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Val de la Zoma y el Recuenco, dos cuevas para iniciarse en espeleología en Teruel

La riqueza geológica de esta zona entre la comarca de Andorra-Sierra de Arcos y las Cuencas Mineras hace que sea un buen destino para los aficionados a explorar cavidades.

Imagen de archivo de la cueva del Recuenco, en Ejulve
Imagen de archivo de la cueva del Recuenco, en Ejulve
José Francisco López

Val de la Zoma y el Recuenco son dos cuevas entre las Cuencas Mineras y la Sierra de Arcos propicias para iniciarse en espeleología en la provincia de Teruel. Lo es sobre todo la primera de ellas, ya que se trata de una cavidad cuyas condiciones son perfectas para principiantes. 

La primera de ellas se encuentra en el pequeño pueblo del mismo nombre, La Zoma, a cinco minutos a pie desde la carretera que une Aliaga con Ejulve. A esta sima, explorada por primera vez en los años 70, se accede fácilmente descendiendo por una rampa. La boca está en medio de un claro y es un agujero en el suelo que apenas se ve hasta que se está encima. Una vez dentro, hay una primera y amplia sala que antiguamente se empleaba como refugio de pastores y ganado y que todavía es abrigo de la fauna silvestre de la zona.

La expedición avanza por un paso que requiere agacharse y a través del que se accede a una galería con ramificaciones a ambos lados. Conforme se va pasando hacia el interior, el techo de la cueva va siendo más bajo y, al fondo, hay una gatera por la que se puede reptar para acceder a la siguiente sala. Esta es de grandes dimensiones y se puede ir de pie, contemplando las estalactitas y estalagmitas típicas, así como una buena suma de formaciones coralinas.

La cueva del Recuenco es de dificultad media y se abrió al público en 2017, tras la mejora de los accesos por parte del Ayuntamiento de Ejulve. Se trata de un sistema endokárstico ampliamente conocido entre la población de la zona y también valorado por espeleólogos de toda España. Esta es la gruta más grande de las que existen en las inmediaciones de Ejulve, y una de las más importantes de la provincia de Teruel. Además de su valor geológico (tiene la declaración de Punto de Interés), en su interior habitan importantes colonias de murciélagos de tres tipos, mediterráneo de herradura, grande de herradura y pequeño de herradura, por lo que también está catalogada como Lugar de Interés Comunitario (LIC).

La cavidad se sitúa en el paraje de la Quiñonería, en la ladera norte del monte de Majalinos, a unos cuatro kilómetros del casco urbano de Ejulve. Su acceso está señalizado y acondicionado hasta un área de aparcamiento desde donde sale un sendero hasta la entrada de la cueva. En cuanto a su interior, tiene un desnivel de 57 metros y un recorrido laberíntico de un kilómetro, de los más largos de la provincia. 

Se divide en varias salas amplias (la más grande mide casi 500 metros cuadrados y nueve de altura), en contraposición a los estrechos pasos que hay que superar para moverse de una a otra. Los distintos espacios han sido bautizados durante los años por los espeleólogos que los han ido descubriendo con nombres curiosos como el Conejo, los Macarrones o el Huevo Frito. También está el Lago, que se llama así porque es una sala que siempre está inundada; o la Cortina, con una importante presencia de dientes de dragón que componen un gran telón. Junto a las abundantes estalactitas y estalagmitas también hay popcorns, unas formaciones coraloides que reciben este nombre porque parecen palomitas.

Vistas de La Zoma
La cueva de La Zoma se encuentra en el pequeño pueblo del mismo nombre
Laura Uranga

Parte del atractivo de la cueva del Recuenco es que es una cavidad viva, ya que en su interior se siguen formando estas estalactitas, estalagmitas y el resto de elementos de interés espeleólogo.

El acceso por libre a la cueva del Recuenco está limitado a los federados o a quienes vayan acompañados de guías profesionales. Desde el Centro Visitantes Parque Cultural Maestrazgo situado en Ejulve se organizan visitas guiadas a la cavidad y también se pueden contratar con empresas de turismo activo, como Geoventur. Esta organiza expediciones a ambas cavidades, también a la sima de Val de La Zoma. El precio en ambos casos es de 40 euros por persona y no es necesario tener ninguna experiencia previa. Sí que hay que llevar calzado para andar por tierra y barro (y otro par de recambio), ropa cómoda y agua.

El equipo de material técnico, compuesto por mono, arnés, casco y frontal con luz, lo proporciona la organización. Durante toda la ruta, un guía titulado en espeleología acompaña a la persona o al grupo, que va haciendo aportaciones y descripciones sobre el entorno. La actividad tiene una duración aproximada de tres horas y en ambos casos se sale desde Ejulve, aunque el transporte hasta la entrada de la cueva no está incluido. Hay dos horarios cada día, a las diez de la mañana y a las tres de la tarde, y la actividad también incluye un reportaje fotográfico de la experiencia

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