Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El juguete que enseña a programar a niños de tres años

'The Ifs' son cuatro robots con ranuras en su cabeza. En ellas, los niños intercambian fichas con diferentes acciones dejándose llevar por su imaginación, hasta que los muñecos hacen lo que ellos quieren. Un juego sin fin.

Dos niños juegan con propotipos de 'The Ifs', pequeños robots que esperan llegar a las jugueterías en 2018.
Dos niños juegan The Ifs, pequeños robots que esperan llegar a las jugueterías en 2018.

A Emma, también llamada 'Bazooka Bongo', le gusta ponerse boca abajo, vibrar y llamar a sus amigos; puede jugar horas y horas sin parar. Liam es el más serio; si lo pones boca abajo lanza una llamada de emergencia, así que, con él, puedes estar tranquilo. Noah es más enérgico y activo; es conocido por su luz intensa y su manera de vibrar. Y Holly es la peque, la más traviesa; se pasa el día llamando a sus amigos y haciéndoles rabiar. Son 'The Ifs', una familia de robots con la que un niño de sólo tres años puede aprender a programar.

Animales, piratas, princesas, monstruos, extraterrestres, también bomberos, maestros, papás y equilibristas. Los cuatro robots pueden representar infinitos personajes, todos los que genere la creatividad de un niño. Las aventuras que viven juntos estos muñecos, las que los niños inventan, son reprogramables. Solo hay que intercambiar las fichas en sus ranuras. Es la programación tangible, un nuevo método de interacción sin pantallas de por medio. Un alivio para los padres.

'The Ifs'.

Esther Borao, Luis Antonio Martín Nuez, Borja Latorre y Fergus Reig son los autores de este primer juguete educativo con el que se aprende a programar, desarrollado durante cinco meses en el Centro Santander Yuzz, con la colaboración de la Universidad de Zaragoza y el Ayuntamiento de Zaragoza. El proyecto ya es ganador de 'Ideas Camp' con un premio que les permitirá fabricarlo. Fruto de Ideas Camp, un nuevo programa de aceleración de ideas de la Fundación Rafael del Pino, es la web de 'The Ifs'.

Ellos han dado infinitas vidas a sus prototipos 'Ifs', construidos en su local de La Magdalena zaragozana con impresora 3D y Arduino, con sensores y con piezas de programación de condiciones y acciones (if-then). El sistema mp3 facilita la comunicación entre los cuatro robots.

Los prototipos de estos pequeños robots.

Caben en la palma de la mano, pueden iluminarse si hay oscuridad o, si lo prefieren, llamar a los amigos para jugar; pueden lanzar alertas de diferentes colores, asociar notas musicales a las acciones o a posiciones concretas, tocar distintos instrumentos y emitir sonidos de animales a gusto del consumidor. Causa-efecto. Las combinaciones no tienen fin. Esther Borao lo ha comprobado dejando 'The Ifs' en manos de sus sobrinos: “inventan unas historias que nunca habías imaginado”.

“Es que, entre los tres y los siete años, los niños no aprenden a programar porque no saben leer”, dice Borao. Ahora podrán hacerlo con 'The Ifs' y con toda su creatividad. “A la vez desarrollan el pensamiento lógico”, algo, según la programadora, “necesario para la nueva revolución industrial que acaba de empezar”. Van a abrir una campaña de crowdfunding con Kick Starter para llegar a las jugueterías en 2018.

Los 'padres' de Emma, Liam, Noah y Holly, miembros de la asociación Makeroni, con sede en Zaragoza, llevan años contagiando a los niños el 'movimiento maker' a través de talleres en el Centro de Arte y Tecnología Etopia. “Queremos que los niños pasen de ser simples usuarios de la tecnología a ser los inventores del mundo que está por venir”, concluye Borao.

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