Medicamentos básicos desabastecidos en Aragón: ¿por qué ocurre este problema?

Al menos 70 medicamentos presentan problemas de suministro en las farmacias aragonesas y seis fármacos desabastecidos se están realizando con formulación magistral. Las razones de esta situación común a toda España son varias, explican desde el COFZ.

Una farmacéutica muestra la caja en la que se dispensa la vacuna de la meningitis B.
Una farmacéutica muestra la caja en la que se dispensa la vacuna de la meningitis B.
F. Jiménez/HA

Adiro, Nolotil, Dalsy, Aterina, Dilutol, Cardurán, Bactroban... Y así hasta 70 medicamentos básicos "que afectan muy directamente a la salud de miles de pacientes" presentan en la última semana problemas de abastecimiento en las oficina de farmacia de Zaragoza, según datos facilitados por el Colegio Oficial de Farmacéuticos (COFZ), y hasta seis fármacos desabastecidos (Buspar, Escacine, Mysoline, Parnate, Sulfona oral y Solgol) se están elaborando actualmente con formulación magistral en Aragón. 

La situación es común a muchas farmacias de España, especialmente pequeñas y rurales, como ya denunció la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (Fepe), pero ¿por qué se da este problema? Las razones son varias y muy diversas, según explica Raquel García Fuentes, secretaria del Cofz, y responden tanto a la falta de materia prima en algunos casos como a cuestiones de precio, pasando por problemas en los laboratorios donde ha habido ajustes de producción en sus plantas, fallos que se producen en la cadena de comercialización, causas ajenas al propio laboratorio y un largo etcétera.

"Hay mil razones que provocan faltas de suministro en las oficinas de farmacia. Puede ser que algo falle en la cadena o en los propios estudios de comercialización, pues una vez que un medicamento sale a la venta los profesionales no se olvidan de ellos. Se siguen estudiando y vigilando, viendo los procesos de degradación...", detalla esta farmacéutica en relación a casos como el Adiro, en cuya planta de elaboración se produjo un problema que ha provocado un desabastecimiento a nivel mundial.

"El desabastecimiento de este medicamento es para todo el mundo, no es que no lo sirvan aquí porque nos tienen manía... El objetivo de todas las empresas es ganar dinero, y si tienen el producto lo van a sacar. Si no, es que algo se ha complicado", apostilla.

Con el Valsartán, por ejemplo, se descubrió que había un riesgo en la materia prima y se paralizó la venta de este medicamento para la tensión, de modo que solo podían suministrarlo aquellos laboratorios que no tenían lotes afectados. El problema de desabastecimiento se produjo a finales de junio y muchas personas habituadas a usarlo tuvieron que cambiar de medicación.

Al final, indican los expertos, no se trata tanto de un problema sanitario "grave" porque en la mayoría de los casos los fármacos desabastecidos se pueden sustituir por otros, pero sí de incomodidad para los pacientes -fundamentalmente ancianos y polimedicados- que tienen tratamientos continuados. 

"Cuando te cambian la caja y los comprimidos hay que tener cuidado porque el paciente a veces si no identifica la pastilla (por el color o el tamaño) se despista con la medicación que toma habitualmente y crea problema de salud. En las farmacias tenemos que estar muy atentos a dar las indicaciones y normalmente se lo apuntamos en las cajas, usamos pegatinas e incluso avisamos a cuidadores y familiares para evitar que se confundan o la tomen dos veces", precisa esta farmacéutica.

Alternativas y fórmulas magistrales

En esta línea, los profesionales sanitarios intentan dar siempre alternativas para que el paciente no sufra los problemas de desabastecimiento y lo que se pretende también desde las farmacias -añaden desde el Cofz- es que el usuario se lleve siempre el mismo tipo de caja para que haya adherencia al tratamiento. "Estamos dando alternativas con genéricos de uno u otro fármaco e incluso llegando a acuerdos con la administración para hacer fórmula magistral siempre y cuando haya materia prima", precisan. Sucede en estos momentos con seis fármacos que están desabastecidos en Aragón (Buspar, Escacine, Mysoline, Parnate, Sulfona oral y Solgol) y se están elaborando con permiso de la consejería de Sanidad en las oficinas de farmacia. "Aunque no todas tienen laboratorio, todas las boticas de la Comunidad pueden dispensar fórmulas magistrales, bien elaborándolas con medios propios o bien encargándoselas a terceros (otras farmacias o al laboratorio colegial)", señalan.

Aun con todo, esta solución es para los casos más "extremos" y con frecuencia corresponde a medicamentos "bastante antiguos" que llevan diez años con problemas de desabastecimiento, como el Parnate, el Escacine y el Solgol. "La gran mayoría son para tratar afecciones del sistema nervioso. Son medicamentos que eran muy baratos y dejaron de hacerlos, pero quedaba un residual de pacientes que lo utilizaban y buscar alternativa a estas personas que están controladas es complicado a veces. Los puedes desajustar en su tratamiento o patología, así que se optó por pedir autorización al Salud y hacer las formulaciones magistrales", añade.

En estos casos, no se fabrican por lotes, sino que para cada paciente se elabora el suyo, lo que encarece sin duda el coste de estos productos.

Una plataforma compartida que ayudaría a detectar problemas de suministro

Ante los problemas cada vez más frecuentes del desabastecimiento de medicamentos, en el año 2016 se puso en marcha el Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (Cismed), una plataforma del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos para hacer un seguimiento en tiempo real de los medicamentos que tienen dificultades de distribución con la información que faciliten las farmacias adheridas (en Zaragoza participan 217). "Una de las propuestas que tenemos para hacer al Salud es compartir este tipo de información e introducirla en sus sistemas para que puedan manejarla los médicos en el momento de la consulta y no prescribir aquello que no está, sino buscar alternativa", adelanta García, quien se muestra convencida de que este recurso evitaría que el paciente "esté peregrinando de la farmacia al médico" cuando hay problemas de suministro.

"Intentamos solucionar muchas cosas desde la farmacia hablando con el consultorio o a golpe de teléfono, y si hay alternativa terapéutica se le sustituye, pero tiene que querer el paciente", puntualizan.

Este sistema de "alertas" funciona ya conjuntamente para médicos y farmacéuticos en comunidades como Extremadura y la idea es incorporarlo a la sanidad aragonesa para evitar la "incertidumbre" del paciente en estos casos, pero también "incómodas reclamaciones" a pie de mostrador y consulta.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión