"Tuvimos que enseñar a una madre a pinchar adrenalina a su hijo en el centro porque no había autoinyectables"

Los médicos de Atención Primaria reconocen que ha habido desabastecimiento en farmacias de inyecciones de adrenalina que usan los niños con reacciones alérgicas graves. Las personas con riesgo la tienen prescrita y deben llevarla encima.

Autoinyectable de adrenalina
Autoinyectable de adrenalina
A. M.

La adrenalina autoinyectable -que viene en un dispositivo parecido a un bolígrafo dentro de un tubo de plástico- a menudo salva vidas, pues ante reacciones alérgicas graves permite al paciente y su entorno ganar tiempo antes de que lo vea un especialista, como podría haber ocurrido en el caso del bebé de 18 meses de Utebo que fue trasladado de urgencia a un hospital por un episodio de este tipo. Así lo indica Ana Murillo, delegada en Aragón de la asociación de afectados Aepnaa y madre de un niño de siete años y otro de cinco con alergia alimentaria. 

"En casa hemos tenido la inyección por precaución, porque uno de ellos tuvo una anafilaxia y nos la prescribieron. Desde entonces mi hijo la lleva siempre encima, aunque afortunadamente no hemos tenido sustos", indica.

Desde hace ya meses, los problemas de suministro de medicamentos afectan también a estos fármacos, como sucede con las dosis de 150 ml que se utilizan para casos de anafilaxia en la infancia. "De adrenalina autoinyectable solo existen dos dosis: de 150 y 300. El desabastecimiento de la de 300 empezó antes y se reguló, pero ahora faltan las de 150 (que es la de niños) porque hay desabastecimiento desde algunos laboratorios", señala Murillo.

En la actualidad, se comercializan diferentes marcas de adrenalina autoinyectable: Altellus y Jext tienen una distribución controlada, Anapen está disponible, pero de Emerade -indican las familias- no hay dosis en el mercado. "Te acostumbras a utilizar una pero siempre hay otra", explica esta madre, que de momento no ha tenido problemas para encontrar la suya porque no les toca renovar.

La caducidad de esta vacuna -cuyo coste ronda los 30 euros por dosis- es también un hándicap para las familias. Por lo general, suele durar entre 9 y 10 meses, lo que provoca que muchos la terminen desechando sin siquiera haberla utilizado. "El coste es elevado y en muchos casos no se tiene solo una inyección, sino que necesitas más. Si caducan te hacen la receta y renuevas, pero si no muchas veces como asociación nos las quedamos para enseñar en cursos o las llevamos al punto de recogida de medicamentos", señalan desde Aepnaa.

Carmen Puig, vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos, reconoce que en su consulta de pediatría han detectado casos de problemas de suministro por medio de pacientes. "El año pasado tuve un niño con desabastecimiento y tuvimos que enseñar a una madre a pincharle a su hijo en el centro de salud porque no había autoinyectables", recuerda.

A diferencia de estas últimas, fáciles de usar y con la dosis exacta que ha prescrito el pediatra, la adrenalina en los centros de salud se administra en forma de inyección, y "hay que enseñar a utilizar la aguja y pinchar" además de reducir la dosis (a 0,1 o 0,2 según el peso del niño).

Primeras jornadas formativas en Aragón

Aun en el caso de las autoinyectables, las familias aseguran que existe un gran desconocimiento entre la población a la hora de usar la adrenalina. "Falta formación y sobra miedo. Los que hay son mecanismos muy fáciles de administrar, pero muchos se escudan en que no son personal sanitario y no saben ponerlas", lamenta esta madre.

A su juicio, hay muy pocos colegios en los que se incluyan estos medicamentos en el botiquín del centro, lo que supone una preocupación para las familias. "En muchas ocasiones las llevan los niños, pero recibimos negativas a ponérsela. Es miedo y desconocimiento, porque realmente si uno obra de buena fe en un momento determinado no le vas a culpar de nada, y la vida del niño corre peligro. En cinco minutos o menos te la juegas", sentencia esta madre afectada.

A nivel estatal, la Asociación Española de Personas con Alergias a Alimentos y Látex imparte diferentes charlas en colegios y celebra unas jornadas anuales, dirigidas a profesionales, que tendrán lugar en Madrid el próximo 17 de noviembre. "Aquí en Aragón haremos unas en marzo por primera vez y el objetivo es dar formación para vencer el miedo y que todo el mundo todo el mundo sepa reaccionar ante situaciones graves", concluye Murillo.

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