TRES MANDOS CONDENADOS

Los militares condenados por el Yak-42 intentan evitar la prisión

El general Navarro alega problemas de salud y sus dos oficiales piden la suspensión de condena por carecer de antecedentes.

Los tres mandos militares condenados por los errores en la identificación de 30 víctimas del Yak-42 han pedido que se suspenda su ingreso en prisión. El general de sanidad Vicente Navarro, al que el Supremo impuso una pena de 3 años por falsificar 30 certificados de defunción, alega ahora su delicado estado de salud para intentar evitar su inminente encarcelamiento. El responsable del operativo fue condenado también a una multa de 1.800 euros.

José Ramón Ramírez y Miguel Ángel Sáez, los dos comandantes que también fueron juzgados y condenados a año y medio de cárcel por estos hechos, han solicitado igualmente la suspensión de condena. Y lo hacen porque como ambos carecen de antecedentes y la pena es inferior a dos años, tienen la posibilidad de librarse de la prisión.

El Tribunal Supremo consideró probado que las identificaciones de los cadáveres del accidente del Yak-42 se hicieron de manera aleatoria. El Alto Tribunal avaló así la sentencia dictada por la Audiencia Nacional contra Navarro, que será el primer militar de su graduación que ingrese en prisión en democracia, si no se acepta su petición. Ahora que el fallo es firme, Defensa debería haber iniciado también los trámites para expulsar del Ejército tanto al general como a los dos oficiales médicos que colaboraron con él. El Supremo desestimó todos los recursos de casación presentados, tanto por los familiares de las víctimas como por los condenados.