La tirolina de Fiscal tiene su contrapunto en la Senda de los Trece Sentidos

Junto a la experiencia de deporte extremo, se ofrece una nueva propuesta turística, gratuita, basada en el concepto de baño de bosque.

Túnel de cuerdas en el sendero para conocer el propio cuerpo.
Túnel de cuerdas en el sendero para conocer el propio cuerpo.
Cristina Martínez

La cara y la cruz, el deporte extremo y el relax, la pura adrenalina y el paseo tranquilo por el bosque. Ambas cosas se pueden practicar a partir de ahora en el mismo espacio de Fiscal. A la atracción de la tirolina, el placer del riesgo, la impresión de volar como un pájaro, de colgarse en el aire en plena naturaleza, se suma ahora la experiencia de disfrutar de los sentidos, y no de cinco sino de 13.

Este domingo se inaugura la Senda de los Trece Sentidos, a la que se accede desde la recepción de la tirolina Ordesa Pirineos. Se trata de un camino circular de 800 metros, paralela al río Ara, basada en el concepto de baño de bosque. Los promotores lo definen como "un camino lleno de sorpresas, pequeños retos que da espacio y tiempo a cada propuesta sensorial, sin prisa". Es decir, algo situado en el extremo opuesto a las sensaciones de la tirolina estrenada en 2021, de 2.036 metros, 400 metros de desnivel y un 20% de pendiente media, que permite alcanzar una velocidad de entre 130 y 160 kilómetros por hora.

Las empresas Sustraimendi y Treces Sentidos se han unido para esta novedosa actuación, paralela a la actividad de deporte extremo y que comienza y acaba en el mismo espacio.

La guía de baños del bosque Cristina Martínez explica que el escenario es el bosque, que permitirá a los visitantes conocer distinto tipo de vegetación, con pequeñas paradas en las que se proponen distintos 'juegos' para disfrutar de los sentidos. No solo los cinco que conocemos. También otros, como la propiacepción, la capacidad de conocer tu propio cuerpo y la posición exacta de todas las partes en cada momento. Para ello se ha construido un túnel de cuerdas. Otros son la termoregulación, por medio del ascenso de la senda, o el equilibrio, con tocones instalados en el suelo. 

A la entrada de la senda hay un cartel informativo y tras cruzar la puerta se inicia el recorrido donde aparecen una serie de juegos y propuestas escritas en carteles "que acercan a cualquier persona a ser mas consciente de cómo está su propio cuerpo y el entorno que le rodea". Las propuestas, aclaran los promotores, son libres de hacerse o no. 

El sendero tiene espacios llanos, de apertura, otros en los que hay que subir con algo de desnivel, pero en general es asequible para todos los públicos que no tengan problemas de movilidad, ya que no está adaptada a estas necesidades. La idea es que se haga despacio, sin prisa, disfrutando de cada momento.

Es el complemento perfecto a la experiencia de la tirolina, "disfrutando de un paseo inmersivo que sorprende y despierta una nueva sensibilidad en la interacción con la naturaleza", dicen.

El acceso es gratuito y se puede disfrutar todos los días del año. "La puerta siempre está abierta. No tiene iluminación, con lo cual es para los momentos de luz natural. Cada estación ofrece unas sensaciones distintas ya que el bosque va cambiando, los animales salvajes también pueden pasearse por ahí e ir modificando ligeramente el terreno. La idea es no transformar el lugar, dejar una mínima huella para que las personas puedan transitar con mas facilidad pero dejando que el bosque sea el escenario principal.

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