Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Lluís Montoliu: "Crispr ha revolucionado la biología, la biomedicina y la biotecnología"

El investigador valora las nuevas técnicas de edición genética como "una bendición que nos ha cambiado literalmente la vida científica".

Lluís Montoliu abrió el ciclo '¿Qué es la vida?' del proyecto Bioestética
Lluís Montoliu abrió el ciclo '¿Qué es la vida?' del proyecto Bioestética
Carlos Muñoz

De cerca

Investigador científico del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología. Biólogo de formación, desde 1997 investiga cómo se organizan los genes en el genoma y desarrolla modelos animales para el estudio de enfermedades raras, como el albinismo. Es pionero y promotor en la implantación en España de las técnicas Crispr de edición genética, "una bendición que nos ha cambiado literalmente la vida científica, un verdadero regalo de las bacterias". Opina que "la investigación sobre edición genética debe aportar posibles soluciones terapéuticas para curar o aliviar enfermedades que nos afectan".¿Qué hace de las herramientas Crispr una revolución?

Su eficacia en promover cambios específicos en el ADN, el hecho de que su uso sea muy fácil, y barato, y su gran versatilidad y adaptabilidad para numerosas aplicaciones, continuamente en aumento.

¿Qué aplicaciones de Crispr van más deprisa? ¿Y cuáles precisan más cautela?

La aplicaciones académicas, de investigación básica de las Crispr han revolucionado la biología, la biomedicina y la biotecnología. Es en este campo básico donde van más deprisa. En cambio, su aplicación en la industria anda retrasada, probablemente por los problemas asociados a la batalla de patentes –lo más negativo que ha sucedido en toda esta revolución tecnológica– que afecta a varias instituciones que pelean por los derechos industriales de las Crispr. Y, por supuesto, las aplicaciones que precisan más cautela son las clínicas, destinadas a terapias para pacientes. Todavía no controlamos del todo el proceso de edición, que sigue teniendo elementos de indeterminación y riesgo, y que hacen que sea abiertamente imprudente, todavía, su uso directamente en humanos.

¿Sueña con alguna aplicación concreta?

Como a muchos otros investigadores me gustaría poder reducir los efectos negativos no deseados de las Crispr, que aún no controlamos adecuadamente, para poder ofrecer soluciones terapéuticas eficaces y seguras a los millones de personas afectadas por alguna enfermedad de base genética. Estoy seguro que esto llegará más pronto que tarde, pero no estamos todavía ahí. Hay que ser muy cautelosos antes de aplicar algo que no controlamos en pacientes.

¿La evolución humana podría tomar otro camino con el ‘cambio de agujas’ de Crispr? ¿Podremos reescribir el código genético humano?

En estos momentos es ilegal (además de arriesgado y, por ello, temerario) reescribir el código genético humano en muchos países y no considero que deba ser una prioridad hacerlo. Tenemos antes muchos otros problemas médicos que solucionar, que afectan a una gran cantidad de personas, antes de pensar en modificar irreversiblemente nuestro genoma. Todavía no tenemos una razón para hacerlo y sí muchas para no hacerlo.

Hace 25 años, Francisco Mojica, de la Universidad de Alicante, descubrió, nombró y describió Crispr, como parte de un sistema de defensa de las bacterias. ¿Llegará el Nobel para Mojica?

Estoy convencido de ello. Tardará más o menos (Barbara McClintock tuvo que esperar más de 40 años para recibir el Nobel por sus descubrimiento de los elementos móviles del genoma, los trasposones). A pesar de que son muchos los investigadores que, tras Mojica, han contribuido a caracterizar el sistema Crispr y desarrollar las aplicaciones de edición genética, Francis fue quien primero se percató de la relevancia de estas secuencias repetidas que estaban en muchas bacterias y arqueas. Gracias a que decidió dedicar su vida profesional a entenderlas hoy podemos usarlas en la edición del genoma.

¿En qué aplica usted Crispr en sus investigaciones?

Para nosotros las Crispr son una bendición, como le he dicho muchas veces a Francis, un verdadero regalo de las bacterias. Nos ha cambiado literalmente la vida científica. En nuestro laboratorio generamos y analizamos modelos animales (ratones) de enfermedades raras (como el albinismo). Ahora podemos desarrollar modelos específicos, ratones avatar que portan la misma mutación que una persona determinada. Con ellos investigamos cómo se establece una enfermedad en un paciente concreto. A su vez, ese modelo experimental resulta insustituible, muy valioso, para desarrollar y validar nuevas propuestas terapéuticas. Lo dicho, ¡una bendición!

La última sorpresa
La semana pasada se dio a conocer una nueva herramienta Crispr de edición genética llamada Repair, capaz de editar el ARN. "El gen, antes de convertirse en proteína, debe pasar por un estado intermedio, que denominamos ARN, o mensajero, que lleva la información genética del núcleo de las células (donde estén los genes) al citoplasma (donde se fabrican las proteínas)", explica Montoliu. Investigadores del Instituto Broad, del MIT, "acaban de dar con un nueva proteína del sistema Crispr, la Cas13b, capaz de editar el ARN, el mensajero". Es decir, "ahora podemos corregir y restaurar la versión correcta de la proteína sin necesidad de alterar el genoma, sin tocar el ADN". Esto permite "diseñar tratamientos terapéuticos inducibles o transitorios, que actúen durante un tiempo determinado, pero que puedan retirarse cuando ya no sean necesarios. Y todo ello sin tocar nuestros genes, con lo que eliminamos los peligros asociados a una alteración no deseada del genoma o los dilemas éticos que plantea la edición del genoma humano". Además, "las modificaciones en el ARN solamente operarían en la persona tratada, pero no se transmitirían a su descendencia, lo cual aporta un plus de seguridad a unas herramientas que ya de por sí eran maravillosas y que, con esta nueva versión, son todavía mas sorprendentes".
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