampliar el conocimiento sobre el lugar con una aproximación distinta, usando recursos arcanos y combinándolos con nuevas ideas e instrumentos.

Sara Alfaro está entre las responsables de las visitas guiadas al pueblo viejo de Belchite y es una de las entusiastas fundadoras de la Asociación Cultural El Allondero. "Empezamos cinco mujeres del pueblo, más un arquitecto que hizo su trabajo de fin de carrera sobre el pueblo viejo. Fue hace algo más de un año; nos juntábamos gente con las mismas inquietudes y una idea fundamental, que la gente fuera volviendo al pueblo viejo. Para muchos era un dolor, porque les tocaba directa o indirectamente aquella batalla de 1937; otros no conocían la historia ni los detalles".

Belchite: lo que hay de nuevo en el pueblo viejo

El Allondero y la Universidad de Zaragoza compartieron una ilusión común. "Hace unos años –explica Sara– la familia de Roque Adrada, jefe del campo de penados nacional tras la guerra, donó a la Universidad cuatro cuadernos con 225 dibujos hechos entre 1939 y 1941, llamados ‘Apuntes de Aragón’; los hizo el preso republicano Josep Rocarol, un pintor hiperrealista ya reconocido por aquél entonces. De esos dibujos, la tercera parte eran de Belchite; en sus obras se aprecian detalles del pueblo viejo que no se veían bien en las fotografías conservadas. La Universidad los digitalizó a gran calidad y se hizo una exposición con 86 dibujos que hicieron a los más mayores recordar escenas de su infancia. Se pueden ver en la red".

La exposición contó con los antropólogos Elisa Sánchez y Alberto Castán, que ofrecieron luego junto a El Allondero una conferencia en Belchite sobre este trabajo. De los dibujos no salieron únicamente edificios o detalles externos: también muebles o decoración de interiores surgidos del talento de Rocarol.

Con esos matices, el paseo guiado por el pueblo viejo cobra nuevas dimensiones. El Allondero ha organizado mapeos colaborativos con gente del pueblo que vivió guerra y posguerra, y buscaba sus casas. "Marcábamos edificios con globos llenos de helio con peso; quien reconocía algo escribía el nombre en el globo. Cada cual, una vez ubicadas sus antiguas casas, iba reconociendo los comercios; desde la tienda al bar de cabareteras en el que no podían entrar las mujeres. Actualmente estamos completando una reconstrucción virtual de la plaza, con la llamada casa de la Domi, el ayuntamiento y la fuente de Averly en el centro. Se puede ver el progreso de este trabajo en la página web de El Allondero".

El paseo no puede soslayar la iglesia de San Martín, con los conocidos versos de Natalio Baquero en la puerta, o el convento e Iglesia de San Agustín, con un proyectil aún clavado en la torre y capillas laterales llenas de enredaderas, que le confieren un aspecto tan melancólico como hermoso.

Todos estos empeños tan ambiciosos tienen el respaldo de Jesús Baquero, belchitano de pro, ingeniero técnico industrial y licenciado en Bellas Artes. Aparte de aplaudir el arrojo de sus jóvenes compueblanas, les asiste cuando es menester; publicó hace 30 años su ‘Inventario del patrimonio arquitectónico del pueblo viejo de Belchite: características y valoración del mismo’, editado por la Institución Fernando el Católico. "Me llevó cuatro años de trabajo; tras la guerra no quedó documentación escrita, salvo algunos archivos de visitas pastorales en el ayuntamiento. Lo que hice fue un trabajo de campo exhaustivo, analizando cada edificio, cada recodo, desde la tipología al material empleado; me apoyé en los mayores del pueblo para profundizar todo lo posible. En la obra también valoro lo que se podría hacer aquí, las posibilidades que ofrece este entorno; era un pueblo muy bonito, lleno de casas palaciegas con galerías de arquillos y magníficos templos".

El municipio a día de hoy

Rubén Serrano es el gerente de la Asociación para el Desarrollo Rural Integral de la Comarca Campo de Belchite (Adecobel). "Es un grupo Leader; gestiona ayudas europeas para proyectos de desarrollo, que otorga el Gobierno de Aragón decide. Apoyamos a empresas, proyectos no productivos como los que suelen pedir los ayuntamientos para fomento de empleo o temas medioambientales y también a la cooperación entre varias entidades, privadas o públicas, ahora por ejemplo hay un proyecto que combina la biblioteca municipal con la residencia de ancianos, y Gastrobelchite une a Florentino Alfonso y su almazara con Ecolécera y Bodega Tempore. En Belchite hay para este año un nuevo aparthotel, se llamará Belchite, y el Bar Restaurante Aguasvivas donde estaba antes la taberna irlandesa Night Train, por ejemplo, son algunos casos. Somos una asociación sin ánimo de lucro con los quince ayuntamientos de la comarca, cooperativas, sindicatos, asociaciones y la propia comarca, abarca 35 entidades, con mayor entidad de voto de las privadas con respecto a las públicas. Es algo participativo. También peleamos contra una paradoja: en Belchite hay mucho trabajo y mucho turismo, bastantes nuevos negocios, servicios de sobra, pero la población no crece y no hay vivienda en alquiler".

La barbería de un joven con visión y la historia puesta al día de la almazara centenaria

La madre de Albert Valero Adán, veinteañero que nació en Barcelona, es belchitana. Albert ha encontrado su sitio en el pueblo al que venía desde pequeño. "Me gustaba mucho esto; además, me acabé cansando de Barcelona y decidí montar el negocio aquí. Adecobel y el Ayuntamiento me ayudaron; la barbería tiene un punto retro y la gente sale contenta, así que yo también lo estoy". Florentino Alfonso, por su parte, encabeza la cuarta generación de la almazara Molino Alfonso, una de las más prestigiosas de Aragón. "La fundó mi bisabuelo en 1907. Mi padre empezó con las catas y visitas guiadas, desde escolares a empresas; trabajamos sobre todo con la variedad de empeltre, y nuestro aceite ‘premium’ está entre los 100 mejores del mundo según Evoleum. Cuidamos mucho los envases; las latas de aceite diseñadas por Estudio Versus también han sido premiadas. Hacemos además patés, olivas y, por tradición y formación familiar, cosmética".

En datos

Comarca: Campo de Belchite.

Población: 1.526.

Distancia a Zaragoza, su capital de provincia: 51 km.

LOS IMPRESCINDIBLES

Del campo

La cooperativa del Campo San Martín tiene gran peso en el día a día de Belchite. El almendro está en alza, y se mantiene de siempre el olivo; además de Molino Alfonso destaca la Almazara de Jaime y el aceite Capricho Aragonés (foto).

Patrimonio natural

Belchite cuenta con la reserva ecológica El Planerón, muy cerca de Codo, y también disfruta del popular Pozo de los Chorros en el Aguasvivas, cerca de Almonacid de la Cuba; es un salto fluvial muy bonito (foto) y concurrido en verano.

Las fiestas

La romería a la Virgen del Pueyo es el martes de Pascua; ya no suben tantos remolques, pero sí muchos belchitanos. En el pueblo viejo se celebra San Lorenzo, y las fiestas mayores de la Exaltación de la Santa Cruz son en septiembre.



 

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