El Ebro mejora, aunque no consigue la victoria frente al Alcoyano (0-0)

Los arlequinados desaprovecharon varias ocasiones para haberse llevado la victoria y acabaron firmando tablas contra un conjunto llamado a estar en la zona alta.

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Progresa adecuadamente. Tal y como se calificaba a los alumnos, sería la nota que el Ebro ha logrado este domingo, 10 de septiembre. No llegó la victoria, pero las sensaciones fueron diametralmente opuestas a lo acontecido hace solo dos semanas ante el Ontinyet, una derrota que escoció no solo por la pérdida de los tres puntos, sino por el mal juego desplegado. La mejoría atisbada en Llagostera, quedó patente, siendo el dominador y dejando con muy pocos argumentos ofensivos a un Alcoyano, que a nadie se le olvide, viene de jugar la fase de ascenso a Segunda División la temporada pasada.

Mañana condimentada con un fuerte y molesto viento, que dificultó bastante el juego. Le tocó combatir en contra de él al Ebro, algo que suele condicionar bastante la forma de jugar, pero los arlequinados tuvieron las ideas claras y no se amilanaron ante tal circunstancia. Tras un tímido acercamiento alicantino, en un testarazo al lateral de la red de Fuentes, en un saque de esquina, el resto del primer intervalo fue un completo monólogo azul y blanco. La tuvo Adri Cuevas, que atento, robó, y desde dentro del área, chutó, pero Galas abortó el intento.

Llegó el turno de la estrategia, uno de los que van a ser los puntos fuertes. Regino saca en largo de banda y Adri Cuevas, con un poderoso salto, cabecea a las manos del portero. Borja Rubiato tuvo una mañana intensa con su par, Mario Fuentes, con el que tuvo un intenso enfrentamiento, pero siempre dentro de los límites deportivos. El delantero se llevó a trancas y barrancas el esférico antes que la defensa impidiera el posible gol. De manera involuntaria, pudo anotar el Ebro, ya que Galas desvió a su portería un centro de Regino.

Bañuz evita el gol en una gran intervención

No podía faltar en un partido en La Almozara una gran intervención del portero contrario. Raro es el día que no aparecen para aliviar de males mayores a los suyos. Bañuz, ex canterano de La Masía, impedía con grandes reflejos y felina estirada, que el cabezazo de Regino terminase en su portería tras un córner puesto en marcha desde el banderín diestro por Javi Cabezas. Replicó el Alcoyano en una veloz acción ofensiva que puso en marcha el delantero centro David Torres, que cedió a su interior izquierdo, José García, que con su pierna menos buena, remató cruzado, saliendo el balón no muy lejos de la portería de Salva.

Lo teóricamente peor estaba pasado, y ahora tocaba remar a favor de la corriente aérea, por lo que se podía presuponer algo más sencillo la ocasión de hacer gol. No fue así, el choque se volvió más embarullado, con más centrocampismo y exceptuando el tramo final, el peligro brilló por su ausencia. Se protestó un posible derribo dentro del área a Javi Cabezas, pero no pareció que fuera una jugada merecedora de ser penalizada con penalti. Otra vez a balón parado llegaba un 'uy', en un tiro a bote pronto de Regino desde el primer palo, que no olió portería.

Los dos pudieron ganar en los minutos finales

Parecía que los equipos daban por bueno el solitario punto, cuando llegaron los minutos finales, que fueron un frenesí. Borja Rubiato se encuentra con un balón que no despeja Pau Bosch, y su centro va directamente a las manos de Bañuz, demostrando que lo suyo es más el marcar que el pasar. En el 88, Cubero, que recién había entrado, prueba fortuna con la izquierda, mandando al palo el envío. Susto morrocotudo, casi tan grande como el de la jugada posterior, que pudo dejar los puntos en casa, en una rápida triangulación entre los hombres de ataque, iniciada por Mainz, con cesión a Javi Cabezas, que centra atrás, y Salinas, desde el área pequeña, la saca del campo, con toda la puerta para él. Una vez efectuado el remate, le tocaron en el pie al mediapunta arlequinado, pero el árbitro no estimó nada punible y decidió no buscarse problemas, en un momento tan delicado como es el minuto definitivo del encuentro.

Al final, empate a cero, que supone el cuarto punto que se añade al casillero de los de Larraz. Como recalcó el entrenador aragonés en la conferencia de prensa posterior al partido, no hay que tener ansiedad por ganar en casa, ya que visto lo visto en el día de ayer, las victorias terminarán llegando. El gol se paga a precio de oro en esta categoría, y las normalmente no muchas ocasiones que se suelen tener, hay que intentar aprovecharlas. Al menos, se dejó la puerta a cero por primera vez, otro motivo de alegría, que demuestra que el trabajo sigue dando sus frutos.