Durante la tarde de este domingo la nieve atrapó a numerosos conductores en el puerto de Monrepós, el principal acceso al Pirineo en la carretera Nacional 330. A última hora de la tarde se vivió el peor momento, cuando cientos de personas se disponían a regresar a sus hogares. Hubo coches accidentados en la cuneta, otros cruzados y largas colas. Los que disponían de ruedas de invierno o cadenas tardaron una hora para recorrer el puerto, pasando con muchas dificultades, según algunos testimonios. Poco a poco, a medida que avanzó la noche la circulación se fue normalizando. 

Poco después de las 18.00, la Dirección General de Tráfico avisó de la prohibición de circular para autobuses y camiones y de la obligación de usar cadenas, desde el kilómetro 585 al 612. Una restricciones que todavía se mantienen. En ambos extremos del puerto, tanto en Nueno (A-23), en sentido ascendente desde Huesca, como en Hostal de Ipiés (N-330), en el acceso por la cara norte, se retiene a los vehículos pesados.

Aunque el Gobierno de Aragón mantuvo en todo momento que los turismos podían pasar con cadenas, en el control establecido por la Guardia Civil en Nueno un indicativo luminoso señalaba 'Carretera cortada', y se aconsejaba a los conductores desviarse por la A-132, por Ayerbe y el puerto de Santa Bárbara, para subir al Pirineo. Posteriormente, la subdelegada de Gobierno confirmó que el acceso estuvo provisionalmente cerrado.

Durante la tarde tuvo lugar una reunión de urgencia del Comité de Coordinación de Actuaciones ante Situaciones Extremas, presidido por la subdelegada del Gobierno en Huesca, María Teresa Lacruz, y en el que participaron el teniente coronel de la Guardia Civil, el jefe provincial de Tráfico, el de Protección Civil y el de Carreteras.

Según informó la subdelegación a primera hora de la noche, la carretera está abierta, en nivel rojo, es decir pueden pasar vehículos con cadenas y está prohibido el tránsito para camiones y autobuses. Eso sí, los conductores tienen una restricción de velocidad a 50 kilómetros por hora. El puerto sí estuvo cerrado durante aproximadamente una hora, en nivel negro, a causa de un autobús cruzado en la calzada, por lo que la Guardia Civil impedía el paso en ambas direcciones.

Las mismas fuentes indicaron que hay cinco máquinas quitanieves trabajando y este dispositivo se mantendrá toda la noche.

Además, está previsto que siga nevando en la zona centro de Huesca. En la comarca de la Hoya la cota pueda bajar a 600 metros, cerca de la capital. Los servicios de protección civil están alertados para a primera hora salir a despejar carreteras secundarias.

Quejas de los usuarios

Un conductor afectado, que llevaba neumáticos de invierno y sí podía circular, aunque muy lentamente, comentó que en el panel informativo situado antes de la subida del puerto solo avisaba de la prohibición de circulación de vehículos pesados. “Esto es un verdadero caos y hay una cola tremenda para subir el puerto”, dijo mientras intentaba bajar en dirección a Sabiñánigo.

“Hay coches cruzados, he contado cinco vehículos accidentados, cuatro de ellos uno detrás de otro, y el quitanieves lleva 40 minutos sin pasar. He llamado al 112 y me dicen que pasa cada media hora, pero llevamos aquí casi una hora y solo he visto una máquina. Hay gente que no puede subir porque no tiene cadenas y se está dando la vuelta”, explicó el afectado.

La situación no es nueva. Hace justo un año, el 5 de febrero de 2017, una nevada colapsó el puerto de Monrepós, que sufrió cortes intermitentes y se prohibió circular a los camiones. Este mes no es bueno para este tramo de carretera, ya que dos años antes, el 1 de febrero de 2015, se convirtió en una barrera infranqueable, y hubo que cortarlo durante cuatro horas.

Otras carreteras afectadas

Además, hasta 45 tramos de carreteras aragonesas llegaron a verse afectados por la nieve. En 26 de ellos se necesitaban cadenas para circular, de los que 14 se localizaban en la provincia de Huesca, once en la de Teruel, donde había dos carreteras cortadas, y una en la de Zaragoza.

En la provincia de Huesca se necesitaban cadenas entre Espierba y Bielsa y desde este municipio a la frontera, en el Pueyo de Jaca, en Bonansa, de Panticosa a Baños de Panticosa, de Salinas a Plan, de Cerler a Ampriú, desde Castejón de Sos hasta Llanos del Hospital y hasta Montanuy, entre Arguis y Caldearenas, de Lanave a Boltaña, entre Fiscal y Sabiñánigo y desde Formigal a la frontera, en el Puerto del Portalet.

Asimismo se recomendaba precaución en Panticosa y en Caldearenas por niebla, según informaba la Dirección General de Tráfico en su página web.

En Teruel estaban cortadas las carreteras de Escorihuela y de Villafranca del Campo. Además, se necesitaban cadenas desde Ababuj a Aguilar de Alfambra, de Teruel a la Iglesuela del Cid, en Ejulve, entre Alcalá de la Selva y Linares de Mora, entre Royuela y Frías de Albarracín, de Torres de Albarracín a Orihuela del Tremedal, en Formiche Alto, de Perales de Alfambra a Portalrubio, en Cedrillas y de la Iglesuela a Cantavieja.

Se recomendaba precaución y estaba prohibido el tránsito de camiones y vehículos articulados en Cedrillas, de Burbáguena a Fonfría, en Masegoso, de Monreal del Campo a Perales de Alfambra y de Ferreruela a Cucalón.

En Teruel se advertía además de pavimento deslizante en Noguera, Nogueruelas y Ejulve y había niebla de Gargallo a Monyoro.

En Zaragoza continuaba siendo necesario el uso de cadenas en Santa Cruz de Moncayo y se adviertía de visibilidad reducida en la A-23 por niebla a la altura de Badules y Lechón. A consecuencia de estos problemas de visibilidad, se registraron dos accidentes en esta vía a la altura de Paniza. Una mujer y su bebé de cuatro meses fallecieron en uno de estos choques múltiples, en el que otras siete personas resultaron heridas.