Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Ingeniería natural en las alas

Las alas de esta libélula fueron recubiertas con oro para hacerla conductora antes de fotografiarla en el microscopio electrónico. La imagen fue premiada en la categoría Micro de Fotciencia.

'El vuelo de la libélula', imagen premiada en la modalidad Micro de Fotciencia
'El vuelo de la libélula', imagen premiada en la modalidad Micro de Fotciencia
María Carbajo Sánchez

Esta microfotografía premiada en la categoría Micro del certamen Fotciencia muestra un detalle de las alas de una libélula, maravilla de la ingeniería natural e inspiración para los drones del futuro.

"Para tomar fotografías de este tipo en microscopía electrónica -explica la autora de ‘El vuelo de la libélula’, María Carbajo Sánchez-, es necesario realizar un recubrimiento previo de la libélula con oro, para hacerla conductora". Las imágenes obtenidas con esta técnica "carecen de color, son en blanco y negro, por lo que fue necesario un procesado posterior con Photoshop".

El objetivo de esta imagen, tomada en los Servicios de Apoyo a la Investigación de la Universidad de Extremadura, era "acercar la ciencia a los más pequeños de una manera atractiva y sorprendente", pues forma parte de una taller dirigido a los alumnos de 4º y 5º de primaria que participan en las jornadas 'Desayuna con la Ciencia' organizadas por la universidad. En este taller, indica, "se muestra a los más pequeños imágenes curiosas y sorprendentes obtenidas por microscopía electrónica, presentándoles la ciencia de una manera atractiva y divertida".

Investigaciones realizadas en diferentes partes del mundo se han inspirado en el peculiar vuelo de la libélula para trasladarlo al ámbito de los drones. Con cuatro alas en lugar de las dos habituales, y un ritmo y ángulo de batimiento atípicos, las libélulas pueden detenerse en seco en pleno vuelo, volar al revés y realizar vuelos transoceánicos. Expertos en mecánica de fluidos estudian y aplican los principios de la aerodinámica de este insecto en el desarrollo de un dron con dos pares de alas batientes, más eficaz que los actuales. Incluso algunos científicos van más allá y han conseguido modificar genéticamente una libélula con unas neuronas de control para convertirla en un ciborg-dron.

De cerca

María Carbajo Sánchez es doctora en Ingeniería Química y, desde hace algo más de siete años, trabaja como técnico especialista en Equipamiento Científico en los Servicios de Apoyo a la Investigación de la Universidad de Extremadura. Concretamente, es la técnica encargada de la Unidad de Microscopía Electrónica.

El certamen Fotciencia es una iniciativa de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con la colaboración de la Fundación Jesús Serra.

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