La cofradía urge la restauración del porche de la ermita de Salas tras hundirse la techumbre

El espacio se ha vallado al apreciar un daño estructural poco después de la multitudinaria romería del 3 de mayo.
Este santuario es uno de los más populares de la capital, junto al de Loreto, y ambos requieren una intervención.

El porche está vallado para evitar riesgos después de que se haya partido una viga.
El porche está vallado para evitar riesgos después de que se haya partido una viga.
rafael gobantes

La ermita de Nuestra Señora de Salas de Huesca urge una restauración tras el hundimiento de una parte de la techumbre del porche, que ha obligado a vallar esta área de la edificación para evitar riesgos. El obispado oscense, al que pertenece este santuario que es uno de los más visitados del entorno de la ciudad, ya ha revisado su estado para acometer una actuación, tras apreciar que una de las vigas de madera se ha crujido y que otras también se encuentran muy deterioradas. La cofradía de Nuestra Señora de Salas y de la Huerta, que durante años ha alertado del peligro, pide una intervención.


Pocos días después de la celebración de la multitudinaria romería del primer domingo de mayo, que este año fue el día 3, se apreció la rotura de una de las vigas que sustenta la techumbre. Bajo esta cubierta del conjunto de origen románico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) se vive la fiesta, puesto que se reparten las tortas de caridad. El obispado, tras recibir el aviso e inspeccionar la construcción, tomó la decisión de vallar esta zona que atrae a diario a centenares de oscenses, porque es una ruta habitual para caminantes, situada a solo 2 kilómetros del casco urbano. Además, ya se han dado los primeros pasos para buscar una solución.


Los arquitectos de Patrimonio del Gobierno de Aragón visitarán próximamente el edificio para "concretar las actuaciones de urgencia a acometer en esa parte de la ermita", según informaron ayer desde la consejería de Cultura. "Hay una intervención prevista y en función del informe de los técnicos se determinarán las actuaciones y en qué orden", precisan las mismas fuentes oficiales.


No fue posible hablar ayer con el vicario general de la Diócesis, Nicolás López, pero desde la cofradía indicaron que su arquitecto ya ha revisado la situación del edificio. Al obispado de Huesca se le acumula ahora el trabajo en la restauración del patrimonio oscense, ya que dos de las ermitas más populares y queridas por los oscenses urgen una intervención. Por un lado, está pendiente la actuación en la cubierta del santuario de Loreto y, por otro, la intervención en la popular ermita de Salas. En el primer caso, también fue necesario cerrar al uso un espacio en el que asociaciones y familias realizaban celebraciones, aunque se permite el acceso al interior del templo. En este caso, tampoco se ha clausurado.


El problema se ha detectado únicamente en la cubierta del porche, donde hace unos años ya se realizó una intervención, según explica el prior de la Cofradía de Nuestra Señora de Salas y de la Huerta, Mariano Claver. En ese momento, recuerda que se sustituyeron ocho vigas con un coste de unos 20.000 euros.


Después, el obispado oscense reforzó las uniones de las mismas con la pared para solucionar lo que entendían que ofrecía más peligro, a la espera de una intervención de mayor calado. La cofradía ha alertado con posterioridad del mal estado "porque veíamos que se iban a partir las vigas" pero será ahora, tras romperse la primera, cuando tengan que actuar. Mientras se toma una decisión, "esas vigas tendrían que estar apuntaladas para evitar un problema mayor", comenta el prior.


La cofradía dedica sus fondos a la restauración de los bienes muebles de este edificio declarado Monumento Nacional en 1951. Sin embargo, "somos de la opinión de que en el edificio quien tendría que actuar es el propietario, que es el obispado. Bastante hacemos en el interior y con el mantenimiento", comenta Mariano Claver para justificar que no pueden participar con sus fondos. No obstante, no sería la primera vez porque ya colaboraron en sufragar la última obra del porche, en la limpieza del tejado o en la intervención en la fachada sur.


Claver explica que sus fondos proceden en gran parte de la recaudación obtenida por la venta de las tortas de anís bendecidas de las romerías que celebran en mayo y en septiembre. Sin embargo, apenas consiguen entre 1.500 y 2.000 euros, que se destinan a las obras del interior, por lo que insiste en que debe ser responsabilidad del obispado. De hecho, tienen previsto restaurar la virgen de la Huerta, un retablo cuya actuación se valora en 5.000 euros, otros dos más y algunos cuadros. Por el momento, se desconoce si la romería del segundo domingo de septiembre se podrá celebrar con el porche recién restaurado o seguirá vallado.

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