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El arte rupestre en Aragón, una ruta por los cuatro parques culturales

Son el del río Vero, el Maestrazgo, Albarracín y el río Martín. El Bajo Aragón (turolense y zaragozano) también es rico en pinturas.

Investigaciones en la cueva del Trucho, Colungo.
Investigaciones en la cueva del Trucho, Colungo.
Heraldo

Hace 22 años que el arte rupestre de Aragón fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, en una candidatura conjunta con Cataluña, Valencia, Castilla La Mancha, Murcia y Andalucía, que constituye el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo.

Es el conjunto más grande de Europa y lo forman 750 puntos localizados en abrigos rocosos y acantilados. De ese total, en Aragón se conservan unas 170 pinturas al aire libre, ubicadas principalmente en los parques culturales del río Vero, río Martín, Albarracín, el Maestrazgo y el Bajo Aragón turolense y zaragozano.

En estos puntos, aparecen signos e imágenes figurativas, con sencillos trazos geométricos que representan escenas de caza, de recolección, danzas o guerras, tanto con animales como con personas.

Además de por las numerosas cuevas y abrigos donde se han encontrado restos de arte rupestre en Aragón, la riqueza de la Comunidad se debe también al buen estado en el que se conservan las pinturas, así como a su variedad, con ejemplos de los tres estilos que se dan en la Península Ibérica: Cantábrico, Levantino y Esquemático.

La mayoría de estos restos se concentran en cuatro grandes parques culturales dedicados a estas manifestaciones de la Prehistoria. Tres de ellos se encuentran en Teruel, el del río Martín, el de Albarracín y el del Maestrazgo. El cuarto está en Huesca y es el del río Vero, entre la sierra de Guara y el Somontano. Hay una quinta zona, la del Bajo Aragón tanto turolense como zaragozano, que también destaca por su riqueza en pinturas rupestres.

Pintura rupestre en la cueva del Trucho, en Colungo
Pintura rupestre en la cueva del Trucho, en Colungo
Gobierno de Aragón

La Cueva de la Fuente del Trucho, en el Parque Cultural del Río Vero

Para conocer los restos de las tres corrientes artísticas citadas, hay que desplazarse hasta el Parque Cultural del Río Vero, en la provincia de Huesca. Situado entre la sierra de Guara y el Somontano, lo forman las cuevas que se abren en los cañones que discurren a lo largo del río Vero y sus afluentes.

Por estilos, las pinturas esquemáticas se pueden ver en los Abrigos de Barfaluy, la Cueva del Gallinero, la Fajana de Pera y Las Escaleretas. Se localizan en la parte más al norte del parque, en el barranco de la Choca, entre las localidades de Lecina y Bárcabo.

Los restos más significativos de Aragón en los que a la corriente paleolítica se refiere están en este mismo parque. Se trata de la Cueva de la Fuente del Trucho, en el barranco de Villacantal, entre las localidades de Asque y Colungo, donde se cuenta, además, con un centro de interpretación de arte rupestre que organiza actividades y talleres.

Para conocer restos de arte levantino, en la zona están el Abrigo de Arpán, los Abrigos de Mallata y el Abrigo de Muriecho, también con tendencias esquemáticas. Lo mismo sucede en las inmediaciones de Alquézar, ya en el Somontano, donde se conservan varios puntos con pinturas levantinas y esquemáticas. Son el Covacho de Palluala y las cuevas Palomera, Malflorá y Viñamala, en el barranco de Chimiachas.

Los abrigos del Parque de Albarracín se pueden visitar siguiendo una ruta señalizada.
Los abrigos del Parque de Albarracín se pueden visitar siguiendo una ruta señalizada.
Gobierno de Aragón

Los Pinares de Rodeno, en el Parque Cultural de Albarracín

El Parque Cultural de Albarracín se extiende en gran parte por el paraje conocido como los Pinares de Rodeno. Allí se conserva uno de los mayores conjuntos de arte rupestre post-paleolítico de Europa, con más de 20 abrigos decorados con pinturas de estilo levantino y esquemático. Estos puntos, conocidos como los del Prado del Navazo, se pueden visitar fácilmente a través de una ruta señalizada a cuatro kilómetros de Albarracín en dirección Bezas.

