Las innovaciones tecnológicas que vienen prometen alterar algunas ideas muy arraigadas sobre los seres humanos, tan básicas como los conceptos de vida, pensamiento, interacción o creación. Pensemos en la vida artificial, en capacidades humanas que se amplían a través de artefactos y nos convierten en ciborgs, en la mente colectiva de la cibersociedad y en cómo esas mismas tecnologías que nos transforman se convierten en una vía creativa y artística.

Para explorar este territorio fronterizo, el grupo de investigación ISAAC (Interdisciplinary Studies in Adaptivity, Autonomy and Cognition), de la Universidad de Zaragoza (UZ), en colaboración con la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento, crea en Etopia el Laboratorio de lo Intangible, que se estrena con un curso dedicado a los ‘Procesos de creación bioinspirada’ (del 13 al 17 de marzo). Le seguirán ‘Diseño de experiencias corporizadas’ (del 17 al 21 de abril) y ‘Creación y conocimiento colectivo en interacción’ (del 15 al 19 de mayo).

Este nuevo espacio para la formación y la experimentación se dirige a un público transversal. "Nos gustaría implicar a estudiantes con perfiles científicos, ingenieriles, artísticos y humanistas. Y, en general, a todo aquel interesado en estos espacios frontera desde los que pensar los grandes cambios tecnológicos que van a presentarse, los nuevos espacios sociales que esos cambios anticipan y las transformaciones que viviremos como individuos", indica Manuel Bedia, profesor de Informática e Ingeniería de Sistemas de la UZ. "Son cursos orientados a entender la sociedad que viene", resume.

Interdisciplinar

La interdisciplinariedad y la ruptura de ideas preconcebidas en la relación entre humanos y máquinas son los objetivos. "En el ámbito académico –considera– existe una escasa comunicación entre ciencias y letras. Pero integrar las diferentes formas de pensar del arte, la ciencia, la ingeniería o las humanidades permite replantear cuestiones y generar diversidad de perspectivas sobre un mismo ámbito". Además, "queremos romper algunas ideas establecidas sobre la lógica de lo vivo o el modo de entendernos cómo individuos y como colectivos hiperconectados". Por ello, cada curso tendrá espacios "para experimentar con tecnologías que nos transforman, que permitan reflexionar junto a ideas que provienen del mundo del pensamiento y que se usan como vía artística para explorar las mismas preocupaciones".