Casi el 20% de los padres no protege a sus hijos del sol adecuadamente

Según ha manifestado el Consejo General de Enfermería, el nivel de responsabilidad en muchos casos resulta inversamente proporcional al número de hijos.

A cuantos más hijos, menos atención a la protección solar.
A cuantos más hijos, menos atención a la protección solar.
Pixabay

Casi el 20 por ciento de los padres no protege a sus hijos del sol adecuadamente, y el nivel de responsabilidad en muchos casos resulta inversamente proporcional al número de hijos, es decir, a más niños, menos atención se presta a este aspecto, según ha manifestado el Consejo General de Enfermería en la presentación de una campaña para promover la fotoprotección en los menores.

La campaña, llamada 'Ponle Crema. Manual de instrucciones para proteger a tus hijos del sol', hace hincapié en que enfermeros y profesionales de los cuidados pueden resolver las dudas de los progenitores y contribuir a la fotoprotección de los niños.

"Con el objetivo de enfatizar los problemas que afectan a la piel la campaña se acompaña con el lema 'Factor de protección 'enfermera'', equiparando los FPS 50 y 50+ al valor del consejo de las enfermeras para la población", ha indicado el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.

La iniciativa está compuesta de una infografía con la información más relevante y de un manual, con 25 consejos, que pretende resolver todas las dudas que pueden surgir en torno a la fotoprotección.

En cuanto al producto, el Consejo General de Enfermería aconseja que siempre se elija el más adecuado para el niño en cuestión, pero recomienda optar siempre por fotoprotectores 50 o 50+ con una protección equilibrada frente a radiación UVB y UVA.

Los fotoprotectores con un SPF 50+ bloquean el 99% de los rayos ultravioleta, por encima de ese nivel de fotoprotección, apenas hay diferencias. Por eso, la Comisión Europea recomienda que a partir de un SPF 50 los productos se etiqueten como 50+.

Además, aunque existen muchas clases de fotoprotectores, se recomienda elegir siempre aquellos que sean pediátricos, ya que están especialmente formulados para la piel del niño. Por otra parte, el Consejo General de Enfermería no recomienda emplear fotoprotectores en bebés de 0 a 6 meses, de hecho, a estas edades nunca debe exponerse al sol a los niños.

La campaña explica que la fotoprotección pediátrica va de los 6 meses de edad a los 12 años, a partir de ahí, los niños deben ser responsables y aplicarse ellos mismos el producto. Se aconseja educarles desde pequeños y dar ejemplo. "Haz del hábito un juego", han dicho. Por otra parte, como existen muchas presentaciones de fotoprotectores pediátricos, ya sea en crema, loción o 'spray' se recomienda elegir la que más se adapte al niño.

En los niños, se emplea el mismo fotoprotector para el cuerpo y la cara y, antes de la exposición, probar el producto en una zona pequeña de la piel para evitar cualquier tipo de reacción cuando se extienda por todo el cuerpo, son los últimos consejos del Consejo General de Enfermería en este sentido.

Claves en la aplicación del producto

Hay que aplicar el fotoprotector 30 minutos antes de la exposición, preferiblemente antes de vestir al niño para cubrir todo el cuerpo, incluidas aquellas zonas que no van a estar expuestas directamente al sol.

Instan a no olvidar que la ropa deja pasar los rayos ultravioleta, sobre todo si es de colores claros y tejidos de poca calidad. Hay que poner producto también en la zona de los empeines, las orejas y párpados, estos también se queman.

Prosiguen explicando que el niño debe estar fotoprotegido siempre que vaya a estar expuesto al sol, así que no hay que olvidar protegerle cuando vaya al parque, al campamento o en una terraza. La exposición no tiene lugar solo en la playa o la piscina, como tampoco es exclusiva del verano, en invierno también hay que fotoprotegerse. Hay que extender siempre los fotoprotectores con la mano, también los 'sprays' y aplica una buena cantidad, recuerda el Consejo General de Enfermería.

Por otra parte, recomienda recurrir sólo a productos de adultos si se olvida el pediátrico, porque siempre es mejor que quemarse, pero hay que recordar que no han sido pensados para ellos y suelen llevar perfumes y otras sustancias químicas.

Los fotoprotectores con tecnología 'wet skin' (piel mojada) son muy útiles si el niño es de los que entra y sale constantemente del agua. Pueden aplicarse como producto de elección aunque no se bañen, pero en realidad su "gran ventaja" es que pueden aplicarse fácilmente con la piel mojada.

El Consejo General de Enfermería recomienda reaplicar el fotoprotector cada dos horas y, si se ha bañado, justo al salir del agua. Después de cada exposición al sol, es necesario hidratar bien la piel del menor. Para ello, puede utilizarse una crema hidratante o un 'after sun', más refrescante. ACTUAR

Ante las quemaduras solares

Si se detecta que la piel del niño está demasiado roja, no basta con aplicar más fotoprotector. El Consejo General de Enfermería dice que hay que dar por concluido el día de playa, piscina o excursión y hay que ir a un lugar fresco y protegido.

Después de eso, hay que duchar o bañar al niño con agua fresca, nunca caliente, pero tampoco demasiado fría. No hay que emplear jabón, ya que podría irritarle la piel. Para proseguir, aconsejan secar al niño con cuidado, ejerciendo una ligera presión con la toalla, pero sin frotar. Si todo esto no es suficiente, pueden aplicarse compresas húmedas.

Cuando el calor y la rojez empiecen a remitir, recomiendan poner al niño una loción hidratante y vestirlo con prendas de algodón que sean holgadas. Nunca tejidos sintéticos o de lana.

Por otra parte, una quemadura solar aumenta el riesgo de deshidratación: hay que asegurarse de que ingiere suficientes líquidos durante los dos o tres días posteriores a la exposición. El agua es siempre la mejor opción.

Si la quemadura produce dolor, se puede recurrir al ibuprofeno en dosis recomendadas por el profesional sanitario, médico o enfermera. Ante una quemadura de extensión considerable, que presenta ampollas o que produce molestias, como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o mareos, es necesario acudir a un centro de salud u hospital para que sea valorado por una enfermera. Además, no hay que romper las amopollas nunca.

Por último, el organismo explica que, además de la fotoprotección, los niños deben estar a la sombra el mayor tiempo posible y evitar las horas centrales del día, desde las 12 del mediodía a las 5 de la tarde; instan a los padres a asegurarse de que beben abundante agua y utilizan gorras con visera y ropa de algodón y, cuando el sol sea muy intenso, los niños deben utilizar gafas de sol homologadas para proteger sus ojos. Hay que asegurarse siempre de que estén homologadas.

La campaña incide, asimismo, en el hecho de que la piel tiene "memoria" y con el paso del tiempo recordará lo que se le haya hecho. "Piel sólo hay una y, por ello, cuidarla es fundamental para evitar, sobre todo, el cáncer de piel y, dentro de éste, el tan temido melanoma, que si bien representa apenas el 1 por ciento de todos los casos de cáncer de piel, es el gran responsable de las muertes por esta causa", ha señalado Pérez Raya.

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