Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Qué pasa en las vías del tren? Pregúntale a la fibra óptica

Monitorizar la fibra óptica con sensores en su recorrido desvela mucha información que puede alertar de errores, accidentes o sabotajes. Lo ha patentado Aragón Photonics.

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Los sensores de Aragón Photonics están probándose en España en varios tramos ferroviarios y en la red eléctrica

Cada cincuenta kilómetros de fibra óptica, un equipo de sensado acústico de Aragón Photonics aporta tanta información que podría detectarse al momento un robo de cobre en líneas ferroviarias, un accidente en carretera, un corrimiento de tierras, una intromisión en un perímetro militar o una saboteadora excavación subterránea. Las principales empresas españolas de infraestructuras ferroviarias, autopistas y distribución de energía ya lo están probando. La seguridad de estas enormes y costosas instalaciones ha dado el empujón definitivo a este nuevo desarrollo tecnológico.

Poner sensores acústicos en la fibra óptica ha resultado interesantísimo. “Es como si instalaras un montón de micrófonos -explica Asier Villafranca, director general de Aragón Photonics-; el equipo de sensado convierte la fibra en un gran altavoz”. Detecta en ella las vibraciones externas, que alertan de que algo está pasando en la instalación adjunta y hace saltar las alarmas. ¿Alguien cruzando las vías del tren? ¿Quizá un perro? ¿Una avería en la red eléctrica?

Las grandes infraestructuras lineales (carreteras, vías ferroviarias...) incluyen en su construcción una gran cantidad de fibra óptica que corre paralela a ellas y que luego utilizan para telecomunicaciones, quedando muchas líneas libres que a veces alquilan a terceros. Aragón Photonics, que tiene en estas grandes infraestructuras a sus principales clientes, emplea una de esas fibras libres para aplicar su tecnología.

“Estamos desbordados”, dice Villafranca al referirse a la fabricación y venta de sus equipos de sensado y, también, a los proyectos puestos en marcha con ellos. El filón de esta tecnología va para muy largo. Sus primeras aplicaciones en la protección del cable de cobre de instalaciones ferroviarias han dejado vislumbrar otras de mayor trascendencia: se podrían impedir atentados terroristas en trenes, traspaso de fronteras y excavaciones delictivas.

Sin embargo, Villafranca confiesa que los ingenieros y físicos de Aragón Photonics están más entusiasmados con las aplicaciones orientadas a la protección de grandes infraestructuras soterradas. “Bajo tierra -explica- van instalaciones de gas, petróleo, luz... y, en su construcción y mantenimiento, a veces unas dañan a las otras. Hay alertas que pueden activarse justo antes de las excavaciones. Queremos proteger la fibra óptica y, con ella, las líneas internacionales de petróleo y comunicaciones”.

Los sensores de Aragón Photonics están probándose en España en varios tramos ferroviarios y en la red eléctrica. Y pronto comenzará otro proyecto piloto en autopistas, para una rápida detección de los accidentes de tráfico. El aparato en sí se instala cada cincuenta kilómetros de fibra óptica y tiene una precisión de detección de vibraciones inferior a los diez metros. Unos parámetros ayudan a dilucidar al instante, por el movimiento, el tipo de amenaza o avería. La aspiración de esta nueva tecnología es la integración total en el sistema del cliente, aunque los técnicos de Aragón Photonics pueden asumir también la gestión de las alertas.

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