La calle más bonita de Europa está en España, según la Unesco
Se trata de uno de los cascos históricos mejor conservados de Andalucía, con una arquitectura que deja sin palabras.
Los paisajes, ciudades y pueblos de España son muy diferentes entre sí, por lo que elegir uno es una tarea imposible. Son muchos los rincones del país que parecen estar impregnados de una rica historia y una arquitectura encantadora. Y, elegir una sola calle es todavía más complicado, entre los bulliciosos callejones adoquinados o las avenidas majestuosas, quedarse con una opción es difícil. Sin embargo, para organizaciones como la Unesco parece que no ha sido complejo la elección de la calle española más bonita de Europa.
España tiene más de 900.000 calles, avenidas, paseos, carriles, pasajes, plazas y travesías, pero la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha señalado que una de estas es la más bonita de todo el continente europeo, ni más ni menos. La Unesco podría haber elegido una calle de París o de Ámsterdam, por ejemplo, como la más bonita de Europa, pero ha escogido la de un municipio andaluz.
La calle más bonita de Europa
La calle más bonita de Europa para la Unesco es la pintoresca calle San Pedro del municipio de Osuna, a 87 kilómetros de Sevilla. Esta calle quedó situada en lo más alto del ranking y ha sido calificada como una de las más cautivadoras estéticamente. Este pueblo se distingue por su valioso conjunto arquitectónico compuesto por varios palacios y casas solariegas.
Según la Oficina de Turismo de Sevilla, se trata del casco histórico mejor conservado de toda la comunidad autónoma y está declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1967.
Y es que, entre las maravillas de la calle San Pedro se encuentra el Palacio de los Marqueses de la Gomera, una estructura barroca del siglo XVIII que ahora sirve como un hotel. Y tal y como explican en la página web del palacio, "presenta una interesante fachada en dos plantas de altura que remata su alto paramento en una original cornisa de pronunciado y dinámico perfil mixtilíneo cuajado de ondas y volutas, donde aparecen gárgolas con forma de cañones". Además, este responde a un elaborado diseño barroco donde se adivinan también efectistas influencias de la arquitectura colonial.
Sobre uno de los extremos de esta fachada se levanta una torre-mirador en esquina, elemento habitual en los palacios barrocos de esta época, que cuenta con ventanas geminadas en sus frentes del cuerpo superior y con un balcón corrido perimetral.
