Del Aragón terciario de grandes praderas parecidas a la sabana africana con algún bosque tropical, pasamos a un paisaje en el que las montañas alcanzan cierta altura y empezaron a formarse hielos. En los Pirineos y en la Ibérica, incluso glaciares. El clima, con intensos fríos, se endureció extraordinariamente.

Bóvidos, osos y elefantes proboscídeos evolucionaron hacia formas mejor adaptadas al frío, como el mamut, y más grandes. En la época en que, debido a las fuertes oscilaciones climáticas, los neandertales comienzan a ser reemplazados por los hombres modernos, vivió el uro cuyo cráneo elegimos para representar la era Cuaternaria. Fue hallado en Ariño (Teruel). Los homínidos cazaban y pintaban a estos animales. Otro ejemplar de su especie, Bos primigenius, antecesora del toro de lidia, sirvió de modelo de las pinturas rupestres de Lascaux (hace 17.000 años). Fue una especie muy abundante durante miles de años y se extinguió en el siglo XVIII.