Tercer Milenio

En colaboración con ITA

La ciencia de las maratones

Cuando se preparan para competir, los corredores deberían seguir dietas con más hidratos de carbono.
Cuando se preparan para competir, los corredores deberían seguir dietas con más hidratos de carbono.
Brett Lohmeyer

Dos semanas después de que la famosa Media Maratón Villa de Madrid reuniese a miles de runners en la capital, este domingo es Calatayud la que celebra su cita anual con esta carrera de 21 km, una de las distancias preferidas por los corredores populares españoles. Durante la primavera proliferan las medias maratones. Y la ciencia tiene mucho que decir acerca de cómo afrontarlas para llegar a la meta triunfantes.


Es evidente que correr consume mucha energía. Pero no de cualquier tipo. Según sacaba a la luz un reciente estudio australiano los carbohidratos contribuyen entre un 83 y un 91% del total de las calorías consumidas durante una media maratón. Los experimentos con maratonianos masculinos desvelaron que durante las carreras de larga distancia y alta intensidad los músculos activos prefieren consumir carbohidratos y apenas echan mano de los depósitos de grasa del organismo. "Cuando se preparan para competir, los corredores deberían elegir estrategias dietéticas en las que aumenta la disponibilidad de hidratos de carbono antes y después de la competición, sobre todo si la carrera a la que se enfrentan dura más de 90 minutos", aseguraba Jill Leckey, responsable del estudio. Por ejemplo, consumiendo abundante fruta fresca y sus zumos, mermeladas, arroz, pasta, legumbres, cereales, chocolate y miel.


Otro truco científicamente probado para triunfar y evitar que nos dé la pájara antes de llegar a la meta consiste en añadir una cucharada o dos de azúcar a la botella de agua, según demostraba una investigación reciente de la Universidad de Bath (Reino Unido). El azúcar común o de mesa contiene sacarosa, que se absorbe mejor en el estómago que la glucosa y la fructosa que contienen normalmente las bebidas azucaradas del mercado. En concreto, la investigación demuestran que para correr dos horas o más habría que consumir 90 gramos de azúcar a la hora, diluidos en una concentración de 8 gramos por cada 100 mililitros. Además de reponer los almacenes de azúcares del músculo, esta práctica restaura los depósitos de azúcares en el hígado, que parecen jugar un papel clave en la resistencia cuando practicamos deportes intensos.


Una vez cruzada la línea de meta, nada mejor que beberse un sabroso zumo de cerezas. Fisiólogos estadounidenses expertos en ciencias del deporte demostraron que esta bebida ayuda al organismo a recuperarse de un ejercicio extenuante gracias a que aumenta la capacidad antioxidativa y reduce la inflamación de los tejidos. Y todo hay que agradecérselo a las antocianinas, los pigmentos responsables de la mayoría de los colores rojos, violetas y azules de las flores y los frutos. Los experimentos, llevados a cabo en la Maratón de Londres, revelan que la función de los músculos, que en este tipo de carreras sufren daños y se inflaman, se restablece muy rápido cuando se consume zumo de cerezas durante los 5 días previos y los 2 días posteriores a la competición.


Otro mejunje muy aconsejable para los corredores profesionales o aficionados es el zumo de sandía. Consumido una hora antes del ejercicio, gracias a su contenido en el aminoácido L-citrulina, acelera la recuperación de los músculos tras la carrera y evita las dolorosas e indeseables agujetas. A esto se le suma que algunos estudios sugieren que el ejercicio extenuante se afronta mucho mejor cuando se consume agua de coco, una bebida natural que contiene cinco veces más potasio que el Gatorade o el Powerade. Su consumo repone los nutrientes que el cuerpo pierde mientras hacemos deporte. Y es la mejor manera, dicen los científicos, de evitar los calambres musculares cuando echamos a correr.

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