Alimento para los sotos

Los bosques de ribera se benefician de las crecidas, pero también lo hace la fauna.

Los sotos son, para Ismael Sanz, "un tesoro natural que ayuda a los aragoneses a reducir el impacto de las crecidas. Con sus raíces sostienen la tierra y restan velocidad al agua, que de otra manera sería más destructiva e incluso alcanzaría más distancia". Esos sotos sufren la regulación del Ebro y gracias a las avenidas reciben una recarga de agua, limpieza, alimento... Pero la fauna que vive en ellos también se beneficia de los temporales de invierno; no es fácil conseguir comida y como dice el refrán: "A aguas revueltas, ganancias de pescadores". Según Sanz, "garzas y martines pescadores encuentran peces en las orillas; los zorros aprovechan los charcos que se crean para pescar carpas. Y las jinetas, garduñas o nutrias también comen más estos días". El naturalista recuerda que los años secos que no han traído crecidas han sido nefastos para los sotos, y han sido muchos los árboles que han muerto por falta de agua. "Las crecidas rejuvenecen las plantas, dan sustento a los animales y limpian y rellenan los acuíferos, que se aprovecharán en verano".