Estudiantes e Internet se unen para compartir piso

Entrar en la universidad es toda una aventura para muchos estudiantes que emprenden un nuevo viaje. Pero también se convierte en un reto para aquellos que vienen de fuera y se ven en la obligación de buscar compañeros de piso para afrontar el pago de una vivienda que se hace cuesta arriba.

27.571 jóvenes estudian en la Universidad de Zaragoza. 22.242 son aragoneses, de los que 2.768 proceden de Huesca, y 1.824 de Teruel. A Aragón le siguen los universitarios que vienen del extranjero, con 931 estudiantes matriculados. Y dentro de España, tras la comunidad aragonesa, se sitúa Navarra con 760, según un estudio realizado por la institución. Todos los recién llegados tienen que encontrar dónde vivir.

Es el caso de la andorrana Sandra Pitarch, apasionada de la educación. "Me encantan los niños, ya hice un grado superior en Valencia y hace dos años decidí venir a Zaragoza a estudiar Magisterio infantil", pero antes de entrar a la facultad tuvo que hacer una búsqueda para encontrar piso, porque asegura "no es fácil encontrar, ya que tienes que mirar el precio, la zona en la que está y qué compañeros tendrás". Pitarch tenía claro que no se iría a vivir sola, porque no podía asumir el coste del alquiler, por lo que buscó un piso para compartir.

Nuevas formas de buscar piso

Los jóvenes también tienen nuevas formas de buscar una vivienda, frente a las tradicionales, se encuentra Facebook. Esta red social, al alcance de todos, les permite una búsqueda amplia, rápida y cómoda.

La estudiante de magisterio comenzó a buscar en el portal inmobiliario Fotocasa pero no fue ahí donde encontró el piso, sino en Facebook, concretamente en la página 'de piso en piso'. "Vi que unos chicos ponían que necesitaban compañera. Como en las fotos me pareció que estaba bastante bien, contacté con ellos. No tuve que buscar más".

Según los datos recogidos en el estudio de los portales inmobiliarios Fotocasa e Idealista, los precios medios de un alquiler en Aragón van de los 465 a los 502 euros al mes. La joven de 22 años, que paga unos 200 euros mensuales incluyendo los gastos de agua y luz, vive con tres personas más. Pero para ella esto ha sido una ventaja: "No podría pagar el piso para mí sola porque son 650 euros, por eso pensé en compartir, pero no me arrepiento. Aprendes a convivir con más personas y se favorecen las relaciones interpersonales", asegura.

Como ella, muchos jóvenes buscan así un piso para alquilar. Otra página de Facebook muy utilizada es 'Informer: universidad de Zaragoza'. Se llena de comentarios del tipo "busco piso para compartir", "busco compañera de piso ordenada y responsable". Y hablando de la universidad, la institución dispone de una bolsa de pisos, una plataforma que puede ser muy socorrida para los universitarios. Sin dejar de lado a los que se paran a ojear los anuncios en los tablones de la facultad.

Aunque también los hay que comenzaron a vivir en una residencia pero acabaron en un piso. Alba Lapeña, de Alfaro (La Rioja), decidió juntarse con amigas que había hecho en la residencia. "Sabía que con ellas convivía bien y no podía pagar una casa sola". Esta egresada de trabajo social ha cambiado de piso en dos ocasiones. En un primer alquiler, que estaba situado cerca de Sagasta, vivía con tres amigas más. Entre todas pagaban 800 euros, un precio que si divides puede ser asequible pero que para una o dos personas sin ingresos propios se hace impensable. Ahora, por suerte, han encontrado una vivienda por 650 euros para tres de ellas. "Una de nuestras compañeras se ha ido este año a vivir sola, por lo que 800 euros para tres era mucho", manifiesta.

Un piso céntrico. Esta es otra condición que importa mucho a los jóvenes, aunque tengan que coger el transporte público para desplazarse a la facultad.

Lo que sí es seguro es que todos tienen un objetivo primordial: ahorrar. Aunque también afirman sentirse muy a gusto de estar acompañadas. Y tienen, además, una opinión compartida: el precio del alquiler debe bajar, para que a jóvenes como ellas les resulte más sencillo acceder a una vivienda.