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"Hay días que cruzar la plaza Salamero es casi misión imposible"

Los vecinos y quienes pasan asiduamente por la zona se quejan de la "suciedad" y de la "mayor presencia de indigentes en pleno centro de la ciudad".

Hay días que cruzar la plaza Salamero es casi misión imposible
"Hay días que cruzar la plaza Salamero es casi misión imposible"
T. M.

Latas y litronas de cervezas, cartones que los sin techo utilizan para protegerse del frío y orines en cualquier esquina es lo que se encuentra Rafael Aznar, dueño del Quiosco Aznar de la plaza de Salamero, cuando cada día levanta la persiana de su negocio. "Hay dos o tres indigentes fijos en la zona, que ahora se dejan ver menos por el frío. Aunque lo peor son los restos de botellones y la suciedad que generan a su alrededor quienes no tienen otra cosa que hacer más que venir a beber aquí", apunta el zaragozano.


Situación que también supone la indignación de Marta Estaún, una oscense que trabaja desde hace más de seis años en el centro de Zaragoza. "La plaza Salamero es lugar de paso para ir a mi puesto de trabajo. Hay días que es casi misión imposible cruzarla por lo sucia que está. Además, cuando empieza a hacer buen tiempo se llena de indigentes que, cartón de vino en mano, invitan a dar un rodeo para no cruzar la plaza", apunta la joven. "Tampoco faltan los que ya han tomado como norma acercarse hasta aquí para intercambiar o vender relojes antiguos", dice el dueño del quiosco Aznar.


Circunstancias que hacen que muchos vecinos que llevan a sus hijos al Colegio Santa Rosa, en la calle de Azoque, no hayan reparado en que en dicha plaza hay una pequeña zona de juegos infantiles. "La verdad es que evitamos pasar por ahí con los niños porque es un espacio que no nos da ninguna confianza", apunta Luis Ángel González. "Lo que no entiendo es cómo se puede permitir que en pleno centro de la ciudad haya una zona tan dejada. Da muy mala imagen", dice M. Lago, mientras acompaña a sus hijas al colegio. Algo que también se repite "y en mayor grado", según dice Rafael Aznar, en la plaza de la calle de Madre Rafols, detrás del edificio Pignatelli.


"Salgo a diario a pasear al perro por aquí y esto se ha convertido en lugar de encuentro de los sin techo de Zaragoza. Menos mal que limpian con frecuencia y, de momento, no se ha convertido en un basurero, porque con la de litros de vino que consumen…", dice Emilio Lagunas, vecino de la zona. "¿Es que esto no se puede controlar y erradicar de alguna manera?", se pregunta el zaragozano. Desde el Ayuntamiento recuerdan a los ciudadanos "que hay que avisar a la Policía, en este caso Nacional, si los indigentes de la zona producen o provocan algún altercado".


Por su parte, desde la empresa concesionaria de la limpieza pública, FCC aseguran que por la plaza "se realiza de lunes a domingo un barrido manual, otro de mantenimiento, un baldeo mixto –con cuba y manguera- tres veces a la semana, un barrido mecánico con cepillos diario de aceras y un baldeo con agua a presión otras dos veces por semana", explican. 


"Además existen otros servicios complementarios como la limpieza de excrementos caninos, el SERLUZ (servicio de limpieza urgente) y la limpieza de entorno de contenedores o la limpieza de pintadas", aseguran desde FCC, empresa desde la que también reconocen que "esta zona tiene mucha vida -comercios, establecimientos hosteleros y la presencia de indigentes-, sobre todo durante el fin de semana, y eso siempre genera una mayor cantidad de suciedad", concluyen las mismas fuentes.