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Rutas para descubrir el entorno de la laguna de Gallocanta: grullas y mucho más

El mayor humedal salino de la península ibérica guarda rincones de gran belleza natural y arquitectónica. El Centro de Interpretación de la Laguna de Gallocanta retoma, desde este próximo 3 de febrero, sus habituales rutas con las grullas.

Imagen de archivo de grullas en la Laguna de Gallocanta
Imagen de archivo de grullas en la Laguna de Gallocanta
Red Natural Aragon

Entre la comarca turolense del Jiloca y la zaragozana del Campo de Daroca, lindando con las tierras castellanomanchegas de Guadalajara, la reserva natural de la laguna de Gallocanta se convierte en un destino idóneo para evadirse de la rutina diaria y conectar con un entorno privilegiado. Generalmente conocida por ser destino de preferencia en las rutas de migración de las grullas -en el último censo se contabilizaron más de 9.000 ejemplares-, es hábitat de muchas más especies de animales.

Un tesoro dentro de Aragón que porta los títulos de ser la mayor laguna endorreica de agua salada de toda Europa, el mayor humedal salino de la península ibérica y el mejor conservado de la parte occidental del continente.

La basta superficie que abarca, más de 19 kilómetros cuadrados entre las localidades de Bello, Berrueco, Las Cuerlas, Gallocanta, Santed y Tornos, permite elegir distintos itinerarios para adentrarse en el terreno. Además, su entorno más inmediato, con varias alternativas de alojamientos rurales, también ofrece posibilidades para amoldar la estancia a una o varias jornadas. 

Como punto de referencia para conocer la zona se puede tomar el Centro de Interpretación de la Laguna de Gallocanta, instalación oficial incluida dentro de la Red Natural de Aragón, localizada en la carretera entre los pueblos de Tornos y Bello, que cuenta con material expositivo, audiovisual y un amplio mirador. Desde este próximo 3 de febrero, sus habituales rutas con las grullas.

Por su parte, en la localidad que da nombre a este espacio, muy cerca de la lámina de agua, se ubica una de las oficinas de turismo de la Comarca Campo de Daroca. En ella también se encuentran distintos medios para conocer el entorno, con puntos para acercarse al vaso de la laguna sin interferir con su ecosistema.

Dependiendo del momento del día hay que valorar que orilla visitar para contar con una óptima iluminación solar. Si es por las mañanas, la mejor opción es adentrarse en el sector oriental, entre Tornos y Gallocanta. Por el camino viejo a Bello, siguiendo la señalización, se pueden ver los Lagunazos, la fuente del Cañizar, desde cuyo observatorio se pueden ver carriceros, pagazas, grullas y la puccinellia pungens, entre otros. Hacía adelante, el balsón de Tobeñas, el destino será la fuente de los Saces, donde hay un merendero.

Desde aquí dos opciones: llegar al yacimiento de El Castellar, en Berrueco, donde también los restos de su castillo permiten otear la cuenca o, por el camino de la izquierda acercarse a los patos y grullas así como fochas, avocetas y cigüeñelas. Del mismo modo, si se alarga el itinerario se puede ir hacia Santed, y los restos de la fortaleza que corona el pueblo, o hacia Cubel y descubrir la laguna de Guialguerrero.

Si es por la tarde, la recomendación es ir desde Gallocanta a Bello, partiendo de los huertos de los Aguanares, donde hay unos paneles indicadores. Siguiendo el camino se llega a la ermita de la Virgen del Buen Acuerdo, cuyo merendero, lo hacen sitio recomendado para el descanso. Un poco más adelante, hacia la derecha, el destino son los carrizales de los Ojos, ideal para ver la entrada a dormidero en el atardecer.

Hacia Las Cuerlas, el protagonismo es para las aves esteparias como la ortega, los sisones, los alcaravanes, la avutarda, o la alondra. Más hacia delante, en el observatorio de la Reguera, en zona con mezcla de agua dulce y salobre, se pueden ver patos buceadores y otras aves.

Además de estos destinos, muy cerca, se encuentran otros puntos de interés, como la laguna de la Zaida, cuyo entorno cuenta con senderos y miradores, o también las hoces del río Piedra, a caballo entre Torralba de los Frailes y Aldehuela de Liestos.

Con arreglo a la disponibilidad temporal, la ciudad medieval de Daroca, con su impresionante conjunto amurallado y sus iglesias, y el encanto de la pequeña localidad de Anento, suman más atractivos a este enclave situado entre Zaragoza y Teruel.

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