Tercer Milenio
En colaboración con ITA
El adiós de los dinosaurios
Dejamos el mar del Jurásico para adentrarnos en el mundo del Cretácico. «En Aragón, tenemos que imaginar un paisaje plano y árido, cercano a la línea de costa, con pocos árboles», evoca Canudo. Los dinosaurios vivían muy ligados a ecosistemas cercanos al mar... hasta que el impacto de un enorme meteorito marcó el principio de su fin.
Uno de los últimos dinosaurios de Europa fue Arenysaurus ardevoli, que vivió en lo que hoy conocemos como Pirineo oscense; «seguramente estos hadrosaurios (dinosaurios con pico de pato) vieron el impacto meteorítico». Serían «como vacas del Cretácico, grandes herbívoros, comedores de plantas». El ejemplar del museo de la UZ mediría entre 5 y 6 m de longitud. Se cree que la cresta ósea que coronaría su cabeza actuaba como caja de resonancia para amplificar los sonidos, permitiendo a los dinosaurios comunicarse entre sí.