Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Leopoldo Nobili, el físico que anuló el campo magnético terrestre

Leopoldo Nobili, militar, ministro y físico italiano, crea un galvanómetro capaz de librarse de la interferencia del campo magnético terrestre.

Galvanómetro astático de tipo Nobili
Galvanómetro astático de tipo Nobili
Museo Galileo

La biografía del físico italiano Leopoldo Nobili viene marcada por la superposición de la efervescencia que agitaba la ciencia en esos años y los convulsos acontecimientos políticos que sacudían Europa por la misma época. Un ‘conflicto’ que queda reflejado en el bienio 1831-1832, cuando, en apenas unos meses, fue elegido ministro del Gobierno provisional presidido por su padre, e instaurado tras la insurrección Reggio Emilia contra el duque del Este; presentó ante la Academia de las Ciencias su ‘termomultiplicador’; fue condenado al destierro teniendo que marchar a Francia; y, finalmente, retornó a Italia para ocupar un puesto en el Museo Real de Física de Florencia.

Nacido en Frasílico el 5 de julio de 1784, Leopoldo Nobili cursó estudios superiores, entre 1799 y 1804, en la nueva Escuela Militar de Artillería de Módena, cuyo programa académico se inspiraba en la de la prestigiosa École Polytechnique de París. Ya licenciado, en 1807 fue puesto al frente de la Fábrica de Armas de Brescia, en la que permaneció hasta 1812, cuando se presentó voluntario para la Campaña Rusa. Por su papel en la misma mereció ser distinguido con la Bandera de los Valientes y la medalla de la Legión de Honor.

De militar a científico

En 1814 abandonaba definitivamente la carrera militar para dedicarse a la investigación científica desde el puesto de profesor de Física en Florencia. Justo a tiempo para asistir al nacimiento del electromagnetismo. En 1820, el físico danés Hans Christina Oersted demostraba que la electricidad y el magnetismo no eran fenómenos independientes, sino que estaban íntimamente vinculados, con su famoso experimento en el que, al hacer circular una corriente eléctrica por un cable conductor cerca de una brújula, la aguja imantada se desviaba.

Poco después, Schweigger inventaba el primer galvanómetro práctico: un instrumento donde una aguja imantada se ubicaba en el centro de una bobina, lo que permitía detectar y estimar la magnitud de la corriente aplicada.

No obstante, este y otros dispositivos semejantes surgidos a continuación, se enfrentaban a un problema: la desviación que experimentaba la aguja se veía afectada por el campo magnético terrestre. A fin de intentar eliminar esta interferencia, Ampère ideó el sistema o par (de agujas) astático: dos agujas rígidas imantadas y muy ligeras, unidas paralelamente y con los polos contrarios enfrentados. Que, al contrarrestarse, anulaban el efecto del campo magnético terrestre.

Pero fue Nobili quien, en 1825, concibió el aparato definitivo al implementar un par astático en un montaje análogo al de Schweigger. El 13 de mayo de ese año presentaba en la Academia de Ciencias, Letras y Artes de Módena su flamante ‘galvanómetro astático’. Del que en los siguientes años desarrollaría distintos modelos y evoluciones. Incluido uno portátil, en 1828. El galvanómetro astático de tipo Nobili se convirtió así en un instrumento muy popular en los laboratorios y aulas de física durante un siglo.

El siguiente reto de Nobili, en colaboración con el también físico italiano Macedonio Melloni, fue estudiar las corrientes ‘termoléctricas’ –corrientes eléctricas inducidas por una diferencia de temperatura–. El 5 de septiembre de 1831, Nobili y Melloni presentaban ante la Academia de las Ciencias los primeros resultados alcanzados con un nuevo instrumento, bautizado como ‘termomultiplicador’.

Tras un breve periodo en el exilio, en 1832 Nobili retornaba a Italia al obtener un puesto de profesor en el Reale Museo di Fisica e Storia Naturale de Florencia gracias a Vicenzo Antirori, director de la institución y que medió ante el Gran Duque de Toscana, Leopoldo II, en favor del físico. En el Real Museo, Nobili y Antirori descubrieron un nuevo fenómeno asociado a la inducción electromagnética: la aparición de una chispa entre los dos extremos de un imán de herradura al aplicar una corriente.

El señor de los anillos
Como faceta más ‘artística’, Nobili inventó la ‘metalocromía’, el arte de colorear las superficies metálicas mediante oxidación electroquímica. Construyó un instrumento que consistía en una serie de agujas introducidas en una placa metálica dispuesta sobre un recipiente lleno de una disolución de acetato de plomo y por la que se hacía circular electricidad. El resultado: unos coloristas patrones en la placa a partir de los círculos concéntricos originados en torno a cada aguja, conocidos como ‘anillos de Nobili’.

En colaboración con el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología

Miguel Barral Técnico del Muncyt

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