Además de ser uno de los mayores conjuntos europeos, las pinturas de estos abrigos fueron, junto con las de Altamira, las primeras de España en considerarse arte rupestre, en el siglo XIX. No es de extrañar, así, que estos restos sean los más importantes del ciclo levantino en Aragón.

Más tarde, se fueron descubriendo otras pinturas, como la que sirve actualmente de imagen corporativa del parque. Se trata de la figura del arquero de los Callejones Cerrados, en el barranco de las Olivanas, que destaca junto con las escenas agrícolas representadas en este punto.

Para ver escenas con animales, hay que desplazarse hasta las Tajadas de Bezas o al Prado de Tormón, enclaves que destacan por las pinturas zoomorfas, con cabras blancas o toros, encontradas.

Pintura rupestre en la cueva del Tío Garroso, en Alacón
Pintura rupestre en la cueva del Tío Garroso, en Alacón
Gobierno de Aragón

El Parque Cultural del Río Martín, desde Albalate hasta Peñas Royas

A lo largo del tramo medio del río Martín, en la Ibérica turolense, se expande el Parque Cultural del Río Martín. Sus cañones y barrancos esconden numerosos restos de pinturas levantinas y esquemáticas, siendo ésta una de las zonas de mayor concentración de arte rupestre de la Península Ibérica.

Para potenciar esta riqueza nace el Centro de Interpretación de Ariño, que se puede visitar de jueves a domingo por la mañana y desde el que se organizan talleres y otras actividades con reserva previa.

De norte a sur, en la zona más septentrional del parque se pueden visitar los Abrigos de Los Estrechos y Los Chaparros, en Albalate del Arzobispo. Por la calidad de las pinturas, llenas de signos y figuras esquemáticas, se cree que este lugar fue un santuario.

Hacia el sur, dejando Ariño al este, el barranco del Mortero, en el término municipal de Alacón, destaca por la gran cantidad de cuevas que se abren en sus paredes. De la zona destacan los restos hallados de la figura de un arquero corriendo, en la cueva del Tío Garroso.

Retomando la ruta hacia la parte más meridional del parque desde Ariño, aparecen el Frontón de la Tía Chula, en Oliete, y el pastor con su rebaño de la Cañada de Marco, en Alcaine.

Los puntos más al sur se encuentran en Obón, con el Abrigo de El Cerrao, que alberga figuras humanas, y el de La Coquinera, con dos grandes toros; así como el conjunto de abrigos de Peñas Royas en Montalbán.

Arte levantino y esquemático, en el Parque Cultural del Maestrazgo

A sus pueblos de cuento y sus enclaves naturales se suma también la riqueza rupestre. El cuarto parque cultural de Aragón se encuentra en la comarca turolense del Maestrazgo. Destaca por el elevado número de yacimientos arqueológicos hallados, prueba de que desde el Paleolítico hay presencia humana en la zona.

El conjunto de restos se divide en dos grupos diferenciados. Por un lado, están las pinturas levantinas, que se localizan en los abrigos abiertos alrededor del pantano de Santolea. Es el caso del de La Vacada, en el barranco de Gómez, en la localidad de Castellote, donde las pinturas muestran manadas de cabras y varias escenas de caza.

Sin dejar de lado el estilo levantino, el esquemático se deja ver en los abrigos del Pudial, en la margen derecha del río Guadalope a su paso por Landruñán. Este enclave contiene figuras de ambas corrientes, entre ellas varios arqueros. Lo mismo sucede en el abrigo del Arenal, en la localidad de Fonseca.

Pero es en el alto Maestrazgo, especialmente en los Abrigos del Barranco de Gibert de Mosqueruela, donde se manifiesta en su máximo esplendor el arte esquemático, con restos de grandes grabados rupestres.

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